Modesto Lule, MSP
No recuerdo haber participado de misa cuando era niño en un 24 de diciembre. Me acuerdo de las posadas y que el 24 en la noche íbamos a rezar y a que nos dieran dulces; de ahí nos íbamos a la casa donde mamá y mi tía preparaban tostadas con trocitos de jamón con crema, además de frijoles machacados, lechuga y rebanadas de jitomate. También en ocasiones hacían pozole, tamales y buñuelos. Recuerdo con agrado las enchiladas con zanahoria y papas hervidas.
Hoy las navidades son muy distintas a las que vivía antes de entrar a la vida misionera. Cuando estuve en USA viví algunas navidades solo, en un cuarto escuchando la radio y comiendo lo que encontraba en el refrigerador. Algunas veces fui a la misa conocida como de “gallo” allá en la placita Olvera en Los Ángeles California. Iba solo y aunque varias personas quisieron interactuar conmigo no establecí amistades. Terminaba la misa de gallo y me regresaba al departamento donde vivía. Algunas veces rentaba películas y en esa noche las miraba.
Antes de vivir esas navidades recuerdo que las noches eran con mis familiares en medio de algunas comidas y bebidas alcohólicas. Hoy como misionero he vivido los días 24 de diciembre incluso en un hospital visitando a los familiares de los enfermos y otras en las misiones con la gente. Doy gracias a Dios por la oportunidad que nos da de compartir la vida y estas fechas.
Y aunque yo sé que todo debe ser alegría, hay cosas que no me gustan de la Navidad. Quizá deba corregir esto y debo de decir que hay actitudes de ciertas personas que no me gustan en los tiempos de Navidad. Son cosas que a mí no me parecen y a lo mejor antes yo hacía eso mismo que ahora no me gusta. Aquí van:
Cosas que no me gustan de la Navidad
- Que me manden videos o imágenes deseando Feliz Navidad y que nunca pongan un mensaje personal.
- Que el sacerdote que celebra la misa diga que es un tiempo de alegría y que cuando lo diga lo haga todo serio y no muestre ni una sonrisa en su rostro. Yo sé que la alegría se lleva en el corazón, pero de lo que hay en el corazón habla la boca. (Lc. 6, 45) Puede ser que el sacerdote tenga problemas pero igual si tiene a Dios en su corazón hay esperanza y debe confiar.
- Que digan Feliz Navidad y que el centro de la fiesta sea el alcohol y la comida y no Dios. Sé que nos hace falta más evangelización, pero por lo menos hay que ser más coherentes.
- Que todos se saquen y saquen fotos para compartirlas en las redes sociales diciendo en el instante a los demás que están muy felices cuando en realidad ni están interactuando con las personas en vivo. Pienso que si se quiere presumir de la felicidad que sientes y quieres guardar un recuerdo esas memorias las debes guardar en tu mente y corazón y si quieres puedes tomar unas cuantas fotos y después guarda el celular, no veo porque lo tienen que estar mirando cada 5 minutos.
A lo mejor hay más cosas que me molestan de algunas personas en Navidad y en este momento no encuentro. Quizá soy un “grinch” y todo me molesta, pero lo cierto es que cuando esas cosas que les dije las hacen en mi presencia, me deja un mal recuerdo.
- Otra cosa que me molesta es que hay personas a las que les mandé un mensaje personal de Navidad y me dejaron en visto y cuando ellos te mandan mensaje quieren que les contestes en el minuto.
La Navidad es bella, es recordar el nacimiento de nuestro Salvador y eso es lo más grande que nos ha sucedido, pero a muchos creo que se les olvida y dan otro sentido a este tiempo. Ojalá cambiemos de rumbo y retomemos al verdadero sentido de la Navidad.
Nos vemos en la próxima.