Ana María Ibarra
El padre Armando Benavides asumió contento, pero a la vez sorprendido, su nueva misión como Vicario General de la Diócesis de Ciudad Juárez.
Como tal, será la mano derecha del obispo y el segundo a bordo en la diócesis, tanto en lo pastoral y administrativo, como enlo espiritual.
En entrevista, el padre Benavides agradeció la cercanía y el interés de la comunidad diocesana para conocer esta nueva encomienda que se le ha dado.
“Me siento sorprendido. Pidiéndole a Dios que me ilumine en este llamado, porque estoy convencido que es Dios quien me pide, a través del obispo, esta nueva misión. Con humildad lo asumo”, expresó el nuevo vicario general.
Señaló que monseñor Torres Campos le ha indicado que parte del servicio que tendrá que realizar, es hacer patente la cercanía del obispo, por lo que tendrá la posibilidad de escuchar a las personas, visitar comunidades, suplir al obispo para impartir el sacramento de la Confirmación y en otros acontecimientos de la vida diocesana.
“La cercanía, la escucha, la atención serán parte de mi misión, pero las decisiones serán del obispo”, aclaró.
Algunos desafíos
Enla labor que desempeñará, el nuevo vicario general ubicó algunos desafíos y como primero, el aprendizaje.
“Me siento sorprendido, honrado, comprometido y con la necesidad de aprender. Todos los sacerdotes necesitamos seguir creciendo con la formación permanente. Otra cosa que pide la diócesis es la escucha. Es algo que todos valoramos, ser escuchados, tanto sacerdotes, laicos, religiosos y religiosas”, agregó.
La realidad social y los desafíos del mundo son parte de lo que también deberá estar atento desde la vicaría general, dijo.
Al recordar a quienes le precedieron en la vicaría general, el padre Armando reconoció como desafío seguir sus huellas y continuar con ese compromiso.
Su parroquia, feliz
El padre Benavides continuará como párroco de la comunidad Nuestra Señora del Carmen, la cual está contenta y orgullosa por la misión reciente de su párroco.
“Me da gusto que la comunidad se sienta orgullosa que de la parroquia hay un sacerdote que ahora está desempeñando un servicio en la curia. La gente se siente motivada. Le pido a Dios que me dé la capacidad para enfrentar los desafíos”.
En este sentido, añadió que otro desafío es hacer equipo con los demás sacerdotes de la curia, religiosas y los colaboradores laicos del obispado.
“Me encanta hacer equipo. También el estar atento a las necesidades del presbiterio espirituales y formativas”, expuso.
Dado que el año civil está concluyendo, el vicario general compartió que aún no tiene una agenda de actividades.
“Este es un tiempo de transición, dejar que termine el año y ya después alzar el vuelo. Hasta ahorita voy entendiendo lo que me toca hacer”, señaló.
El padre Armando envió este mensaje a la comunidad diocesana:
“Me encomiendo a sus oraciones, ahora entiendo mejor porqué el papa Francisco pide orar por él. Conforme se va viendo uno más comprometido, siente la necesidad del apoyo de la oración. Es un servicio a la comunidad y mi petición es que pidan por mí”.
Frase…
“Soy sacerdote y quiero servir al pueblo, esa es mi motivación. La petición es que oren por quienes hemos recibido estas encomiendas en la curia. Y reitero mi servicio. Estaré en el obispado en la mañana y en la parroquia en la tarde. Espero en Dios pueda realizar un buen servicio”.