Pbro. Eduardo Alfonso Hayen Cuarón/ Director
Celebramos con inmensa gratitud el 30 aniversario de Presencia, «Palabra y testimonio de la Iglesia en Ciudad Juárez». El 12 de diciembre de 1993, bajo el patrocinio de Santa María de Guadalupe –Estrella de la nueva evangelización–, vio la luz nuestro medio informativo diocesano. Gracias a la visión del entonces obispo Juan Sandoval Íñiguez y de algunos laicos, Presencia llega hoy a sus tres décadas ininterrumpidas con un total de 1566 ediciones.
Quiero agradecer a los cuatro tipos de lectores que nos han acompañado durante estos años. Primero, a aquellos católicos comprometidos con la Iglesia que, con regularidad, compran Presencia para disfrutarlo en sus hogares; son quienes leen el periódico gustosamente, desde el amor a Dios y a la Iglesia. Con ellos ha sido fácil profundizar en temas religiosos y sociales. Gracias a estos lectores siempre fieles, Presencia se sigue publicando. ¡Muchas gracias de corazón!
Un agradecimiento muy especial es para los párrocos y sacerdotes que promueven solidariamente el periódico en sus comunidades porque entienden que este no es un proyecto del sacerdote que lo dirige, sino de la entera comunidad diocesana, cuya vibrante vida católica se refleja en nuestras ediciones. Perciben ellos también que el periódico es una fuente de información, formación y comunión eclesial diocesana. Mi más sincera gratitud por el apoyo sacerdotal que respalda nuestro trabajo.
También agradezco a aquellos lectores que son indiferentes hacia la Iglesia; son quienes abren el periódico para hojearlo con frialdad y desgana. Aquellos cuya mamá o abuela les deja el ejemplar en el cuarto de baño, con la secreta esperanza de que en ese escondrijo de pudor abran sus páginas. Van a misa sólo en eventos sociales y cuando leen algo en el periódico a veces se asustan por el contenido de ciertos artículos, opiniones y comentarios. Damos gracias a ellos por acercarse de vez en cuando a nuestros contenidos. Nos toca orar por estos lectores eventuales y esperar con paciencia el toque del Espíritu en sus almas para que despierten a una fe militante y convencida.
No podemos dejar de mencionar –y de dar gracias, por supuesto– a aquellas personas de otras religiones que se acercan a Presencia por honesta curiosidad de saber en qué creemos o qué pensamos los católicos sobre ciertos temas de la fe cristiana, del mundo y de la vida. O bien, aquellos no católicos que suelen vivir «buscando tres pies al gato» para tener puntos de controversia y así debatir con sus parientes o amigos católicos. A ellos los invitamos a seguir leyendo el periódico para que descubran los maravillosos tesoros de fe y sabiduría que sigue conservando, desde hace dos milenios, la única Iglesia de Cristo.
Finalmente agradezco a aquellos que pertenecen a grupos anticlericales, masones, ateos e intelectuales que escarban en los medios católicos para hacer pedazos a la Iglesia. Gracias a ellos, que nos miran con desaire y altanería, y que nos utilizan para motivos de escarnio, la Iglesia es capaz de construir un pensamiento fuerte que sabe dar razones de su fe. El conflicto intelectual siempre es constructivo; de hecho la Iglesia se ha edificado a lo largo de los siglos, entre otras cosas, por disputas y controversias. Estas personas nos exhortan a no bajar la guardia en el diálogo entre fe y razón para defender el nombre de Jesucristo.
Treinta años han cambiado dramáticamente al mundo. En 1993, año en que nació Presencia, era rarísimo que alguien tuviera acceso a un teléfono celular; hoy casi todos tienen uno. Internet era una curiosidad, no existían las redes sociales y hoy estas nuevas tecnologías se han vuelto parte muy importante de la cotidianidad. Presencia hoy está presente en las redes sociales a través de www.presencia.digital.
La vida citadina en la frontera Ciudad Juárez-El Paso dejó de tener la tranquilidad que se respiraba antes del 11 de septiembre de 2001, lo que también hizo que Presencia se dejara de imprimir en la vecina ciudad para hacer el tiraje en la nuestra. El rostro de la migración también ha cambiado en los últimos años, con efectos positivos y negativos para la ciudad, tema que ha ocupado muchas de nuestras historias y artículos.
Fenómenos como el narcotráfico y grupos delictivos, con una saña inaudita y un afán por controlarlo todo, han aparecido en el escenario social y se expanden por todo el territorio nacional. En Presencia hemos narrado cómo la lacra de la violencia ha empañado el rostro de la sociedad y de la Iglesia. La ideología de género, como ponzoñoso virus, ha infectado las mentes de los jóvenes y hoy es un desafío amenazante para las familias y para la Iglesia. Nuestro compromiso ha sido desenmascarar las ideologías que también se han infiltrado en la Jerarquía de la Iglesia.
A nivel político el viraje amenaza ser de 180 grados para regresar a las épocas de los años 70 con un nuevo partido político que quiere ser hegemónico. Se habla persistentemente de cambio climático y aparecen fenómenos como la inteligencia artificial y el trans-humanismo. Presencia ha hecho su recorrido de 30 años interpretando e iluminando estos hechos con la luz del Evangelio.
La pandemia del Covid-19 hizo que cerraran algunos periódicos católicos de otras diócesis en México. Gracias a la Providencia de Dios que nos ayudó a administrar los recursos, al apoyo de los sacerdotes y a la fidelidad de nuestros lectores, logramos superar los peores momentos de la crisis. Cuando todo amenazaba a hundimiento, el periódico estuvo en la imprenta y en los hogares.
¿Hacia dónde se encamina Presencia? Algunas voces expertas han señalado que los periódicos impresos en papel tienden a desaparecer. Las nuevas tecnologías digitales los han desplazado y hoy la fuente de las noticias son las redes sociales. Sin embargo esta no es una trágica noticia para nosotros. Presencia se seguirá vendiendo en las parroquias, como hasta hoy, mientras los sacerdotes y las comunidades brinden su apoyo a este proyecto diocesano.
Seguimos encomendando el periódico Presencia a la protección e intercesión de Santa María de Guadalupe, primera evangelizadora de América, así como a san Francisco de Sales, patrono de los medios de comunicación impresos. Sea el Espíritu de Dios y la fidelidad a Cristo y a su enseñanza las que nos abran camino en el porvenir.