Desde hace más de ocho décadas, el movimiento laical tiene presencia en la ciudad

Diana Adriano
Con motivo del día de san Francisco de Asís, celebrado el pasado 4 de octubre, la Diócesis de Ciudad Juárez recordó una de las obras inspiradas en este santo que se mantiene viva hasta nuestros días: la Orden Franciscana Seglar (OFS). Este movimiento laical, presente en la ciudad desde hace más de ocho décadas, ha dejado una huella importante en la vida eclesial y comunitaria.
Víctor Gándara, ministro de la Orden en Ciudad Juárez, compartió el recorrido histórico de esta fraternidad seglar. Sus raíces se remontan a las difíciles circunstancias político-sociales que vivía México entre 1915 y 1930.
En medio de crisis e inestabilidad, muchas familias migraron hacia Estados Unidos, particularmente a El Paso, Texas. Entre ellas se encontraban laicos franciscanos provenientes de Zacatecas, quienes comenzaron a reunirse en casas y posteriormente en la iglesia de San Ignacio de Loyola.
Era un tiempo de persecución religiosa en México, por lo que en 1933 el Seminario Franciscano de la Provincia de San Pedro y San Pablo de Michoacán también se trasladó a El Paso, buscando proteger las vocaciones de los frailes menores.
Con el paso de los años y el acompañamiento espiritual recibido, surgió en aquellos franciscanos seglares el deseo de regresar a Ciudad Juárez. Así, el 29 de junio de 1938, con la autorización de monseñor Baudelio Pelayo, se fundó en esta frontera la primera fraternidad seglar: san Antonio de Padua.
Desde sus inicios, los seglares franciscanos se distinguieron por el compromiso en el servicio a la comunidad. Participaron en el mantenimiento de la Misión de Guadalupe y en diversos proyectos pastorales y sociales, en una época en la que aún no existían tantos movimientos laicales como en la actualidad.
La consolidación del movimiento se ha visto reflejada en la creación de nuevas fraternidades locales. En 1996 surgió la fraternidad de Santa Clara de Asís en el santuario de San Lorenzo y en 1998 la fraternidad de San Felipe de Jesús en la parroquia de Santos Mártires Mexicanos.
“Ser franciscano seglar significa pobreza, sencillez, fraternidad, amor a la creación y caridad hacia los pobres, siendo laico dentro de la Iglesia católica, según una regla propia aprobada”, explicó Víctor.
Carisma franciscano
Actualmente existen tres fraternidades franciscanas seglares en la ciudad: San Antonio de Padua, en Catedral; Santa Clara de Asís, en el Santuario de San Lorenzo; y San Felipe de Jesús, en la parroquia Santos Mártires Mexicanos.
En cada una de ellas, explicó el entrevistado, los laicos franciscanos buscan vivir y transmitir el Evangelio según el estilo de san Francisco a través de diversas dimensiones de su vida comunitaria: oración y vida espiritual; fraternidad y vida comunitaria; formación continua; servicio a los más necesitados; cuidado de la creación; promoción de la paz y la justicia; evangelización con el ejemplo; inspirados en la frase atribuida a san Francisco, “prediquen el Evangelio en todo momento, y si es necesario, usen palabras”.
No obstante, el camino franciscano no está exento de retos. Entre los principales se encuentran vivir la pobreza evangélica en un mundo materialista, equilibrar la vida espiritual con las responsabilidades familiares y laborales, mantener una oración constante, vivir la fraternidad en una sociedad individualista, ser constructores de paz en medio de conflictos, cuidar la creación frente al deterioro ambiental, y permanecer en formación y conversión continua.
Aun así, Víctor compartió que los franciscanos seglares de Ciudad Juárez aseguran que con oración, fraternidad y el ejemplo de san Francisco, es posible enfrentar estos desafíos.
Más aún, los consideran una oportunidad de santidad concreta en la vida diaria, siendo “luz en medio del mundo” sin apartarse de él, sino transformándolo con el testimonio.


































































