Aunque los Martínez Urquiza ya no son propiamente niños, pues entraron ya en la etapa de la adolescencia, el servicio que ofrecen desde su niñez, en la Catedral, llama siempre la atención de propios y extraños.
Los hijos de Yadira y Fabián Martínez, comenzaron como monaguillos hace cinco años, cuando todavía estaban en la primaria. Y desde entonces, no hacen sino dar testimonio de que la entrega a Dios y a la Iglesia se aprende bien y se le toma amor desde la infancia.
Como monaguillos de las misas de 11 de la mañana y 12 del mediodía, ésta última presidida por el obispo don José Guadalupe Torres Campos, Andrea, Marlene y Fabián saben bien que Dios los ama. Y ellos procuran corresponderle a través de un ordenado y responsable servicio.
Siempre procuran estar antes del inicio de la misa para tener preparado todo lo necesario. Marlene y Andrea llevan la cruz alta en la procesión y misa, mientras que Fabián hace lo propio con el incensario.
Aquí, los consejos que hoy dan estos muchachos que han vivido su niñez al servicio de Dios.
“Me gusta estar aquí porque sabemos que le estamos sirviendo a Dios y recomendaría a los demás niños que lo hagan con amor a Dios”.
Andrea Martínez Urquiza
Somos soldados de Dios, estamos sirviéndole a Él con amor y fe. Es bonito hacerlo. Yo disfruto mucho ser monaguillo.
Fabián Alejandro Martínez Urquiza
Cada domingo es una experiencia nueva. Lo disfruto mucho. Niños: si no han servido ¡inténtenlo! es algo muy bonito.
Marlene Martínez Urquiza