Ana María Ibarra
Escritos por diferentes autores en distintas épocas, los Salmos han sido utilizados en la historia de la Iglesia como una manera de orar a Dios y de expresar los sentimientos que surgen en circunstancias específicas en la vida del creyente.
Así lo explicó el padre Juan Manuel Orona, al hablar este septiembre, mes de la Biblia sobre la parte de la Biblia conocida como Salterio, a la cual, dijo el sacerdote, toda persona debe acercarse a ellos con fe.
Oración de la Iglesia
Oraciones de alabanza y plegarias es lo que expresan los 150 Salmos escritos en el Antiguo Testamento.
«Cuando el cristiano y el judío quieren hacer oración recurren especialmente a esta fuente de los Salmos, que son cantos que se entonaban con un instrumento musical. Por eso ahora dentro de la misa, preferentemente cuando hay un salmista, se canta o se entona el Salmo. Los Salmos son entonces un libro de oraciones y el cristiano, cuando quiere hablar con Dios, recurre a este tesoro”, expuso el padre Juan Manuel Orona.
Los Salmos, abundó, fueron escritos por miembros del pueblo judío en distintas épocas.
«Son el resultado no solo de la mano de un autor, sino de varios. Algunos de ellos también son, se dice, relecturas, es decir, son actualizaciones de algunos acontecimientos salvíficos del pueblo de Israel. Por ejemplo, algunos Salmos recogen la liberación del pueblo israelita de Egipto donde el autor actualiza otro momento de la historia del pueblo que Dios liberó”, señaló el entrevistado.
El sacerdote agregó que el Libro de los Salmos, como se encuentra en la Biblia, compuesto por 150 cánticos, quedó definido entre el Siglo III y el Siglo II antes de Cristo.
“Los Salmos, como los tenemos en la Escritura, son inspirados, canónicos reconocidos por la Iglesia. Son de un grande valor, porque son la oración del pueblo judío y fueron también la oración de Jesús, de los apóstoles y de las primeras comunidades cristianas, no se diga de los monasterios y ahora son la oración de la Iglesia”, resaltó.
Acercarse a ellos
Una manera de orar con los Salmos, mencionó el padre Juan Manuel, es través de La Liturgia de las Horas, que marca el ritmo de la oración en la mañana a mediodía, en la tarde, en la noche.
«Los Salmos tienen una grandísima importancia espiritual ya que nos enseñan las palabras para dirigirnos a Dios. El mismo Dios, en los Salmos, nos da su lenguaje para que nosotros podamos dirigirnos a él con sus propias palabras”, dijo.
El padre Juan Manuel manifestó que, como con cualquier otro texto de la Biblia, hay que acercarse a los Salmos con fe, sabiendo que es Dios quien habla a su pueblo.
«No solo es palabra humana, es Palabra Divina inspirada por el Espíritu Santo. Hay que acercarnos a los Salmos pidiendo la luz del Espíritu Santo para comprender y actualizar mejor su mensaje a nuestra vida, a nuestra patria, a nuestra familia, a la vida de comunidad”. Señaló que es de ayuda si se participa en un curso o un taller de introducción a los Salmos para comprender mejor.
«Siendo composiciones muy antiguas habrá algunas expresiones, algunas palabras que no nos sean conocidas o nos suenen con mucha dureza. Por ejemplo, los llamados Salmos imprecatorios mencionan algunas frases violentas”, advirtió.
Sin embargo, al conocer porqué el autor o el orante utiliza esas expresiones, se puede entender que es el mismo mal o los sentimientos de venganza que todo ser humano a veces experimenta.
“Esto nos recuerdan que todos los sentimientos, las experiencias humanas que experimentó el salmista, las sentimos también nosotros y por eso hacemos muy propia esta oración para nuestra vida”, aclaró.
Diferentes formas de plegaria
Al ser los Salmos oraciones del pueblo israelita y actualmente de la Iglesia, estos contienen diferentes formas de plegaria.
“Hay salmos de súplica, penitenciales para pedir perdón y prepararnos para una buena Confesión. Hay Salmos que alaban a Dios por la creación, hay Salmos que reconocen a Dios como Rey, hay Salmos de peregrinación, hay Salmos que se rezaban en la liturgia, es decir, en el templo”.
Por lo tanto, los Salmos nunca están en un estado puro, es decir, son una mezcla de muchas experiencias humanas que el creyente tiene en su vida, dijo el padre Juan Manuel.
“A veces estamos contentos y alabamos a Dios, pero al mismo tiempo, pedimos perdón por nuestros pecados. Esos son los Salmos, una expresión de todos los sentimientos, experiencias que el creyente como persona puede experimentar y que desde esa realidad se dirige a nuestro Dios”.
Sugerencias
El padre Juan Manuel explicó que una forma de leer los Salmos es a través del índice alfabético que trae, por ejemplo, palabras como esperanza, confianza, perdón, etcétera.
“Podemos ir a esa palabra y buscar cuáles Salmos nos ayudan para orar suplicando confianza, suplicando perdón, así sucesivamente. Pero un plan de lectura puede ser así corrido del uno al 150 o como acabamos de mencionar, buscando algunos Salmos que contengan esta experiencia que pueda tener el creyente en un momento, o también una forma de orar que quiere dirigir a Dios, si quiere orar con abandono, busca salmos que contengan estas actitudes”.
Convencido de que del Antiguo Testamento, los Salmos son los libros de mayor facilidad en su comprensión, el padre Juan Manuel recomendó, además de la lectura personal, la lectura comunitaria.
Y presentó estas opciones para orar con los salmos:
-Aprender a orar con la Liturgia de las Horas pone ante nuestra mirada y para nuestra meditación, la selección de algunos Salmos tomados de la Escritura.
-Aprender a disfrutar más el Salmo que se proclama en la misa releyéndolo después en nuestra casa.
-Orar en los grupos de la parroquia, aprovechando que los salmos han enriquecido la vida espiritual de muchas generaciones en el pueblo judío, en la Iglesia, en la vida de los Santos y actualmente en nosotros también.
Para saber…
La palabra salmo tiene un doble origen etimológico. En hebreo se dice “Tehilim” y viene del verbo Halal que significa alabar. Cuando son traducidos al griego, salmo significa canto que se hace con un instrumento musical. Salterio, es el conjunto de los 150 Salmos que conforman el libro.