Ana María Ibarra
Después de cinco meses de ausencia en su sede, el obispo regresó el pasado domingo 23 de agosto a presidir la Eucaristía en la Catedral Nuestra Señora de Guadalupe.
En la misa que celebró a las 12 del mediodía y se transmitió por Radio Guadalupana y Redes sociales de la diócesis, el obispo estuvo acompañado por el padre Eduardo Hayen Cuaron, párroco.
Como se sabe, en estos meses de pandemia el obispo estuvo celebrando la misa dominical desde su capilla privada, la cual se transmitió cada semana por Radio Guadalupana y redes sociales de la diócesis.
Ya de nuevo en Catedral, en su saludo inicial, el obispo dijo estar alegre de saludar a la audiencia de Radio Guadalupanan desde el templo que es sede principal del obispo y donde se reencontró con algunos servidores, quienes vivieron solemnemente la celebración.
“Me alegra saludarles. Nos unimos en torno al altar, desde aquí, con toda la diócesis. Pedimos que cese la pandemia y pedimos reunirnos de manera personal lo más pronto posible. Necesitamos la misa presencial para estar en comunión con Jesucristo y con los hermanos”, expresó el obispo.
Así mismo pidió por los enfermos, especialmente por el padre Beto Luna, párroco de Corpus Christi, quien se encuentra delicado de salud.
“Ustedes que están en el trabajo, en sus hogares, en la cárcel, sus intenciones las presentamos al Señor. Los invito a seguir orando por la paz del mundo, la paz en México y en nuestra ciudad”, dijo.
Mientras la celebración se realizaba al interior del templo con un mínimo número de servidores, los alrededores lucían aglomerados de personas.
La plaza, los corredores de los mercados aledaños y los negocios se encontraban abiertos atendiendo a la gente que desde hace semanas acude al centro de la ciudad para hacer compras o simplemente de paseo.
Profundizar respuesta a Jesús
En su homilía, reflexionando el evangelio de ese domingo XXI del tiempo ordinario, el obispo retomó las preguntas que Jesús hace a sus discípulos camino a Jerusalén: ¿Quién dice la gente que soy yo?, y ustedes, quién dicen ustedes que soy?
“Hoy se cuida mucho la imagen. Jesús no cuidó la imagen, Él es transparente, vive en libertad. En su primera pregunta desea saber qué imagen, qué idea, qué piensan de Él. No tanto le interesa a Jesús la imagen de lo que piensan los otros, por eso la siguiente pregunta: ¿quién dicen ustedes que soy yo?”.
En esa línea, dijo el obispo, Jesús hoy pregunta a cada uno, de manera personal.
“No nos limitemos a contestar. Hay que profundizar la respuesta”, reflexionó.
El obispo invitó a los fieles a orar mucho y a iniciar, como Pedro, un camino de aprendizaje personal con Jesús.
“La respuesta la encontramos en el Credo. Que no sea una formula aprendida. Decir: ‘creo en Jesús’ es un compromiso de amar a Dios y a los hermanos”.
Para finalizar su reflexión, el obispo motivó a la comunidad diocesana:
“Pidamos la gracia del Espíritu Santo para confesar la fe ante toda la gente. Siempre mantengamos también nuestro amor entrañable a nuestra Madre Santísima”.
Al concluir la celebración, el obispo otorgó al pueblo de Dios la bendición solemne.
“Pedimos que cese la pandemia y pedimos reunirnos de manera personal lo más pronto posible. Necesitamos la misa presencial para estar en comunión con Jesucristo y con los hermanos”.
Mons. J. Guadalupe Torres, obispo de Ciudad Juárez