Diana Adriano
En un gesto de inclusión y solidaridad, la parroquia San Vicente de Paúl, en la Colonia Díaz Ordaz, inició un curso de Catecismo dirigido a niños con capacidades diferentes.
Selene Ortiz, responsable de esta iniciativa, compartió detalles sobre este programa que busca acoger a todos, sin importar sus limitaciones físicas.
El curso comenzó el pasado 3 de septiembre, marcando un hito en el compromiso de la parroquia con la inclusión.
Gran aceptación
Al principio, el enfoque se centraba en ofrecer Catecismo en lengua de señas, ya que tanto Selene como uno de sus hijos padecen de sordera profunda en uno de sus oídos. Con esta experiencia personal, comprendieron las dificultades que enfrentan las personas sordas para acceder a cursos y actividades.
“Sin embargo, al lanzar la publicidad, recibimos consultas no solo de madres con niños sordos, sino de familias con niños que enfrentan diversas discapacidades. Fue entonces cuando tomamos la decisión de abrir el curso a niños con cualquier tipo de discapacidad”, explicó Selene.
Padres y madres de la comunidad han expresado su agradecimiento por este curso que no solo se enfoca en aspectos religiosos, sino que también aborda diversas actividades que estimulan el desarrollo integral de los niños, independientemente de sus capacidades físicas o cognitivas.
El curso incluye a niños con autismo, hiperactividad, déficit de atención, trastornos del lenguaje, sordera, parálisis cerebral y otras discapacidades, lo cual representa un reto significativo
“Por eso es importante que los papás vivan el curso con ellos y nos ayuden a trabajar con ellos, pues son nuestro puente de comunicación”, expresó Selene.
Además de ofrecer un espacio educativo adaptado, el proyecto tiene un objetivo más amplio.
“Mi objetivo principal es que la gente sepa que las personas con discapacidad existimos y que somos importantes… estamos siendo rechazados, estamos relegados, quizá no por mal, pero sí por desinformación y desconocimiento. Les asusta la discapacidad, no saben cómo tratarla y les da miedo», comentó.
De esta forma, la iniciativa parroquial también busca crear conciencia en la comunidad sobre la importancia de la inclusión y la aceptación, remarcó la entrevistada.
Inspirar a las comunidades
Selene informó que el curso tendrá una duración similar al de cualquier curso convencional, comenzando en septiembre y concluyendo en mayo.
Y expresó su deseo de que esta iniciativa inspire a otras comunidades a seguir el ejemplo. «Nos gustaría que, por lo menos, en cada decanato exista esto», comentó.
Ello debido a que muchos de los catecúmenos provienen de comunidades lejanas como el Km 20 y la Colonia Altamirano, entre otros.
Selene enfatizó en que “no todo el mundo está preparado para asistir a un niño con discapacidad”, pero expresó su deseo de fomentar la preparación y conciencia entre los catequistas interesados en acoger a niños con necesidades especiales.
Por ello ofreció:
“Los catequistas que estén interesados pueden comunicarse conmigo y yo les ayudaría brindándoles información y herramientas para que puedan atenderlos”, dijo.
Contacto:
Selene: Cel. 656 644 16 96.