Les saludo con cariño como siempre, con mucho amor a toda la diócesis, a todos los fieles. Seguimos platicando, comentando las palabras del papa que siempre nos ayudan a la reflexión. Hoy queremos reflexionar sobre el valor, la virtud de la creatividad.
Dios nos hizo inteligentes, Dios nos dio capacidades: crezcan, multiplíquense, dominen la tierra, nos hizo esa inteligencia y parte de la inteligencia es la creatividad.
La creatividad es la capacidad de inventar cosas nuevas y también de pensar modos nuevos, modos inusuales para resolver cuestiones, problemas, tareas, actividades y lograr resultados mejores, una mayor efectividad, una mayor positividad en todo.
Todos estamos llamados a ser creativos, a cultivar la creatividad. Gracias a la creatividad surgen tantos inventos a través de la historia, tantos inventos que han surgido para el bien de la humanidad, unos pequeños, otros grandes, pero que han contribuido a mejorar la vida de la humanidad, de la naturaleza, personal, en todo sentido.
Dejémonos pues mover por la sabiduría de Dios para ser siempre creativos. Este don de la creatividad, esta virtud que tenemos que desarrollar nos debe dar primero la pauta para darle gracias a Dios por lo maravilloso que es el ser humano. Es que no valoramos al hombre en nuestra condición de personas inteligentes ¡qué maravillosa obra ha creado el hombre a imagen y semejanza de Dios!
Esta virtud nos deja primero eso: darle gracias a Dios porque tú eres maravilloso, eres un ser humano extraordinario. En comentarios que el Papa nos hace en relación a esta virtud de la creatividad dice: la Iglesia se alegra e incluso disfruta reconociendo el enorme potencial que Dios ha dado a la mente humana, la Iglesia reconoce este enorme potencial que los que estudian, los de ciencias, nos dicen que hemos desarrollado una mínima parte de nuestra potencialidad humana. ¡Vayamos descubriéndola! y vayamos ejerciendo esas fuerzas de la mente humana cultivando la creatividad.
El papa nos dice que la creatividad no sólo es para inventar un artefacto, para crear una nueva tecnología, en la ciencia, en la medicina también se requiere la creatividad, en las virtudes humanas: la creatividad en la familia, la creatividad en la Iglesia y él señala de una manera muy especial a ser creativos en la fe, a ser creativos en la vida espiritual para no caer en la rutina.
La fe es también creerle a Él, creer que saca bien del mal con su poder y con su infinita creatividad. Por eso el papa dice: Dios sigue siendo creador, sigue creando la voluntad de Dios. El amor de Dios es creativo y eso nos invita a que seamos creativos para que nuestra relación, nuestra amistad, nuestra comunicación, diálogo con Dios, sea más creativo en la oración, en la liturgia.
Insistimos que en la vida pastoral debemos ser creativos para que el mensaje de Dios llegue a todos los hombre. Por eso los invito a todos a que en esa misma estructura que ya hace algunas semanas mencioné, de comisiones y dimensiones, que seamos creativos, para que el evangelioo, a través de la pastoral, llegue de manera atractiva profunda a todos los hombres de buena voluntad.
El mismo Jesucristo es creativo, Jesucristo rompe los esquemas, en sus tiempos eran esquemas que pudieran parecer aburridos en los cuales pretendemos encerrarlo y nos sorprende con una constante creatividad divina, ¡cómo Cristo sorprende al romper esquemas, paradigmas! y en su modo de hablar, en su modo de comportarse, en su modo de expresarse, en su modo de mirar, con su modo de relacionarse nos enseña a cómo ser creativos.
Y en este mismo sentido el Papa Francisco es muy creativo. Los acabamos de ver en su visita a Cuba y a Estados Unidos y siempre, siempre rompe esquemas, siempre se detiene, siempre improvisa, es creativo, siempre está tratando de crear, de llamar la atención señalando algún punto para que nosotros nos fijemos en eso.
El papa es un maestro, un maestro en la creatividad y ojalá que nosotros también, el obispo y ustedes también, católicos cristianos, seamos creativos en nuestra fe.
El papa dice también que la creatividad tiene que buscar dignificar al hombre, a la persona humana, reconociendo, tutelando, fortaleciendo sus valores, sus cualidades, el ingenio, el talento.
La creatividad respeta al hombre, se nos dice que la creatividad es para promover al hombre, para hacer el bien. Pudiéramos decir que hay una cierta “creatividad mala”: ser creativos es para lo malo también, se puede dar, pero esto va en contra de Dios, esto va en contra de la persona humana.
Hay una palabra que, dice el papa, que me gusta mucho, es una palabra divina y si es humana es porque es un don de Dios.
La creatividad se trata pues de la habilidad de ver algo de una forma novedosa, de encontrar patrones ocultos y realizar conexiones que parecían imposibles, de generar soluciones exitosas que no existían antes.
La creatividad implica dos procesos principales: por un lado pensar, idear e imaginar. Hoy ya todo se nos da, simplemente nos sentamos frente a la pantalla nos dicen pícale aquí y pícale allá y solucionamos muchas cosas; hemos perdido o estamos perdiendo la capacidad de pensar, de idear, de soñar, de imaginar. La creatividad es eso: tenemos que recobrar esa naturaleza humana, regalo de Dios: pensar, idear, imaginar, pero por otro lado producir.
Ser productivos, nos dice el papa. La creatividad nos debe llevar a la producción, eres creativo en la medida que reflexiones, que pienses, que sueñes, pero también en qué produces, que se note en tus obras, en tus acciones.
Por eso queridos hermanos, los invito a que sean creativos, pero creativos en la fe, en la espiritualidad, en el amor, en la compasión, en la misericordia, en el buen obrar. Ser creativos para hacer el bien para ayudar a los demás. Dios te dio esos dones, no los guardes ¡explótalos y ponlos al servicio de los demás!
Queremos una iglesia diocesana de Ciudad Juárez que nos lleve a ser una diócesis creativa que imagina, que quiere crecer, que tiene proyectos y que produce, como dice el papa, para evangelizar, para hacer el bien, para vivir la caridad entre todos.
Los envío mi bendición como siempre, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu santo. Un abrazo a todos.