- Este es el testimonio de un hombre que en la Navidad recibió una inesperada y difícil prueba, que pudo superar gracias a su fe en Jesús hecho hombre, y a su oración.
Ana María Ibarra
La fe y la oración nacida desde el corazón ganaron un milagro de Dios para el psicólogo Ciro Jácome, quien fue sanado después de un accidente y de una enfermedad extraña que lo mantuvieron desahuciado.
El profesionista compartió con Periódico Presencia la historia del milagro de su sanación, luego de que creyó que viviría su última Navidad y ofreció al Niño Dios su vida, al igual que lo hizo durante los meses de su enfermedad.
Protegido en accidente
El 24 de abril del 2015 a la una de la tarde, Ciro se dirigía en su auto con otras personas a una comunidad rural en la Sierra de Oaxaca cuando su auto perdió los frenos volcando al fondo de un cerro.
“En ese momento no hay tiempo para hacer una plegaria, sólo instintivamente mencioné el nombre de Jesús no sé cuántas veces. Dice la Escritura que ante el Nombre de Jesús toda rodilla se dobla y toda lengua confiesa que Jesús es el Señor, y yo ya tenía conocimiento de eso, además de la enseñanza de mi madre que en momentos de su vida clama al nombre de Jesús”, dijo el doctor.
Mientras el auto caía y golpeaba entre las rocas, el psicólogo seguía repitiendo el nombre de Jesús.
“Y el milagro se dio. Cuando caímos al fondo, en un río que afortunadamente no tenía agua, el auto quedó con las ruedas hacia arriba. En ese momento recuperé la plena conciencia. Mis compañeros habían salido, pero yo estaba dentro entre los fierros. Me arrastré con los codos, salí del auto, quise mover mi pierna, pero no me respondió”, recordó.
Fractura sin dolor
El entrevistado recordó que en ese momento miró al cielo y rogó al Señor: “Señor tú me formaste en el vientre de mi madre, tú me conoces, te encargo mi pierna por favor”.
“Fue algo maravilloso porque con una fractura interna hay muchos riesgos, pero, desde el momento de mi oración, nunca sentí dolor”, aseguró.
El psicólogo fue trasladado de emergencia a un hospital de Oaxaca, a cuatro horas de distancia y sin sentir dolor, incluso, dijo, iba tomándose fotos para subir al “face”.
“Estuve 16 días esperando una intervención quirúrgica y nunca hubo dolor. Fue algo maravilloso”.
Fue intervenido el 10 de mayo del 2015 para reconstruir el hueso de su pierna y aunque el médico le dijo que la cirugía era de gran riesgo, Ciro consagró al Señor a todo el personal que lo atendería y así como al material quirúrgico.
La cirugía resultó favorable. Fue dado de alta y nunca padeció dolor.
Desahuciado
Jácome fue intervenido por segunda vez el 6 de diciembre del 2015, recuperándose favorablemente, por lo que continuó con su labor como conferencista y dando talleres para padres de familia, en la Sierra de Oaxaca.
“El 21 de diciembre del 2015 cerré mi curso escolar, di un curso a maestros, y me dispuse a descansar. Al día siguiente amanecí con un problema, veía doble. Visité a un oftalmólogo, no me convenció su diagnóstico y fui a ver a un neurólogo. Me dijo que podía ser un tumor no operable”, compartió.
Al doctor Ciro le fue practicada una tomografía computarizada, teniendo como resultado ningún problema neurológico.
“El 24 de diciembre me disponía a disfrutar la cena de Navidad y ya no pude. Se cerró mi garganta y le dije al Señor: hoy celebro tu nacimiento sin banquete, pero aquí estoy Señor, ven y nace en mi corazón. El 28 de diciembre mis globos oculares quedaron quietos, el izquierdo hacia la izquierda, el derecho hacia la derecha, ya no veía prácticamente nada”, narró.
El 31 de diciembre, agregó, ya estaba tieso de todo el rostro, su garganta cerrada, ya no hablaba, incluso su saliva lo ahogaba.
Durante la primera semana de enero 2016, el profesionista se sometió a unos estudios a través de los cuales no se encontró ninguna explicación científica a su estado, como tampoco los médicos supieron cuál enfermedad padecía.
“Fue muy preocupante en el sentido humano. Estuve en tratamiento hasta el 15 de enero y el 20 viajé a Ciudad Juárez para ver a algunos médicos. Me desahuciaron, dijeron que me quedaban dos meses de vida”, relató.
Milagro en el siglo XXI
Muchas posibles enfermedades le fueron enlistadas como diagnóstico, aunque ninguna explicaba su padecimiento o condición.
“Cuando me desahuciaron me puse en oración. Hablé con Dios y le dije: hágase tu voluntad. Si tú quieres que yo muera, bendito seas, si tú quieres que me recupere, bendito seas, si quieres que me quede en cama el resto de mi vida, alabado seas”.
Aceptando la voluntad de Dios, pero haciendo lo que le correspondía en el aspecto humano, Ciro compró equipos para fisioterapia y electroterapia para proporcionarse masaje facial y electroshock una vez por día.
“Aquí en esta ciudad vi el milagro de Dios, el día que vino el Papa Francisco, me grabé un video, pude hacer una oración, ya salían las palabras, gracias a Dios mis ojos se empezaron a mover. Para el 16 de marzo del 2016 ya había una evolución”, dijo aún entusiasmado.
Con su garganta cerrada y la inmovilidad de su rostro, Ciro comía por una sonda que iba de la nariz al estómago. Poco después tomaba todo licuado y el 16 de marzo comió un sándwich que tardó 45 minutos en deglutir.
“A partir de ahí di gracias a Dios, la señal estaba dada, el Señor no quería que muriera, empecé a trabajar mucho más la oración y las terapias. El 30 de marzo partí a Oaxaca y el 5 de abril ya me encontraba dando taller de escuela para padres nuevamente. La recuperación ha sido milagrosa, los médicos que me desahuciaron no lo pueden creer, dicen que esto va contra toda ciencia”, compartió.
Y agregó: “Cuando la ciencia de los hombres termina, empieza la ciencia de Dios y Dios ha hecho este milagro. Decía el padre Emiliano Tardif: para que vamos a hablar de los milagros de los evangelios si hoy tenemos milagros latentes presentes”, sentenció.
FRASE…
En el siglo 21 Jesús sigue actuando con el mismo poder, con el mismo amor, con la misma misericordia.