En el siglo XVI los primeros frailes llegaron y se instalaron en estas tierras, comenzando su obra evangelizadora

Ana María Ibarra
Las diócesis de Ciudad Juárez y El Paso se han visto beneficiadas con el carisma franciscano desde que los primeros frailes de la Orden de Frailes Menores (ofm) llegaron a estas tierras, fundando en ambos lados de la frontera misiones para la evangelización de los pueblos.
En el marco de la fiesta de san Francisco de Asís, Presencia hace un recuento de la llegada de los padres franciscanos a la frontera, su permanencia y su obra.
Varios intentos fallidos de parte de los españoles y los frailes franciscanos por conquistar y evangelizar estas tierras que hoy conforman Ciudad Juárez, Chihuahua, y El Paso, Texas, se llevaron a cabo desde los años 1530.
“Es cierto que los primeros intentos de colonizar y evangelizar el Nuevo México durante la mayor parte del siglo XVI fracasaron. Sin embargo, es justo destacar y apreciar, todo lo que deben a los frailes pobres y descalzos, que sin más poder que su fe, sin ninguna mira egoísta, dotados de celo evangélico y de un espíritu humanitario, opusieron una fuerte muralla a la avaricia de los conquistadores y los mercaderes y aventureros europeos”, expresa José Mario Sánchez Soledad en su libro Manantial en el desierto.
El historiador menciona en su libro que finalmente los frailes llegaron y se instalaron en estas tierras acompañando a don Juan de Oñate en 1598, comenzando la obra evangelizadora en el epicentro de Santa Fe.
“En 1610 fue fundada la Villa Real de la Santa Fe San Francisco de Asís, hoy llamada Santa Fe, misma que quedó como la capital de Nuevo México”, narra en su libro José Mario.
En 1659, fray García de San Francisco, en compañía de fray Francisco de Salazar, inició la construcción de una pequeña capilla en el desierto que se convertiría en la Misión de Guadalupe de los Indios Mansos del Paso del Norte, el hermoso templo de adobe localizado en el costado sur de la Catedral de Ciudad Juárez.
“Hoy, la Misión de Guadalupe, recuerda el esfuerzo de evangelización que inició desde la Ciudad de México hacia los Estados Unidos de Norteamérica. Los franciscanos pasaron por el Paso del Norte, pero decidieron no establecerse allí de inicio, sino que iniciaron su trabajo evangelizador en la zona de la hoy hermosa ciudad de Santa Fe del Nuevo México. Por eso, se puede decir que al futuro Paso del Norte la evangelización le llegó desde el norte”, dijo José Mario.
Paso del Norte, hoy la región de Ciudad Juárez-El Paso, tuvo desde su comienzo un esfuerzo de comunicación y solicitud fraterna.
Desde un principio la evangelización costó a los frailes hasta la vida, sin embargo, no desistieron y lograron bautizar a miles de indios de distintas tribus.
En 1797 todas las misiones fueron secularizadas y puestas bajo la autoridad del obispo de Durango. La orden franciscana siguió teniendo influencia y autoridad, debido a la escasez de sacerdotes seculares para poder cubrir la totalidad del territorio.
Fue hasta 1821, después de la independencia de México, cuando los franciscanos perdieron su influencia en el territorio. Paso del Norte se convirtió en parte del nuevo estado de Chihuahua y políticamente abandona el Nuevo México.
Llegada a El Paso
Después de la labor que hicieron estos primeros franciscanos y a una distancia de cien años, con la persecución religiosa la orden regresó para esconderse en Texas.
“En ese tiempo eran tres provincias: la del Santo Evangelio, nosotros que somos Provincia San Pedro y San Pablo, y la Provincia de Jalisco, que tenían una casa en Browsville, Texas. A El Paso llegamos primero nosotros y luego los del Santo Evangelio, al colegio Roger Bacon. La intención era poner el Seminario en El Paso para estar a salvo de los seguidores de Plutarco Elías Calles, porque la persecución siguió”, compartió el padre Mauro Manuel Muñoz, de la Orden de Frailes Menores.
Fue así que en 1935 llegaron los nuevos frailes a esta frontera, específicamente a El Paso, donde compraron un terreno.
“En ese terreno se quería construir el Seminario. Después se encontraron con una casa que estaban rematando y los padres americanos sugirieron a los frailes que la compraran para ahí acondicionar el Seminario, que el primero de enero de 1936 comenzó”, compartió el padre Mauro.
En el Seminario San Antonio se realiza el estudio de la Teología y actualmente hay 14 estudiantes franciscanos y dos seminaristas que no son de la orden.
Posteriormente los frailes obtuvieron de parte de los jesuitas el templo de Nuestra Señora de Guadalupe.
“Era necesario tener una parroquia para ayudar a sostener al Seminario y los jesuitas pasaron a los frailes la parroquia de Guadalupe. El terreno donde iniciaron los frailes se convirtió en la parroquia de San Francisco de Asís. La más reciente presencia en El Paso es la parroquia donde estoy, All Saints, y la atendemos desde la parroquia de Guadalupe”, señaló el franciscano.

Presencia en Juárez
En la Diócesis de Ciudad Juárez, según dicta en documentos del archivo de la Diócesis, desde 1982 un grupo de la Orden de Frailes Menores de varias provincias de Estados Unidos se hizo cargo pastoralmente del templo de San Francisco de Asís.
“Eran varios frailes de Cincinnati, Ohio. Vinieron a una especie de misión a ese sector”, dijo el padre Mauro.
Posteriormente, el 31 de agosto de 1999, monseñor Renato Ascencio León llevó a cabo la erección parroquial de la parroquia San Francisco de Asís y tomó posesión como primer párroco el sacerdote franciscano José María Gracias Ochoa, ofm; siendo nombrado vicario parroquial el padre Francisco Wendling, ofm.
En el 2007, el padre Wendling anunció que los franciscanos de su provincia se retirarían de la diócesis.
Para ese entonces, la parroquia de Santos Mártires Mexicanos ya contaba con presencia franciscana pues, según el archivo diocesano, en 1993 el entonces obispo de Ciudad Juárez, don Juan Sandoval Iñiguez, había sostenido diálogos con la provincia franciscana de San Pedro y San Pablo de Michoacán.
Estos diálogos fueron concretados por el obispo don Renato Ascencio León el 21 de octubre de 1995, cuando llegaron los primeros padres franciscanos a dicha parroquia.
“El propósito de la orden al estar presente en Juárez fue para acompañar la vida del Seminario de El Paso”, añadió el sacerdote.
Este propósito se ha cumplido, pues además de que cada comunidad realiza su pastoral con el carisma franciscano en sus parroquias, tanto en Juárez como en El Paso, en varias actividades se acompañan en unidad y fraternidad.
Para finalizar, el padre Mauro mencionó que justicia, paz y ecología es la temática de la Orden de Frailes Menores, por lo que invitó a la comunidad a vivir esa espiritualidad de san Francisco de Asís.
“Aunque el territorio es desértico, también es parte de la ecología. Hay que tener un respeto por la ecología y trabajar por la paz, que es algo que san Francisco promovía”, concluyó.


































































