El religioso se jubila tras años de prestar su servicio en Ciudad Juárez y retornará a su tierra, León, Guanajuato.
Diana Adriano
El padre Guillermo Vargas Durán, Misionero de la Natividad de María, se despidió de la Diócesis de Ciudad Juárez con motivo de su jubilación, en una Eucaristía solemne celebrada el pasado sábado 26 de febrero, cuando recibió el cariño y reconocimiento de la comunidad.
La celebración fue presidida por el obispo don José Guadalupe Torres, y se llevó a cabo en la parroquia Nuestra Señora del Refugio, comunidad en la que el padre Memo, como es conocido, fungió como párroco por 18 años.
Con un templo lleno y la presencia de los sacerdotes Misioneros de la Natividad de María que se encuentran en la diócesis, el homenajeado resumió su estancia y su servicio en la diócesis y agradeció el cariño con el que fue tratado.
“Más que despedida es una acción de gracias por todo lo que Dios me ha permitido vivir en esta diócesis”, dijo el padre Memo.
Recordó con gran cariño que tuvo la dicha de conocer a los cuatro obispos de Ciudad Juárez, quienes le dejaron una gran enseñanza.
“Estaré en León, aún no sé el lugar exacto, pero se los comunicaré. Si en algo puedo ayudarles desde donde esté, lo haré con todo gusto. Muchas gracias a todos”, expresó el sacerdote.
Acto seguido, todos se pusieron de pie y brindaron un fuerte aplauso al presbítero.
¡Muchas gracias, padre!
Durante el día se vivió una jornada muy emotiva para despedir al sacerdote, que sin duda ha sabido ganarse el cariño de los feligreses por su cercanía.
“Los sentimientos de tristeza y de nostalgia nos invaden en este momento, sabíamos que esto iba a suceder algún día, pero lo veíamos muy lejano, y hoy, que ha llegado ese día tenemos las emociones a flor de piel”, expresaron servidores de la comunidad parroquial.
Compartieron que hablar del reverendo Padre Guillermo es hablar de un presbítero entregado a su ministerio, de un sacerdote preocupado por el rebaño que Dios le encomendó, celebrando incansablemente la Santa Misa, administrando los sacramentos, y construyendo y ampliando la Casa de Dios.
“Sólo nos queda decir: Padre Guillermo Vargas Durán, ¡muchas gracias!. Feliz retorno a su hogar y muy larga vida le dé Dios. Lo encomendamos a nuestra Madre del Cielo, en su advocación de la Divina Infantita”, se expresó en la misa, a nombre de todos los servidores y amigos del sacerdote.
Su servicio en la frontera
El Padre Guillermo Vargas Durán nació el 09 de enero de 1945 en León, Guanajuato. Se ordenó sacerdote el 26 de julio de 1972 y precisamente este año cumple sus bodas de oro, 50 años de sacerdote.
En sus primeros años como sacerdote ocupó el cargo de Padre Superior del Instituto de los Misioneros de la Natividad de María.
Llegó a Ciudad Juárez en 1992 y fue por muchos años maestro en el Seminario Conciliar, donde contribuyó a formar nuevos sacerdotes para el servicio de Dios.
El Padre Guillermo Vargas fue propuesto por el Padre Superior General, Daniel González Sandoval, como párroco, y llegó a la parroquia Nuestra Señora del Refugio el 27 de agosto de 2003.
Ese año fundó el consejo parroquial y organizó el ministerio parroquial, encomendando al padre Salvador Lugo la comunidad de la capilla La Medalla Milagrosa en la colonia Lucio Cabañas. Él mismo se encargó de la capilla Inmaculada Concepción y del templo parroquial.
En 2013 conformó un grupo para la construcción de nueve salones distribuidos en tres niveles, que al día de hoy funcionan para todos los grupos. Tambié realizó intenso trabajo en las capillas, como la construcción de nichos en La Inmaculada Concepción y remodelación de La Medalla Milagrosa.
Recientemente inició el proyecto de construcción de un nuevo templo dedicado a la Natividad de María, al cual le ha dado continuidad el R.P. Juan Manuel Sánchez Vaca, MNM.