- Justo cuando se han cumplido 20 años de su brutal asesinato se ha reconocido oficialmente el martirio gracias al cual Sor María Laura Mainetti será beatificada …
Agencias
María Laura Mainetti es oficialmente mártir y será beatificada próximamente tras haber sido asesinada en junio del año 2000 por tres chicas adolescentes durante un ritual satánico en Italia. Antes de morir, esta religiosa de las Hijas de la Cruz perdonó a sus asesinas, a las que años antes había enseñado en catequesis.
El pasado viernes 19 de junio, la Santa Sede publicó el decreto de la Congregación para las Causas de los Santos en el que se reconocía el martirio por odio a la fe esta monja, que en el momento de su asesinato era la superiora de la comunidad en Chiavenna, además de haber ayudado durante años a jóvenes con problemas.
Siempre dispuesta a ayudar a los jóvenes
De hecho, este fue el gancho que utilizaron las jóvenes adolescentes para asesinarla y realizar con ella este rito satánico. Ambra Gianasso, Milena De Giambattista y Veronica Pietrobelli tenían 17 y 16 años.
Una de las chicas era amante de un adulto casado y con hijos, en cuya casa encontraron escritos satánicos similares a los hallados en la escena del crimen, donde las tres jóvenes se cortaron el brazo para hacer un pacto de sangre.
En total, la hermana María Laura Mainetti recibió 19 puñaladas, un error de las jóvenes, cuyo objetivo inicial es que fueran 18, seis puñaladas por cada una de ellas para conformar el número 666. Antes habían logrado reducir a la religiosa mediante un golpe en la cabeza con un ladrillo. Mientras la mataban ella perdonó a las adolescentes.
En realidad, la víctima ideal que deseaban las asesinas era el sacerdote Ambrogio Balatti, pero finalmente desistieron porque era un hombre corpulento y temían no poder reducirlo. Por ello, finalmente decidieron ir a por esta monja siempre dispuesta a ayudar a los jóvenes.
Una trampa y un ritual satánico
Precisamente, fue este el ardid que utilizaron las asesinas. Ambra fue la que materializó la trampa contra la monja. Llamó por teléfono al convento y preguntó por la hermana María Laura sabiendo que ella ayudaba a personas en dificultades. Ahí empezó el engaño.
Se presentó como Erica y dijo a la monja que tenía un problema, que estaba embarazada y que estaba planteándose abortar, y quería pedirla ayuda. Sin pensárselo, pese a que eran las 10 de la noche, María Laura Mainetti, salió en su ayuda y quedó con ella en un parque para auxiliarla y animarla a seguir adelante con aquel supuesto embarazo.
Una vez en el lugar, la religiosa recibió el golpe en la cabeza con el ladrillo. Ya aturdida las jóvenes empezaron a apuñarla de una en una pasándose el cuchillo para completar el ritual satánico. Además y durante el homicidio sonaban algunas canciones de Marilyn Manson, un polémico músico estadounidense que tiene entre sus álbumes uno titulado “Anticristo Superstar”.
Perdón otorgado antes de morir
Ambra Gianasso, Milena De Giambattista y Veronica Pietrobelli fueron halladas culpables de la muerte y sentenciadas a prisión.
Durante el juicio, las tres asesinas adolescentes confesaron que mientras mataban a la hermana María Laura ella dijo: “Señor, perdónalas”.
Algunos años después salieron de la cárcel y participaron en programas de servicio comunitario. Ahora, con nuevas identidades, han podido rehacer sus vidas. Según el Corriere della Sera, no se sabe si conocen de la causa de beatificación de Sor María Laura.
(Con información de Religión en Libertad y Aciprensa)
Quien fue Sor María Laura
Teresina Mainetti, nombre original de Sor María Laura, nació en Colico el 20 de agosto de 1939. Fue la décima hija de Marcellina y Stefano y quedó tempranamente huérfana de madre.
La Diócesis de Como, Italia, revela que un sacerdote le dijo durante una Confesión: “de tu vida debes hacer algo bello para los otros”, lo cual Teresina interpretó como el plan de Dios para su vida y la llevó a desear una «vida toda entregada en el amor». Así, en 1957 comunicó a su familia que quería ser monja.
A los 18 años ingresó en la Congregación de las Hijas de la Cruz. En agosto de 1959 hizo sus primeros votos y en 1960 hizo sus votos perpetuos en La Puye, en la casa madre de la congregación en Francia.
Dedicó su vida a la educación, la formación y la asistencia espiritual y material de niños, adolescentes y sus familias en Vasto, Roma, Parma, hasta que llegó a Chiavenna en 1984. En 1987 fue elegida superiora de esa comunidad.
Las religiosas hermanas de Sor María Laura comentan de ella que su proyecto de vida se puede resumir en algo que decía: “Hacer algo bello por los otros” -lo que le dijo aquél sacerdote- y “estar siempre disponibles en todo para los otros, hasta dar la vida como Jesús”. Y así murió, intentando ayudar hasta el extremo.
Tras el traslado de sus restos del cementerio local, ahora reposa en la capilla lateral de la Collegiata de San Lorenzo.
Venerada por gente de todas las edades
En una misa que celebró en Chiavenna por los 20 años del asesinato de esta monja mártir, el obispo de Como, monseñor Óscar Cantoni, dijo durante la homilía:
“Veinte años nos separan de su dramática muerte y su mirada llena de ternura para todos, su deseo de testimoniar el amor personal de Jesús ante los pequeños, los pobres, los humildes, sigue fascinando a cuantos han tenido la fortuna de acercarse a ella o la conocieron a través del testimonio de quienes en estos años han mantenido viva su memoria”.
De este modo, el prelado pidió unirse a “a esta acción de gracias para poder recibir aquellos dones de vida evangélica que han sido ampliamente reconocidos en Sor Laura, tan necesarios hoy para cada uno de nosotros si es que queremos ser, como ella, pan maduro para la vida del mundo”.
“Sor María Laura es venerada por el pueblo de Dios de todas las edades. Su sacrificio es el resultado final de una existencia enteramente entregada” como hizo “Jesús, su amado esposo”, agregó el obispo.
Para recordar…
En una audiencia que concedió a las hermanas de la congregación de esta religiosa, en 2008, el entonces papa Benedicto XVI quiso recordar especialmente a sor María Laura, de quien dijo: “fiel al don total de sí, sacrificó su vida rezando por quien la golpeaba”.