Ana María Ibarra
Ante la despenalización del aborto en todo México, la cultura de la vida ha perdido la batalla jurídica, sin embargo, para el abogado Rubén Trejo, es necesario ahora insistir para ganar la batalla cultural.
En este sentido, el abogado explicó que los médicos y todo personal de salud se encuentran amparados para no realizar un aborto ejerciendo la objeción de conciencia.
Derecho del personal de salud
Si bien la Corte no tendría facultad de liberar el llamado derecho al aborto, al hacerlo, y en dado caso que este tuviese un gran alcance, la Ley General de Salud establece una posibilidad para que los médicos ejerzan su derecho a la objeción de conciencia, con la única condición de no poner en peligro la vida de un paciente, expuso el abogado.
“La objeción de conciencia está legislada en el país y establece, para los trabajadores de salud, médicos y enfermeras, pero especialmente para los médicos, la posibilidad de la objeción de conciencia para omitir la realización de ciertos actos que pudieran ir en contra de sus creencias personales”, explicó.
Este derecho, añadió, se ejerce sin necesidad de un procedimiento previo.
“No es necesario que el médico acuda a una instancia ni judicial, ni administrativa para ejercer este derecho, simplemente si llegara una mujer buscando un aborto, el médico se puede negar y ejercer su derecho de objeción de conciencia sin ningún temor”, afirmó.
Así pues, resaltó, ni el sindicato, ni el jefe de clínica, pueden obligar a un galeno a realizar una práctica que vaya en contra de sus creencias personales, siempre y cuando al ejercerla no ponga en riesgo la vida de la persona.
“Están en un supuesto de violar su derecho de objeción de conciencia y eso puede tener consecuencias legales tanto para el jefe de clínica como para el líder sindical que se atreviera a obligar en este sentido”, advirtió.
Y agregó: “Los ampara, en primer lugar, la Constitución donde reconoce que las personas tenemos libertad religiosa y de creencias, esa es la primera capa de protección. También hay tratados importantes nacionales sobre el tema, además de la Ley General de Salud”.
Despenalización
Como una paradoja jurídica definió el abogado Trejo la despenalización del aborto. Dijo que es estar frente a una esquizofrenia legal, pues en la Constitución debe haber una progresividad de la protección de los derechos humanos, y una vez que éstos son protegidos, hasta cierto punto, no se pueden retrotraer.
“Los códigos civiles de nuestros estados y el mismo Código Civil Federal, establecen cuestiones a favor de los nonatos considerándolos herederos. En ese sentido, quiere decir que les hemos reconocido derechos, por lo tanto, el nonato es una persona y tiene todos los derechos que una persona puede gozar, entre ellos el principal, que es el derecho a la vida”, explicó.
Dijo que si se elimina este derecho a la vida desde antes del nacimiento “estaremos violando nuestra propia Constitución bajo el principio de progresividad que existe en ella y que viene de la reforma del 2011”.
“Sería inusitado que la Corte considere más importante un pseudo derecho al aborto en contra o por encima del derecho a la vida de personas que han sido reconocidas como tales en nuestro Derecho mexicano”, reiteró.
Para el abogado existe una inexplicable contradicción que la misma Corte estaría generando, especialmente por el daño irreversible que se provoca a la persona al separarla del cuerpo materno, ya que por sí misma no puede vivir.
“Se estaría asesinando a una persona en el ejercicio de un pseudo derecho porque en ningún tratado internacional, ni siquiera en nuestra constitución, se establece. Que la madre pueda separar de su vientre al nonato sin que tenga una consecuencia, no tiene una base jurídica”, aclaró.
Ganar la batalla cultural
El abogado explicó que, dado que el dictamen para despenalizar el aborto fue dado por la Suprema Corte de Justicia de la Nación, en caso de que una mujer tomara la decisión de abortar, recurriría en primera estancia al sector público, sin embargo, el derecho a la objeción de conciencia es de todos los médicos, tanto los que se encuentran en el sector salud público como privado.
Por lo tanto, dijo en este asunto lo que hay que ganar no es la batalla jurídica, sino la batalla cultural.
“A veces se puede perder la batalla jurídica, pero lo que hay que cuidar es ganar la batalla cultural. Hay que estar insistiendo en que los médicos tienen ese derecho de objeción de conciencia y estar insistiendo en que hay que ver al nonato como una persona, que no se trata de un montón de células amorfas donde no hay nada”, señaló.
Por otra parte, dijo, es necesario darle a conocer a la sociedad que en el vientre materno está la vida de personas.
“Que requieran apoyo al cien por ciento para poder vivir de manera extraordinaria como sucede en un embarazo no quiere decir que no sean personas. Es preferible, si no se gana la batalla jurídica, seguir insistiendo en la batalla cultural para que la persona sea perfectamente dimensionable en nuestra sociedad, desde que es concebida hasta su muerte natural”, finalizó.
Qué es y cómo se ejerce
La objeción de conciencia es el derecho que tiene toda persona de omitir determinado acto que vaya en contra de sus creencias personales.
“Es el derecho a omitir o realizar un acto, pero normalmente es la omisión de un acto que pudieran estarle imponiendo desde alguna ley. La persona puede decidir, por su convicción personal y sin dañar el derecho de ningún tercero, abstenerse de realizar determinado acto que en otras circunstancias se le obligaría realizar”, explicó el abogado Trejo. Y ejemplificó:
“Una objeción de conciencia puede darse cuando una mujer exige a un médico del sistema público de salud, que le practique un aborto. Si el médico no está de acuerdo en llevar a cabo esa práctica, puede negarse sin ningún problema porque la Ley General de Salud lo permite y además no se pone en riesgo la salud de nadie, ni la vida”, señaló.
En sentido contrario, agregó, si un médico que tenga por convicción que las transfusiones de sangre van en contra de ciertas escrituras sagradas, y un paciente requiera que le trasfundan sangre para salvar su vida, el médico no puede ejercer en ese momento su objeción de conciencia, porque peligra la vida del paciente.
“El médico está obligado a llevar a cabo la transfusión de sangre. Así operaría en un sentido y en otro, esta prescripción legal que se encuentra en la Ley General de Salud”.
Frase…
Si no se gana la batalla jurídica debemos seguir insistiendo en la batalla cultural para que la persona sea perfectamente dimensionable en nuestra sociedad, desde que es concebida hasta su muerte natural.
Lic. Rubén Trejo Ortega/ Abogado