Ana María Ibarra
Con amor y agradecimiento, transportistas de camiones de remolque y sus familias, peregrinaron en sus vehículos en honor a Santa María de Guadalupe, el pasado domingo 11 de diciembre.
Antes de las ocho de la mañana, los vehículos pesados comenzaron a alinearse sobre la carretera a Casas Grandes a la altura de las instalaciones de PEMEX.
Mientras esperaban al resto de sus compañeros, los transportistas aprovecharon para limpiar y colocar mantas con la imagen de la Virgen de Guadalupe al frente de sus unidades.
La presencia y el sonoro claxon de estos camiones atraía a los demás automovilistas que esa mañana circularon por la citada vía.
Un vehículo con un cuadro enorme de la Guadalupana y la plataforma decorada con rosas blancas y papel de color rojo fue al frente de la peregrinación, mientras el resto formaron una larga fila colocados detrás de la imagen.
Llenos de alegría y como una expresión de amor a la Virgen de Guadalupe, hicieron sonar sus bocinas mientras avanzaron por la carretera.
A la par con ellos, sus familias se trasladaron en vehículos donde llevaron ollas de comida para compartir al llegar al punto señalado.
Poco menos de dos horas duró el recorrido. Al arribar a la meta, algunos ingresaron a la pequeña capilla para dejar una ofrenda floral o veladoras.
Al exterior se hizo una gran fiesta. El rezo del Rosario, la danza de matachines, comida y música fueron dedicados a la Morenita. Las familias aprovecharon este momento para alegrar a los niños, quienes rompieron piñatas y recibieron una bolsa de dulces.
Durante algunas horas continuaron en el lugar como una gran familia que, agradecida, se reúne en torno a la Madre.
Fundadores
Martín Perea y Joaquín Hernández son dos de los iniciadores, del evento, que el grupo de transportistas ha realizado durante 17 años.
“Esto inició de la nada. En la carretera que va a El Paso, Texas, por el cruce de Santa Teresa, hay una pequeña capilla dedicada a la Virgen de Guadalupe y siempre llegábamos a pedirle que nos cuidara. Y así surgió la peregrinación”, compartió Joaquín.
Recordó que en esa primera peregrinación asistieron únicamente cuatro transportistas en sus camiones y fue la mamá de uno de ellos quien los acompañó y rezó el Rosario, además de que los motivó a continuar.
“Poco a poco se fueron uniendo otros compañeros. La capilla estaba destruída y comenzamos a repararla”, señaló.
Así, cada año, más de cien transportistas se reúnen en la carretera a Casas Grandes, cerca de la glorieta y la estación de Pemex para salir en peregrinación rumbo a dicha capilla.
“Venimos a darle gracias a Dios y a la Virgen. Le pedimos salud, que nos cuide y nos proteja de todo mal. La verdad nunca pensamos que llegaríamos a cumplir tantos años, pero aquí estamos. Es bonito ver a las nuevas generaciones de transportistas que se integran a esta peregrinación”, expresó.
Los organizadores invitaron a todos los transportistas y comunidad en general a que el próximo año se unan a esta peregrinación.
“Todos son bienvenidos, en carro o en camión. Pueden participar con todo tipo de vehículo: camiones, pipas de agua, dompe, grúa, carros. Todos son bienvenidos”, invitó Martín.
En frases
“Es muy bonito reunirnos todos los transportistas para darle gracias a la Virgen porque andamos en la carretera y es muy difícil este trabajo, son desveladas, se lleva carga, la carretera en ocasiones no es buena. Le damos gracias a Dios porque vamos y regresamos con bien”.
Martín Gerardo Perea Gutiérrez
“Es algo maravilloso venir a agradecer por un año mas de vida, de salud, de trabajo gracias a nuestra Madre Morena y con todo el gusto y el amor venimos a agradecer por todo lo que nos dan cada año”.
Rubén Reyes
“Ha sido algo muy bonito durante tantos años. Invitamos a la gente que se una a participar en este evento para dar gracias a Dios y a la Virgencita por un año más de salud. Sabemos que hay choferes que no les prestan sus camiones, pueden ir en carro y dar gracias a la Morenita”.
Javier Cano