El doctor Alejandro Hernández Cárdenas inventó una fórmula que rehidrata a los cadáveres para identificarlos y que reciban una digna sepultura…
Diana Adriano
En el evangelio de San Mateo se nos enseñan las obras de misericordia, entre ellas, “Enterrar a los muertos y rezar por ellos”. Sin embargo, muchos cuerpos no pueden recibir una sepultura digna, como Dios manda, debido a diversas circunstancias en una ciudad como Juárez, marcada por la violencia, las guerras, y hasta por el abandono.
Esto debido a que no pueden ser identificados y deben terminar en una fosa común.
Esto lo pensó Alejandro Hernández Cárdenas, Médico Cirujano Dentista con una especialidad en Estomatología Legal y Forense, quien desde hace años desarrolló una fórmula que permite rehidratar un cadáver en descomposición para identificarlo y salvarlo así de la fosa común.
Necesidad de ayudar
En entrevista con Periódico Presencia, el médico de 65 años de edad, compartió que en la época en la que Ciudad Juárez era conocida por sus ‘muertas’, él veía a través de las noticias cómo encontraban los cuerpos de mujeres en el desierto: acartonados, con un alto grado de descomposición, momificados, que imposibilitaban su identificación.
“Eso me llamó la atención. Yo tengo tres hijos, dos son mujeres, y eso hacía que me pusiera en el lugar de los papás”, relató.
Tiempo después, el doctor comenzó a trabajar en la Fiscalía del Estado, y vio la misma situación: muchos cadáveres que ingresaban en un estado muy grave de putrefacción y tampoco era posible identificarlos.
“Lamentablemente, muchos se fueron a la fosa común, como desconocidos”, explicó.
Su hallazgo
Esta situación motivó al Dr. Hernández para poner en marcha técnicas que le enseñaron mientras cursaba la especialidad, y que, resaltó, se implementan en todo el mundo para recuperar el pulpejo o yema de los dedos con la finalidad de recuperar la huella dactilar.
“Eso era lo que yo buscaba, pero me di cuenta de que esas técnicas no me daban la calidad que necesitaba. Fue así que comencé a realizar mis propios experimentos, a combinar elementos químicos, agregar otros, subir y bajar porcentajes, etcétera”, explicó el profesionista.
Así fue como, tiempo después, logró dar con una fórmula que le permitió rehidratar completamente el dedo de un cadáver momificado y tomar una huella dactilar con un cien por ciento de calidad.
Para su sorpresa, la fórmula también lograba que el dedo quedara natural, como si acabara de ser amputado, señaló.
“Fue así como decidí poner una mano completa, después el brazo completo y ahora estamos en la capacidad de procesar cadáveres completos, y de esta forma podemos recuperar todas las características naturales y adquiridas para identificar a los difuntos”, agregó el entrevistado.
Grata sorpresa
No sin sorpresa, el doctor Hernández se dio cuenta de que a través de este procedimiento se puede obtener el color de la piel, lunares, cicatrices, tatuajes, manchas por enfermedad y todas las características que pueden permitir identificar de una mejor manera y sin dudas, el cuerpo de un difunto.
“También podemos recuperar las características de las lesiones que les provocaron la muerte, ayudando con eso, saber si fue una muerte natural o una muerte violenta y se obtiene evidencia para abrir carpetas de investigación”, señaló.
Dios me dio esta misión
El doctor Hernández se identifica a sí mismo como una persona de fe. Dijo que con su familia acude a la comunidad parroquial Jesús Maestro, y compartió que entabló una estrecha amistad con el padre Hesiquio Trevizo (qepd), quien, en sus pláticas, le ayudó a reconocer su trabajo como un don de Dios.
“Siempre lo he dicho: a raíz de que desarrollé este trabajo me invitan a muchos lados, cursos, eventos de nivel mundial, y cuando llego a estos eventos me ven como un extraterrestre, porque es algo de lo que no hay antecedentes en el mundo, sólo en Ciudad Juárez se hace”, dijo.
“Me ven con admiración y me consideran una persona muy inteligente, pero no soy una persona más inteligente que el promedio normal. Lo que pasa es que Dios me dio esta misión, y por eso que he podido realizarla. Siempre lo he reconocido: Dios me eligió y para eso me puso aquí, en esta misión”, compartió.
El médico recordó que recibió la patente de su fórmula en el año 2016, sin embargo, ha sido muy poco el apoyo que ha tenido de parte del Gobierno para comenzar a capacitar a otras personas que lo puedan poner en práctica en otros Estados de la República.
“Me han buscado personas del FBI, así como de otros países para que se pueda implementar esta técnica en sus países, sin embargo, yo siempre les he dicho que primero quiero que se ponga en práctica aquí en México. Lastimosamente, parece que el Gobierno no desea que los mexicanos avancemos”, lamentó.
Obra satisfactoria
El doctor Hernández dijo que por salud mental no lleva la cuenta de los casos que ha atendido, pero le queda la satisfacción de que al identificar un cuerpo, puede dar a las familias tranquilidad.
“Lo que más duele es la muerte de un hijo, eso debe ser terrible, pero me imagino que debe ser peor si es una mujer, si es una hija. El dolor, la incertidumbre de no saber dónde están, por eso para mí es muy satisfactorio cuando logramos identificar y entregar el cadáver de una joven”, añadió.
“Qué más quisiera que no hubiera muertos, pero si ya está, y se encuentra en esas condiciones de no poder identificarse, pues ayudar y darle la tranquilidad a esos padres de poder cerrar su duelo, y poderle dar una sepultura de acuerdo a sus creencias”.
“De esta forma ya tienen un lugar a donde ir a llorarle o a orar por la persona. Eso me da una satisfacción personal y profesional”, concluyó el entrevistado.