Ana María Ibarra
En el tiempo de Cuaresma, la Iglesia recomienda la oración, la penitencia y las obras de caridad.
Victoria Nettel, guía de Talleres de Oración y Vida, compartió con Presencia algunos consejos sencillos y prácticos para la oración personal.
Importancia de la oración
Convencida de que la oración es de vital importancia en la vida espiritual del católico, Victoria compartió que orar es la manera de estar en contacto con Dios y sentir su presencia en la vida.
“Sin la oración perdemos la dimensión espiritual. El padre Ignacio Larrañaga nos insiste en que la oración es vital, es cosa de vida o muerte, es la manera en que el espíritu se alimenta, es una vía para entregar la vida a Dios”, expuso.
Agregó que existen tres formas de oración: la oración litúrgica, la oración comunitaria y la oración personal.
“Ir a la Eucaristía es un don maravilloso al estar ante la presencia viva de Jesús, es la oración culmen y se vive en comunidad. Al sentir la presencia de los hermanos de comunidad se comparte la experiencia de Dios. Sin embargo, siempre hay que tener un rato de oración personal, ya que esta se enriquece de las otras dimensiones”, señaló.
Para la entrevistada, la oración personal es dedicar al Señor, en el día a día, un momento a solas como con un amigo, como una necesidad de estar con Él.
“Estar en un tú a tú se hace una relación más íntima. La oración es darle oxígeno al espíritu. Todos los santos fueron personas que dedicaron tiempo y espacio para la oración. Es una riqueza crecer en la oración personal”, dijo al confirmar que su experiencia en Talleres de Oración y vida le ha permitido “crecer en oración”.
Así pues, señaló Victoria, al descubrir la oración como el centro de crecimiento espiritual, entre más se vive más se valora, más se entiende y se hace más necesaria.
“Se puede orar de distintas maneras, lo único que se necesita es dejar entrar a Jesús en nuestras vidas y Él se encarga de los demás”.
Algunas Recomendaciones
- Leer el documento del papa Francisco “A través del desierto Dios nos guía a la libertad”. Ese desierto es ese tiempo fuerte que se le dedica a Dios en la oración.
- Tener un momento de oración con orden y disciplina.
- Se recomienda un lugar especial con una imagen de Jesús y de María, la Biblia, libros de oración.
- Orar en familia. Se puede rezar el rosario con los niños rezando solo 3 aves María.
- Explicar a los niños el sentido de la Cuaresma es irlos enamorando. Hacer que la oración sea una fuerza vinculante en la familia.
- Visitar al Santísimo. No se necesita repetir oraciones o leer libros. Solamente estar en silencio y sentirlo.
- La Eucaristía es el más grande acto de oración.
- Hacer una buena Confesión. Además de la penitencia que indique el sacerdote, tener escrito de manera personal actos de donación a través de la caridad y el sacrificio.
- Dedicar un tiempo durante el día para la oración personal. Se recomienda media hora.
- Encontrar ese tiempo durante el día e incluso poner el temporizador en el celular para no estar apurados.
- Tener a la mano libros de oraciones y la Biblia. El mayor libro de oración es la Biblia.
- Se puede meditar y hacer lectio divina con algunos textos. Escribir los versos que llaman la atención y meditarlos.
- Utilizar la escritura como medio de oración y después leerlo.
- Meditar el Rosario. Se puede buscar libros con ilustraciones en cada misterio y contemplar.
- Orar con las alabanzas.
- Acudir a Talleres de Oración y Vida. Buscar la parroquia más cercana. (Ver anuncio de horarios en la anterior edición de Presencia)