Ana María Ibarra
Una tarde de alabanza y oración, pero también de reflexión, vivió la comunidad parroquial de Cristo Rey en su asamblea mensual el pasado viernes 7 de julio.
Esa tarde se contó con la presencia del padre Juan Carlos López, director de Radio Guadalupana, quien presentó una reflexión sobre el Domingo, día del Señor.
Celebrar la libertad
Con cantos de gozo, la comunidad alabó al Señor iniciando así la asamblea.
Haciendo participes a los niños de este momento en comunidad, dos niñas realizaron la oración con el Salmo 23: “El Señor es mi pastor nada me falta”.
Después de la oración que las niñas hicieron desde su corazón puro, el padre Juan Carlos comenzó el tema apoyado por el documento “La satisfacción del domingo”, del Santo Padre San Juan Pablo II.
El sacerdote expuso que el domingo es el día de descanso después de una semana laboral, sin embargo, expresó, para quienes se encuentran integrados a una parroquia, es el día de más trabajo en la comunidad.
“Siempre hay algo qué hacer. Es el día de la solidaridad”, expresó.
Señaló que la Eucaristía es el centro del domingo, pues el domingo es la pascua semanal que nace de la Pascua de la Resurrección.
“Nuestra alegría es la Resurrección del Señor. Los cristianos vamos alegres a la Eucaristía dominical porque celebramos la Pascua. Estamos alegres porque nos han liberado. Cada domingo tenemos la oportunidad de celebrar que somos libres, que ya no hay esclavitud del pecado”, resaltó.
Día propicio
El domingo, dijo el padre Juan Carlos, tiene que ver con el sábado judío y explicó la importancia que tiene el descanso y que se expresa en la Biblia.
“Dios trabajó seis días y descansó hasta que creó al hombre. Nosotros, después de todos los días de trabajo, lo que menos tenemos es tiempo para pensar en Dios. El descanso mandado por Dios es para saber que dependemos de Él. El domingo es el día propicio, junto con la Eucaristía”, dijo.
Por lo tanto, expuso, lo que distingue al católico es tener un día para agradecer a Dios lo que su gracia le permite al ser humano hacer bien y pedir perdón por los pecados.
“El domingo es también el día de la caridad. La Eucaristía nos tiene que hacer pensar en el hermano”, expresó.
Después de su reflexión, el sacerdote invitó a la comunidad a estar un momento ante el Santísimo Sacramento para pedir perdón a Dios por no vivir la alegría de la celebración de la Eucaristía.
“Pidamos al Señor que nos haga hombres y mujeres alegres, que esas tristezas y el cansancio de la vida dura se acaben y se transformen en alegría con la Eucaristía. Que el domingo descansemos en Él y empecemos el lunes con nuevas fuerzas. Que la Eucaristía sea impulso para la caridad. Que después de cada Eucaristía nuestro corazón no sea indiferente a nuestros hermanos necesitados”, oró el sacerdote ante Jesús Sacramentado.
Con aplausos, la comunidad agradeció al padre Juan Carlos por compartir su reflexión.