Ana María Ibarra
Después de que las familias se concentraron en los hogares a causa de la contingencia sanitaria por Covid-19, la Comunidad María Mediadora vio la necesidad de realizar una Cruzada de Oración por 21 días para pedir a Dios el fin de la pandemia.
La cruzada de oración concluyó el pasado 3 de mayo con una jornada intensa de oración por siete horas consecutivas, así lo compartió Alfredo Gálvez, coordinador de la comunidad en Ciudad Juárez.
Desde Colombia
El director general de María Mediadora, William Zuluaga, de Colombia, tomó la iniciativa de iniciar la oración.
“Todos los días a las 2 de la tarde hora de Juárez (3 de la tarde en Colombia) realizábamos esta oración: el Rosario de la Misericordia. Orábamos pidiendo sanación para los enfermos, por las autoridades, por la misma Iglesia, los médicos, los científicos para que puedan encontrar la vacuna”, compartió Alfredo.
Cabe mencionar que la Comunidad María Mediadora se encuentra presente en Ciudad Juárez, en El Paso, Texas, en España, en Colombia, en Ecuador, y otras partes del mundo.
“Todos unidos hicimos esta oración. Tuvimos 4 mil conexiones a través de las redes sociales desde donde enviamos el enlace a nuestros amigos para que se unieran. Fueron 21 días de oración y concluimos el 3 de mayo, día de la Santa Cruz”, expuso.
Bien del mal
La jornada, señaló, concluyó con siete horas de oración en alusión al sitio de Jericó.
“Durante ese último día tuvimos dos eucaristías, el Rosario, la Coronilla de la Misericordia. Oramos por las familias, por nuestros sacerdotes”.
Agregó que la oración como arma poderosa, es utilizada por Dios para que, lo malo que sucede se convierta en algo bueno.
“No nada más nos enfocamos a que se terminara este virus sino para que el Señor dispusiera para bien todo esto que está pasando. Como dice la carta a los Romanos 8, 28: todo sucede para bien. Esa fue nuestra oración”, dijo.
Tras la cruzada, decidieron continuar unidos en la oración permanentemente los miércoles y los viernes.
“Entendemos que en el mundo espiritual es un combate, una guerra, y que tenemos que orar continuamente porque los enemigos de la Iglesia, del alma, de Dios siguen atacando y por esa razón debemos seguir constantemente en oración para que esto se termine y Reine Dios”.
Y finalizó diciendo: “Si todos juntos pedimos, el Señor lo cumple. Una bendición puede más que una maldición. Dios tiene poder, y unidos, Dios nos respalda, nos escucha y hace su voluntad en el cielo y en la tierra”.