- Obispos de Ciudad Juárez, El Paso y Las Cruces se pronunciaron por cancelar el evento hasta que haya mejores condiciones, en medio de la crisis sanitaria que se vive en la frontera.
Presencia
Debido a la pandemia, las diócesis de Ciudad Juárez, El Paso y Las Cruces pospusieron la realización de la tradicional misa anual por migrantes difuntos, programada originalmente para el próximo 7 de noviembre, en el Río Bravo.
Aunque se había informado de la celebración, este miércoles 28 de octubre tanto la oficina del obispo de Ciudad Juárez, como la de El Paso, y de parte del obispo de Las Cruces, monseñor Peter Baldacchino, confirmaron la cancelación de la misa el próximo sábado.
Así lo informó el padre Javier Calvillo, responsable de la pastoral de la Movilidad Humana en la Diócesis de Ciudad Juárez, y quien se encarga de la organización de la misa binacional por parte del lado mexicano.
“La misa se pospone para otra ocasión. Ahorita es importante unirnos a la comunidad respetando protocolos sanitarios, como un gesto de solidaridad en medio de la pandemia y mantenernos en casa. Es la postura de nuestro obispo de Ciudad Juárez”, dijo el padre Javier Calvillo.
Dijo que él mismo llamó a los organizadores por parte de la Diócesis de El Paso, quienes externaron la posición del obispo Mark Seitz en el mismo sentido, de mantenerse en resguardo para respetar medidas de emergencia por la pandemia, sobre todo considerando que El Paso es la ciudad con más un alto índice de contagios de Covid 19 en Texas.
20 años de tradición
Cabe mencionar que la misa por los migrantes fallecidos en su intento por alcanzar el sueño americano, tiene aproximadamente 20 años celebrándose en la frontera entre Chihuahua, Texas y Nuevo Mexico. Fue iniciada por los religiosos escalabrinianos.
«En este momento la migración está fuerte y sabemos que hay elecciones en Estados Unidos. Este ha sido un tiempo muy doloroso pues muchos migrantes han muerto a causa de la pandemia”, señaló el padre Calvillo.
Convencido de que la migración es una segunda pandemia, denunció que todo ser humano debe tener derecho a lo básico en su país, sin embargo, los migrantes deciden salir por las injusticias y la violencia que viven, pero encuentran el cierre de fronteras para ellos.
“Este tiempo de muerte es muy difícil para los migrantes. La Iglesia Católica y otras religiones han ayudado a que salgan adelante. México es clave porque es lugar de paso”.
Ante esta realidad, de dolor, injusticia, asesinatos, secuestros, violaciones y muerte por la pandemia, la Iglesia debe ser luz”, expuso.
Sabiendo que Dios es amor, vida y esperanza, así como el puente para una vida digna y la vida eterna, el sacerdote invitó a la comunidad a seguir apoyando a los migrantes y en espera de una nueva fecha para este evento, que es una tradición en la frontera.