Ana María Ibarra
Cada mes, el Papa Francisco pide a los católicos de todo el mundo rezar por una intención en especial. Esta iniciativa que impulsa la Red Mundial de Oración del Papa, va acompañada de un vídeo donde el Pontífice expresa las razones por las que ha elegido esa intención en concreto.
Este mes de enero del recién estrenado año 2025, el papa Francisco invita a la Iglesia a orar por el derecho a la educación de los migrantes, refugiados y afectados por las guerras, “para que sean siempre respetados ya que es necesaria para construir un mundo mejor”.
Ante esta intención, Presencia se acercó a organizaciones que en la Diócesis de Ciudad Juárez trabajan arduamente para que se cumpla este derecho.
Necesidad patente
Sembrando Hoy, Cosechando Mañana, es una organización integrada por un grupo de laicos y las Hermanas Siervas del Inmaculado Corazón de María, y desde el 2018, con la llegada de las caravanas de migrantes, se enfocaron en acompañarlos desde diversos frentes.
Una de las prioridades que han asumido en ese acompañamiento, es hacer valer el derecho a la educación, tanto sistemática, como formativa y de capacitación en oficios para un auto empleo.
“Visualizamos que era necesario apoyar la parte educativa en la migración porque muchos niños vienen truncando sus estudios y algunos quieren continuar estudiando y los papás desean que sus hijos continúen con su educación”, dijo en entrevista la hermana María Antonia Aranda, quien funge como directora de la organización.
Protocolo por la educación
La religiosa explicó que a raíz de esa necesidad y de la emergencia que surgió con la llegada de cientos de migrantes, la Unicef, la Secretaría de Educación Pública del Estado de Chihuahua y distintas organizaciones, crearon la mesa de educación y desarrollaron un protocolo para el acceso de menores en situación de migración a la educación básica de Chihuahua.
“Se crearon la Mesa de educación, la Mesa de atención humanitaria, la Mesa de trabajo y la Mesa de Derechos Humanos. Esto con el fin de analizar cómo apoyar al migrante”, expuso.
Dijo que en la Mesa de educación participan distintas asociaciones civiles que atienden a migrantes y a través de ella se ha creado una red de apoyo para el acceso a la educación de niños, niñas y adolescentes en movilidad.
“Seguimos el protocolo que se lleva en todo el Estado de Chihuahua. Con este protocolo se ha ayudado a que todo niño, niña y adolescente en movilidad, tanto desplazados del interior de México, como extranjeros, reciban educación en el momento que se requiera. Si ellos llegan a mitad del ciclo escolar, pueden ingresar. Esto ha ayudado, porque algunos migrantes no tienen papeles y no se les requieren para ingresar”, señaló.
Agregó que, en caso de que algún menor traiga papeles de estudio, estos se toman en cuenta para ingresarlo al grado correspondiente. De lo contrario, el director o alguna persona encargada tiene que evaluar al niño o a la niña para ver su nivel de estudios.
“Como asociación acompañamos a las familias para asesorarlas e informarles que sus hijos pueden ser inscritos en una escuela de la Secretaría de Educación Pública. También canalizamos al ICHEA a algunos migrantes para que hagan su examen de primaria y secundaria, pues algunos de ellos tienen una carrera profesional, pero no un documento que lo avale”, afirmó.
En la Ciudad del Niño
Además de asesorar a los padres de familia para que inscriban a sus hijos en una escuela y de apoyar a adultos a obtener sus documentos de estudios, los miembros de la organización han encontrado que, a causa de que tienen que trabajar los padres de familia, se les dificulta llevar a sus hijos a la escuela, pues no siempre encuentran una escuela cerca de donde viven.
«Hemos visto la posibilidad de que, a través de las Hermanas Misioneras de María Dolorosa, con quienes formamos el grupo inter congregacional, estos niños ingresen a la Ciudad del Niño para ser atendidos y recibir educación. Recientemente ingresamos un niño a la Ciudad del Niño, su mamá tiene que trabajar y le da tranquilidad saber que está bien cuidado”, refirió.
Otra opción de estudio que la organización ofrece a sus beneficiarios es capacitarse en algún oficio.
“Les apoyamos con la cuota de inscripción, material y equipo necesario, útiles escolares, ropa y alimento. A través de la red, las organizaciones nos apoyamos. Ellos nos informan si cuentan con algún recurso como mochilas, uniformes, y nosotros enviamos a las familias que atendemos. Es un trabajo en conjunto para hacer valer el derecho a la educación de menores migrantes”, concluyó la hermana Antonia.
Apoyo Columbano por la educación
Otro grupo de apoyo a migrantes es Misión Columbana, que desde hace seis años abrió la Casa de Acogida San Columbano en Ciudad Juárez.
“Hemos ido aprendiendo cómo acoger, y cuando vimos que eran estancias muy largas las que pasaban los migrantes en la ciudad, fuimos creando programas educativos. Primero empezamos con programas de salud mental y, cuando vimos que la gente tenía que esperar mucho tiempo en la ciudad, acudimos a SEP para buscar apoyo”, compartió Cristina Coronado, laica consagrada de la Misión Columbana.
Cristina añadió que con la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez tienen un programa en el que los estudiantes de servicio social, psicología, educación y otras carreras de humanidades realizan programas educativos para migrantes en Catedral y en la Casa de Acogida San Columbano.
“Estos programas son adecuados a la gente que está en tránsito. En los últimos dos años nos dimos cuenta que la gente tenía periodos más largos y comenzaban a preguntar sobre qué hacer para que los niños no perdieran sus grados. Empezamos a investigar y también a colaborar con otros grupos”, explicó Cristina.
Dijo que este año en la Catedral, donde ofrecen alimento a migrantes, también atendieron aproximadamente a 80 niños y niñas a quienes les dieron un seguimiento para inscribirlos en escuelas cercanas a su hogar.
“La Unicef por medio de la SEP nos donó mochilas para 70 niños que estaban en nuestro programa. Buscamos la escuela, nos aseguramos de que inscriba a los niños y buscamos apoyo para que tengan uniformes, zapatos, cuadernos y sobre todo una alimentación adecuada para que puedan rendir”, dijo.
Cristina aseguró que ya son dos años en los que, de manera constante, Misión Columbana apoya a personas en movilidad para que vaya a una escuela regular.
“Nos aseguramos que los inscriban, que no pierdan el año. Cuando son familias muy grandes hacemos conexión con el albergue Leona Vicario, para que los niños ahí puedan continuar sus estudios, porque ahí hay un programa de estudios vinculado a la Secretaría de Educación, así que los niños no pierden su educación”, celebró.