Claudia Iveth Robles
Después de 13 años de casados, tiempo en el que intentaron de varias formas concebir un hijo, Francisco Velasco y María Antonieta Arce recibieron el milagro de la vida en el nacimiento de su hijo, justo cuando habían aceptado la voluntad de Dios y se habían consagraron como servidores en el Movimiento Familiar Cristiano.
Fue el pasado 11 de octubre del 2017 cuando esta pareja vivió el mayor milagro de amor en sus vidas, con el nacimiento de su hijo Francisco, quien les trajo la sorpresa del amor permanente de Dios.
Marian (como todos conocen a María Antonieta) no duda Dios los ha acompañado siempre, pues se entregaron a su voluntad, por la que permitió que todo su embarazo y el nacimiento de su hijo saliera sin contratiempos, a pesar de que al embarazarse ya tenía 41 años de edad.
Su historia
Francisco y Mariane se conocieron en Tijuana hace 16 años, cuando coincidieron por motivos de su trabajo. El es originario de Ensenada, Baja California, y ella de Ciudad Obregón, Sonora, pero viven en Ciudad Juárez desde 2013.
Se casaron en el 2005 y comenzaron proyectos en conjunto, pero en el primer año Mariane se apasionó por su trabajo y se olvidó del proyecto de ambos para formar una familia.
Cuando su esposo le dijo ‘vamos a tener un bebé’, Marianne se ilusionó, aunque a la vez se preocupó por su trabajo, ya que le iba muy bien, y la maternidad no era en ese instante una buena opción para continuar con el mismo ritmo.
“En realidad estaba siendo egoísta porque sólo pensaba en mi. Por eso Francisco se entristeció y y empezó a notarse un vacío en nuestro matrimonio, pues los proyectos de familia se hicieron a un lado”, platicó Marian.
Tras dos años de matrimonio, Marian comenzó incluso a pensar en que quizá el matrimonio no era para siempre y la relación se fue enfriando hasta que el hermano de Francisco y su esposa los invitaron a un encuentro del Movimiento Familiar Cristiano.
Hoy la pareja ve su participación en ese encuentro como la intervención de Dios en su familia.
Aceptaron la voluntad de Dios
Al estabilizarse como pareja, Francisco y Marian acudieron a consulta con una ginecóloga y se realizaron algunos estudios, pues ya habían pasado varios años y no habían podido concebir a un hijo.
Los meses siguientes vivieron una ilusión, pues siempre pensaban que quedarían embarazados : “este mes sí”, decían. Pero nada. Y así los siguientes meses hasta que comenzó a llegar cierta desilusión.
Luego, la pareja fue invitada a servir en el MFC de Tijuana, donde consideran que su matrimonio se fortaleció.
“Llevamos la plenitud matrimonial sirviéndole a Dios”, compartieron Francisco y Marian.
Pasaron cuatro años y aunque todos les ofrecían oraciones para que pudieran concebir, y conocieron casos de personas en tratamientos de fertilidad, ellos se negraron a recurrir a esas técnicas.
Servidores en Juárez
Ya sin mucha esperanza de tener un hijo, la pareja llegó a Ciudad Juárez en 2013 y en una kermés del Seminario conocieron al MFC diocesano y se integraron al Movimiento.
Para el 2015 los presidentes diocesanos los invitaron a integrarse al equipo diocesano y ellos accedieron a seguir sirviendo a Dios desde esta trinchera.
Para entonces estaban convencidos de que Dios los llamaba a servirle no tanto como padres, por lo que en cierta forma se resignaron a no tener hijos.
“Le dije a Dios: aceptamos tu voluntad y estoy feliz”, dijo María Antonieta, quien luego junto a su esposo comenzó un programa en Radio Guadalupana.
Un milagro
En diciembre del 2016, en una posada de amigos el doctor Pepe Ruiz, de Laicos en Misión Permanente, se acercó a María Antonieta y le dijo: ‘el Señor te quiere dar un regalo’.
María Antonieta recuerda que le sorprendió la frase del doctor Ruiz, pero aceptó que hiciera una oración por ella, ahí mismo.
Al mes siguiente, enero del 2017, Marian presentó un retraso en su menstruación, pero no hizo mucho caso, pues no querían pasar por otra decepción. No obstante acudió a hacerse unos estudios de sangre y cuando recibieron el resultado, grande fue su sorpresa al ver que era positivo al embarazo.
“Hasta el doctor se sorprendió porque yo tenía 41 anos y no estaba sometida a ningún tratamiento. Dijo ‘es un milagro’, y me aclaró que no se trataba de un embarazo de alto riesgo”.
Luego de ello Francisco y Marian compartieron la noticia a todos los amigos que habían orado por ellos y recordaron con gran conmoción las palabras de don Pepe: “Dios quiere darte un regalo”.
“Supimos que esta era su regalo. Dios puso todo, este bebé estaba protegido y se lo ofrecimos a Dios, siempre de la mano de la Virgen María”, agregó.
Siempre fecundos
Hoy la pareja no hace sino agradecer a Dios por el infinito amor que les ha mostrado al prestarles a su hijo
“Cuando ves a tu hijo es algo increíble, no hay otra cosa que ver la mano de Dios… ves la creación de Dios”, dijo Francisco con los ojos llorosos.
Finalmente la pareja envió un mensaje a otros matrimonios que no han podido concebir a un hijo:
“Dios tiene un plan para cada quien y si el plan es que no tengamos hijos, no quiere decir que no seamos fecundos. Busquemos estar bien con nuestra pareja y servir a Dios. El hijo es un don”.