- En el aniversario de su llegada a la diócesis, don Guadalupe ordenará cinco diáconos transitorios y dos permanentes…será el 22 de febrero, fiesta de la Cátedra de san Pedro…también se recordará el cuarto aniversario de la visita del Papa a Juárez.
Con motivo de su aniversario episcopal a celebrarse el próximo 22 de febrero, el obispo diocesano, don J. Guadalupe Torres Campos regalará a la diócesis siete nuevos diáconos, cinco transitorios y dos permanentes.
La celebración se llevará a cabo en la parroquia El Señor de la Misericordia a las 10 de la mañana, donde recibirán el primer grado del sacramento del Orden Edgar Omar Arellano, René Acosta, Arturo Martínez, José Luis Soriano y Eduardo Canales, mientras que serán ordenados diáconos permanentes los seglares J. Guadalupe Segura y Félix Carrera.
Esta celebración será también motivo de acción de gracias por el aniversario de la llegada del obispo a la Diócesis de Ciudad Juárez, así como por el cuarto aniversario de la visita del Papa Francisco el 17 de febrero del 2016.
A partir de hoy presentamos, por partes, a los futuros diáconos con su historia vocacional.
Edgar Omar Arellano Escalante
Fecha de nacimiento:19 diciembre 1980
Sus padres: Valentín Arellano y María Estela Escalante
Con una vida prácticamente hecha, Edgar descubrió que su vida no era plena. Fue por la piedad de su abuelita y la cercanía con los sacerdotes de su parroquia Santa Rosa de Lima, que nació su vocación, la cual se confirmó con su servicio en la parroquia, con el padre Roberto Luna y posteriormente con el padre Alberto Castillo.
“Soy el segundo de tres hermanos. Mi historia vocacional inició en la capilla San Juan Bosco. El padre Rogaciano Olvera fue un sacerdote cercano a mi familia, gracias a la piedad de mi abuelita en los grupos de Acción Católica y la Legión de María. Viví un año de discernimiento con el padre Castillo y el padre Salvador Magallanes, entonces encargado de Pastoral Vocacional.
Después de este proceso, y a pesar del temor por su edad, Edgar respondió dejando su vida profesional, los estudios de maestría que cursaba en ese entonces y su trabajo.
Decisión firme
“Tomé la decisión firme de ingresar al Seminario. Ingresé el domingo 9 de agosto del 2009 a las 12 del mediodía, a los 28 años de edad”, recordó Edgar.
El futuro diácono definió su formación dentro del Seminario como un proceso que enriqueció su vida y lo fue llevando a la plenitud, aunque reconoció que no fue fácil
“Hubo retos, momentos muy difíciles, sobre todo cuando mi mamá enfermó, cuando murió mi abuelita que era muy importante para mi vida, pero con la gracia de Dios y siendo sincero en el acompañamiento, se abrieron puertas y fui madurando”.
Edgar salió un año al concluir tercero de teología y reingresó para terminar su formación en 2018, esperando un año siete meses la decisión de Dios, a través del obispo, para ser ordenado.
“Estuve en la parroquia Santo Niño de Atocha con el padre Armando Benavides, y Semana Santa del 2019, el obispo me encomendó Santa María de la Montaña, donde me nombró custodio. A la fecha sigo trabajando ahí con el padre Felipe de Jesús Juárez”.
Y agregó: “Fue un tiempo de mucha oración, de mucha esperanza. Todo lo que me tocó vivir en este año siete meses lo he vivido como una bendición, para crecer, madurar, ser más firme al llamado y dócil para responder. Me siento muy contento, con mucho entusiasmo. Oren por nosotros, que por gracia de Dios hemos sido llamados”.
René Acosta Vázquez
Fecha de Nacimiento: 5 de octubre 1992
Padres: Justino Acosta e Irma Vázquez
El futbol, llevó a René al lugar donde nacería su vocación, la parroquia Nuestra Señora de la Paz, donde, después de haber participado en una tercia de balón pie, ingresó al curso de Confirmaciones.
“Mi inquietud a la vocación llegó por varios motivos, uno de ellos el testimonio del padre Carlos Márquez, (q.p.d). El proceso fue rápido, preguntándome más seriamente sobre la vocación, me acerqué al padre Carlos para un acompañamiento. Me acerqué a la pastoral vocacional del Seminario y escuché más claro el llamado”, dijo René.
René asistió a la jornada de Adviento 2010, a la jornada de Semana Santa y preseminario del 2011 y a los pocos meses respondió ingresando al Seminario, con 18 años de edad.
“Fue un proceso difícil, pero también muy bonito. Viendo hacia atrás el camino recorrido, me doy cuenta que es pura misericordia de Dios, ninguno de nosotros lo vemos como un logro personal, sino como un regalo”, dijo refiriéndose también a sus compañeros.
Sus pilares
Las crisis y dificultades que atravesó en su formación, René las supo aprovechar y superar de la mano de Dios.
“Me ayudaron a crecer muchísimo, a madurar. Lo más difícil fue conocerme a mí mismo, adentrarme a mi historia personal, descubrir mis fortalezas y debilidades. La vida comunitaria, en un principio fue difícil, pero luego se convirtió en una fortaleza personal y en un pilar el vivir con los compañeros que se van volviendo hermanos”, señaló.
En el aspecto familiar, René sufrió el descontento de su familia, sin embargo, con su oración Dios tocó sus corazones.
“Gracias a Dios fueron cambiando, lo fueron aceptando, en este momento creo que son los más contentos y orgullosos. Me encuentro muy contento, agradecido. Todavía no me la creo, siento como si fuera un sueño, pero estoy muy feliz y nervioso porque sé que viene algo muy grande”, dijo el joven de 27 años.
“Quiero agradecer a la comunidad por todo su apoyo durante el camino que hemos recorrido, en la oración, en la cercanía y pedirles que sigan rezando mucho por nosotros para realmente poder responder generosamente a este llamado”, finalizó.