Ana María Ibarra
Con amor y solemnidad, la familia franciscana presente en Ciudad Juárez conmemoró el pasado 3 de octubre el Transito de San Francisco, su paso de la vida terrena a la vida celestial.
La sede para este encuentro fue la parroquia Santos Mártires Mexicanos, que es pastoreada por la Orden de Frailes Menores.
La celebración estuvo llena de signos importantes para la familia franciscana, recordando vivamente ese momento en que San Francisco de Asís llegó a la santidad abrazando a la hermana muerte.
Memoria de san Francisco
Unidos, frailes, religiosas de distintas ramas de la espiritualidad franciscanas e integrantes de las fraternidades de seglares, rezaron las vísperas de la muerte de San Francisco junto con la asamblea que los acompañó.
Con la imagen del Santo de Asís recostado, recordaron las palabras que San Francisco les dijo antes de morir a los frailes y religiosas que lo acompañaron en ese tránsito.
De igual manera, se leyeron las palabras que los frailes y Santa Clara dirigieron al hermano Francisco.
Como en su lecho, Francisco pidió una muselina para que le cubrieran su rostro y un paño ceniciento para cubrir su cuerpo, después de leer algunos textos y oraciones, se cubrió a la imagen del también llamado ‘Pobre de Asís’ o ‘el Poverello’.
Además, fueron colocados algunos cirios, para ser encaminado a la luz del Señor.
Otro signo fue el pan mostaccioli, que era del gusto de San Francisco, por lo que en su tránsito lo mandó pedir.
«Es un pan que se lo preparaba fray Jacoba. Se le llamaba fray Jacoba porque como era un monasterio no podían entrar las mujeres. Francisco la dejaba entrar porque les llevaba alimento y curaba a los frailes enfermos. Era la única mujer que tenía permiso de entrar”, compartió en entrevista Lourdes Macías, de la Orden Seglar.
Recordando ese signo del pan, las fraternidades seglares de la diócesis presentaron canastas de mostaccioli, mismos que fueron bendecidos y repartidos entre los asistentes.
Franciscanos unidos
En esta celebración estuvieron presentes los frailes de la Orden de Frailes Menores, las Hermanas Clarisas Capuchinas, las religiosas Hijas de María Inmaculada de Guadalupe, quienes atienden la casa hogar Casa de Asís, por lo que se hicieron acompañar de los niños de la casa vestidos de franciscanos.
Asimismo, estuvieron presentes las tres fraternidades: Santa Clara, del Santuario de San Lorenzo; San Antonio, de Caterdral; San Felipe de Jesús, de la parroquia anfitriona.