Mensaje de los obispos de México a la comunidad educativa, ante el retorno a clases presenciales : “Discernir con prudencia y pasión por la educación”
CEM
Frente a los desafíos educativos que tenemos como sociedad mexicana, en este tiempo de Pandemia COVID-19, nos permitimos ofrecer algunos puntos de reflexión para el necesario discernimiento de los padres y madres de familia, directivos, maestros y alumnos, frente al próximo ciclo escolar 2021-2022.
1.Es urgente organizarnos entre todos los miembros de la comunidad escolar, así como de la sociedad en general, para garantizar el adecuado regreso presencial en las escuelas. El lavado de manos, la sana distancia, el uso correcto de cubre bocas, evitar lugares cerrados con espacios concurridos, son medidas que SALVAN VIDAS. La organización, el diálogo sereno y propositivo, así como la generosidad de todos con todos, serán el mejor remedio frente a esta difícil situación. Por supuesto, y en consonancia con lo expuesto por el Papa Francisco, insistimos en que vacunarse es un acto de amor y cuidado hacia uno mismo y hacia los otros.
2.Tenemos que ver al tiempo como un aliado. Día a día, mediante el diálogo, la buena voluntad y el trabajo, somos capaces de modificar las realidades sociales por muy complejas que éstas sean. La CARIDAD, la FRATERNIDAD y la buena voluntad, son las mejores «vacunas» contra actitudes pesimistas, la ira y ansiedad. Hoy nos toca hacer los máximos esfuerzos, no los mínimos.
3.En estos momentos, todas las instituciones están rebasadas. Por ello, es tiempo de hacer emerger la AMISTAD SOCIAL, la generosidad que surge de la Cruz de Cristo, que nos enseña a amar, a servir y no sólo a esperar ser amados o servidos. Despertemos la compasión frente a las necesidades y límites de nuestros hermanos, y convirtámonos en transmisores de la misericordia del Dios, que es Amor. No esperemos pues, a que otros nos resuelvan los problemas, sino que busquemos ser buenos samaritanos, capaces de ayudar y servir.
4.Recordemos que «nadie está obligado a lo imposible», por lo que, si no es posible tener un regreso presencial SEGURO, centremos nuestras prioridades en articular solidaridades para hacerlo a su tiempo, de acuerdo a las propias circunstancias y posibilidades.
5.Es urgente atender, CUIDAR, a los niños, niñas, adolescentes y jóvenes de manera INTEGRAL. Es muy importante ayudarles a recuperar sus espacios educativos, en donde puedan convivir seguros, aprendiendo a vivir estos nuevos tiempos a conciencia, con métodos y contenidos educativos propios. Ningún niño debe continuar aislado o descuidado en su educación. Debemos salir, todos, a buscar a aquellos que ya han desertado de sus estudios. También es urgente velar por el cuidado, la capacitación y atención de nuestros maestros y padres de familia.
6.A la sociedad en general (autoridades civiles, industriales, empresarios, líderes sociales, sindicatos, comerciantes, agentes de la cultura, el arte y el deporte), les hacemos un llamado para desatar un verdadero PACTO EDUCATIVO local, como nos lo pide el Papa Francisco, que se construya a través de obras y no de palabras o discursos.
7.A la autoridad civil le corresponde proveer de políticas públicas, recursos y gestiones competentes para la correcta respuesta frente a este momento histórico. REITERAMOS nuestras propuestas del Mensaje de fecha 27 de julio. Nadie puede abdicar de sus respectivas responsabilidades.
Prudencia, ante todo
Exhortamos a todas las instituciones educativas, públicas y privadas, a todas las escuelas particulares fundadas y administradas por comunidades religiosas o diocesanas, a mirar con generosidad y confianza el futuro. A lo largo de nuestra historia, hemos sido capaces de educar desde el encuentro de dos mundos, pasando por miles de vicisitudes a través de 500 años. La Iglesia es Madre y Maestra, por lo que llamamos a todos los sacerdotes, religiosos y laicos, a apoyar con generosidad los esfuerzos de las familias mexicanas. Promovamos acciones de regularización y promoción educativa. Nuestra fe debe encarnarse en obras concretas en beneficio de nuestra casa común.
La educación debe ser la principal tarea de nuestro Proyecto de Nación. Sólo con un compromiso serio, decidido y generoso, seremos capaces de velar por el bien presente y futuro de nuestra niñez. El Papa Francisco señaló, en su visita a México, en Palacio Nacional:
Pienso, y me animo a decir, que la principal riqueza de México hoy tiene rostro joven; sí, son sus jóvenes. Un poco más de la mitad de la población está en edad juvenil. Esto permite pensar y proyectar un futuro, un mañana. Da esperanzas y proyección. Un pueblo con juventud es un pueblo capaz de renovarse, transformarse; es una invitación a alzar con ilusión la mirada hacia el futuro y, a su vez, nos desafía positivamente en el presente.
¡Seamos prudentes, cuidemos la vida y la salud de todos! Reconocemos el gran esfuerzo que muchos padres y madres de familia, directivos, maestros y alumnos, han hecho por la educación formal y no formal, en estos tiempos de complejidad. Recordemos que la educación debe fortalecerse en todos los ambientes, no sólo en el escolar.
Llamamos, finalmente, a los padres y madres de familia, abuelos y cuidadores, a desarrollar condiciones de confianza, prudencia, de paz y verdadero desarrollo humano. «La paciencia todo lo alcanza».
Pidamos a Nuestra Madre Santísima de Guadalupe, interceda por nosotros ante su Hijo, Señor y Maestro de compasión, cuidado y afecto al género humano.
Ciudad de México, a 23 de agosto del 2021.
+ Rogelio Cabrera López
Arzobispo de Monterrey
y Presidente de la CEM.
+ Faustino Armendáriz Jiménez
Arzobispo de Durango
y Presidente de la Comisión de Pastoral Profética.
+ Enrique Díaz Díaz
Obispo de Irapuato
y Responsable de la Dimensión de Educación y Cultura de la CEM.
+ Alfonso G. Miranda Guardiola
Obispo Auxiliar de Monterrey
y Secretario General de la CEM.