Ofrecen misa y Rosario en la parroquia Jesucristo Sol de Justicia, por los jóvenes asesinados en la colonia Villas de Salvárcar hace seis años…
Ana María Ibarra
Ofrendas florales y fotografías de los 15 jóvenes asesinados hace 6 años en Villas de Salvárcar, fueron colocadas frente al altar de la parroquia Jesucristo Sol de Justicia, donde el pasado sábado 30 de enero se reunieron familiares y amigos para celebrar una misa en memoria de cada uno de ellos.
En el templo, que lució abarrotado, se hicieron presentes también activistas sociales y defensores de derechos humanos, así como miembros de la comunidad juarense y diocesana en un signo de solidaridad y fraternidad.
Aunque se esperaba la presencia del obispo don José Guadalupe Torres Campos, fue el párroco Antonio Urrutia quien, acompañado del sacerdote carmelita, Pedro Hinde, presidió la misa y dio una palabras de aliento de parte de monseñor Torres, quien por motivos de salud no pudo asistir.
Sentirse acompañados
Después de la lectura del evangelio, leído por el padre Hinde, el padre Antonio dirigió unas palabras a las familias de los jóvenes fallecidos hace seis años en manos criminales.
“Queridos familiares y amigos de estos jóvenes, en esta confianza que el Señor nos manifiesta en el evangelio, nos damos cita en este lugar para celebrar lo que creemos, esa fe que Jesús nos anuncia: que existe algo más allá de la muerte. Ni el temor, ni la desesperanza, hay algo más en Cristo. Con su vida nos muestra que nos sigue acompañando”, expresó.
El sacerdote reflexionó a la luz de la Palabra sobre la condición humana e hizo una invitación a los asistentes a reconocer que, esa condición humana, lleva al pecado, por lo que los motivó a pedir perdón a Dios, incluso por los pecados sociales “que no hemos podido enfrentar”, dijo.
Dirigiéndose a las familias de los estudiantes asesinados, el sacerdote expresó que a tantos años de ese suceso que cimbró no solo a la ciudad sino a todo el país, su presencia en el recinto es signo de la confianza que tienen puesta en Cristo.
“El Señor quiere poner su amor en esa herida. No están solos, lo digo en nombre de Jesús. Él va en la barca de su familia. No somos un pueblo huérfano, un rebaño sin pastor, Cristo va haciendo su obra en cada uno de nosotros”, expresó.
Así mismo, el padre Urrutia invitó a los asistentes, en especial a familiares y amigos de las víctimas, a mirar en las ofrendas florales la alegría de cada uno de los jóvenes.
“Estas flores reflejan la alegría de su deporte, su amistad entre ellos, las ilusiones que llevaban. No nos quedemos en esa tristeza de quien no tiene esperanza. El Señor nos consuela. Que el recordar a estos jóvenes nos motive a ser mejores personas, ser más alegres, más creyentes”, motivó.
Oración y justicia
El padre pidió a Dios la fortaleza para cada una de las familias ahí presentes y para que acabe la injusticia en la ciudad.
“Que a ustedes los fortalezca. Que vaya haciendo de cada uno de sus corazones una escuela de oración. Y que el recuerdo de ellos nos ayude a buscar justicia y Paz. Queremos pedirle al Señor que no deje esta ciudad igual. Necesitamos seguir pidiendo por nuestra ciudad”.
“Tenemos la misión de anunciar el evangelio. No nos quedemos en el “sin sentido” sino sigamos apostando por Jesucristo, por su Reino, por la justicia. Los invito a seguir tejiendo esa red social que nos lleve a caminar hacia una sociedad más justa”, finalizó
Bendición
Antes de la bendición, el padre hizo una oración por los jóvenes que hace seis años fueron injustamente asesinados y por sus familias, quienes siguen padeciendo el dolor de la ausencia de sus hijos.
“No alejes de tu mano a estas familias. Fortalece sus vidas y a estos jóvenes tenlos en tu Reino”, oró el sacerdote para enseguida rociar las flores y fotografías con agua bendita, acto que repitió el padre Pedro Hinde.
Al finalizar, las familias fueron acogidas por la comunidad que, en un ambiente de fraternidad les ofreció una comida. Enseguida, se trasladaron al parque Villas de Salvarcar donde rindieron un homenaje a los estudiantes en el memorial. Después acudieron al lugar del evento donde rezaron el Rosario.