Son numerosas las familias que padecen el problema de la falta de agua entubada y deben resolver la necesidad básica no sin enfrentar varias dificultades… aquí un testimonio…
Ana María Ibarra
Sin importar si es invierno o verano, distintas colonias sufren por los constantes cortes generales del suministro de agua potable. Normalmente son las zonas a las orillas de la ciudad donde las familias padecen por la falta del vital líquido a ciertas horas del día o incluso por días enteros.
Pero también existen aquellos sectores donde los habitantes están conscientes que nunca gozarán del servicio de agua potable y se ha vuelto parte de su rutina correr tras las pipas de agua. Aunque debido a la escasez, han aprendido a valorar y cuidar cada gota que les es entregada o vendida.
Pasan días sin líquido
En días pasados los habitantes del fraccionamiento Vistas los Ojitos, que colinda con el periférico Camino Real, se quedaron durante varios días sin agua potable tomándolos por sorpresa y sin oportunidad de prepararse para ello. Aunque este no es problema nuevo, pues en los 15 años que tiene el fraccionamiento Los Ojitos, han padecido de la falta de agua algunas temporadas.
Por este motivo y ante el descontento de las familias, en septiembre del año pasado se inauguró un tanque de almacenamiento con capacidad de 3 mil metros cúbicos de agua que, según los directivos de la Junta Central de Agua y Saneamiento, sería la solución para resolver la baja presión y la falta de agua en cinco colonias aledañas.
No obstante, a principios del mes de julio, familias del sector duraron más de cinco días sin agua potable, teniendo que salir a comprar agua embotellada para beber ya que no sólo los hogares se quedaron sin agua, sino también los despachadores de agua que se encuentran en los alrededores.
Cabe mencionar que la Junta Municipal de Agua y Saneamiento envió pipas durante esos días para abastecer a los vecinos, quienes acudieron al parque de la colonia con garrafones, cubetas y todo tipo de recipientes para recibir un poco de agua.
Después de ese episodio, los colonos aprovechan los momentos en que el agua de tubería llega a sus hogares para almacenar, pues a ciertas horas del día el suministro es suspendido o se baja la presión.
Nunca tendremos agua
A diferencia del fraccionamiento antes mencionado, existen zonas en la ciudad que no cuentan con agua potable y dados los costos que significa llevar este servicio, nunca podrán gozar de este beneficio.
Tal es el caso de las colonias llamadas kilómetros, ubicadas a los costados de la carretera Juárez- Casas Grandes.
Isela Contreras es, desde hace 23 años, habitante del sector conocido como Kilómetro 27 y aunque quien le vendió el terreno le aseguró que posteriormente contarían con todos los servicios, pronto se dio cuenta que el agua potable nunca llegaría.
“Cuando llegué aquí no había luz ni agua. Siempre nos han dejado claro que nunca tendremos agua. Antes íbamos hasta el kilómetro 20 a llenar tambos. Solo había una pipa que traía agua y no se daba abasto”, compartió.
Isela agregó que, de parte de Gobierno Municipal, acude semanalmente una pipa que llena cinco tambos a cada familia, lo que es muy poca agua, especialmente en verano. Por ello deben buscar pipas de particulares para comprar el líquido al menos dos veces por semana. particularmente en invierno.
Aprenden de la carencia
Además de estar acostumbradas a este ritmo de vida sin el vital líquido, estas familias saben valorarlo y cuidarlo.
“Aprendimos a reutilizar el agua. Cuando lavamos ropa no tiramos el agua, la guardamos para usarla en trapear, para los aires, para el baño, las plantas, lo mismo el agua para lavar trastes”, compartió Isela.
La entrevistada señaló que sus hijos han aprendido a darle valor a el vital líquido por lo que invitó a la comunidad a pensar en ellos y no desperdiciar el agua.
“Al comprar el agua gastamos hasta 800 pesos al mes, es más caro que los recibos que pagan quienes tienen agua. Les pido que piensen en los demás, valoren el agua que tienen en sus casas porque nosotros no lo tenemos. Al final de cuentas todos algún día vamos a necesitar de ella”, invitó.
Desdeñan a las familias
Ante esto el padre Víctor Ortega, párroco de la comunidad Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, que atiende a los habitantes de “los kilómetros”, resaltó que las familias viven esta realidad con mucha conciencia.
“Cuidan mucho el agua, son muy conscientes del cuidado ecológico para aprovecharla al máximo. Es difícil que algún gobierno quiera invertir para llevar el agua, es mucha la inversión que habría que hacer”, señaló el sacerdote.
Agregó que en verano sus feligreses sufren por la falta del vital líquido, porque los particulares que lo venden dan prioridad a los negocios de aquella zona, entre los que se encuentran algunas albercas.
“En este tiempo las carencias se ven mucho por dos cuestiones: la gente que tiene negocios en aquel sector y los que tienen albercas. Los piperos abastecen esos lugares porque obtienen un poco más de dinero y dejan sin abastecimiento a muchas familias”, dijo.
Invitó a la comunidad a cuidar el agua y tomar consciencia de ser hermanos.
En Frase…
“Más que la necesidad del agua, está la necesidad de mirarlos como hermanos, no dejarlos solos y poderlos acompañar (en su carencia)… lo que le afecta a uno, le afecta a otro”.
Pbro. Víctor Ortega/ párroco de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro em Km 20