En la clausura del Sitio de Jericó Diocesano, el obispo don J. Guadalupe Torres dijo que todas las comunidades parroquiales deben mantener la oración por las intenciones del papa, por la paz, y por los sacerdotes.
Claudia Iveth Robles
“Así como el Año de la Misericordia se cerró y quedaron abiertas las puertas de la misericordia, así el Sitio de la misericordia se cierra, pero queda el compromiso personal y comunitario para seguir orando por nuestra ciudad”
Esto dijo el obispo don J. Guadalupe Torres Campos al presidir la misa de clausura del Sitio de Jericó diocesano, que se realizó el pasado viernes 9 de diciembre en la parroquia San Pedro y San Pablo, el último lugar donde se realizó la oración de este proyecto diocesano impulsado por la Legión de María.
42 días
Como se sabe, el Sitio de Jericó diocesano inició el pasado 28 de octubre y se desarrolló a lo largo de 42 días en los que el Santísimo visitó parroquias de la diócesis para la adoración y oración de los fieles.
Las parroquias visitadas fueron Santa Teresa de Jesús, Doce apóstoles, Nuestra Señora del Refugio, San Isidro Labrador, El Señor de la Misericordia, San Judas Tadeo, culminando en San Pedro y San Pablo.
En cada una de estas parroquias, se convocó a la oración permanente por diferentes intenciones propuestas por la Legión de María, entre ellas por la paz de Ciudad Juárez, por la santidad sacerdotal y por las intenciones del Papa Francisco.
La misa de clausura se realizó en la fiesta de San Juan Diego, presidida por el obispo don José Guadalupe Torres Campos y concelebrada por sacerdotes de las diferentes parroquias anfitrionas del Sitio de Jericó, así como del Decanato del Carmen.
En la Eucaristía se hicieron presentes las integrantes de la Legión de María, quienes hicieron una valla por el pasillo central para escoltar el paso del Santísimo en manos del obispo, rumbo al Sagrario donde quedó reservado.
Seguir orando
Durante su homilía, el prelado hizo mención de la fiesta de San Juan Diego.
“San Juan Diego era un hombre sencillo, humilde un hombre sabio, un hombre de Dios que finalmente cumple la voluntad de Dios en Santa María de Guadalupe.”, expresó.
Dijo que así como san Juan Diego, cada uno de los fieles debe tener ese encuentro permanente con el Señor.
“Hoy culmina el Sitio de Jericó y los invito a meditar qué nos pide el Señor como diócesis, como obispo, sacerdote, diáconos, seminaristas, fieles de la Legión de María, como parroquias, y a todos en general”.
Dijo que todos somos Iglesia, pueblo de Dios unidos en la fe, esperanza, y pidió seguir construyendo una casa, la comunidad donde reine Cristo.
“¡Qué bonita experiencia se ha vivido del Sitio de Jericó con ayuda de Dios y con la intercesión de Santa María de Guadalupe… que dé fruto lo siga dando. Se cierra el Sitio de Jericó, pero sigue la oración personal y comunitaria, con nuestro compromiso”, puntualizó.
Como parte de la misa, durante la consagración, niños de una Banda de Guerra hicieron sonar sus trompetas, como signo de la caída de las murallas de Jericó.