Estos son testimonios de personas con depresión que han podido superarla gracias a que reconocieron su problemática y se acercaron con profesionales para recibir ayuda.
Ana María Ibarra
Sin saber identificar en qué momento comenzó a padecer depresión, Janeth Rivera vivió una juventud sumergida en este padecimiento durante varios años que la llevaron a un intento de suicidio.
La joven de 22 años compartió con Presencia su experiencia.
“Me sentía muy cansada mental y físicamente. Se lo hacía saber a mis amigos y familiares, pero siempre lo tomaron a la ligera, incluso yo misma lo tomé así, me sentía triste, deprimida y lo dejaba pasar”, compartió Janeth, quien intentó continuar con su vida.
Como cualquier joven salía a fiestas y a pasear con amigos y, aunque no siempre sentía ese decaimiento, había noches que llegaba a su casa sintiéndose vacía.
“Antes de aceptar que algo pasaba conmigo tuve un intento de suicido que se lo atribuí al término de una relación. Pero eso sólo fue el detonante”, afirmó,
Janeth ingirió pastillas sabiendo que podían provocarle daños irreversibles y aunque ese fue su primer intento, reconoció que la idea del suicidio tenía mucho tiempo rondando en su mente, pero no se había atrevido a hacerlo.
“Cuando desperté, lamenté no estar muerta y me tomé otro medicamento. En ese segundo intento mis familiares se percataron y tomaron cartas en el asunto, aunque no me llevaron al hospital, sólo me mantuvieron en casa”, lamentó.
Sintiendo que su familia no tomó el suceso con la seriedad que merecía, no obstante aceptó la ayuda que le buscaron, a la cual no se negó, pues había aceptado que tenía un problema. “De ser por mi cuenta nunca hubiera ido a terapia”, dijo.
Terapia, su ayuda
Durante el proceso de terapia, Janeth descubrió que su intento de suicidio no fue por la relación fallida, sino que muchos otros factores influyeron.
“En la terapia descubrí que tengo traumas de la infancia. La relación con mi familia y conmigo no había sido sana, y como adulta había cosas que aún no terminaba de entender”.
Añadió que, aunque tenía muchos amigos, no sabía identificar quienes lo eran de verdad ni quienes eran mala influencia.
“No me aceptaba yo misma y buscaba quien me aceptara sin importar si eran buenas influencias o no. Ahora con la terapia he aprendido a manejar las situaciones. Desaparecieron los pensamientos de suicidio y la depresión. Haber ido a terapia fue lo mejor que me pudo pasar”, expuso.
La universitaria lamentó que muchas veces los adultos le restan importancia a las situaciones que padecen los adolescentes y jóvenes creyendo que todo lo hacen por llamar la atención.
“En mi caso, hasta el día de hoy siento que mi familia y amigos no toman mi situación con seriedad. Considero que se pudieron haber evitado muchas cosas”.
Por lo anterior, Janeth envió un mensaje a los jóvenes que, como ella, se sienten deprimidos.
“El tiempo siempre trae otras alternativas y perspectivas. Todo pasa. El dolor no siempre va a estar ahí. El primer paso es aceptar que existe un problema y con el tiempo lograras identificar lo que te aflige”.
A familiares y amigos de quienes están pasando por depresión les dijo: “La salud mental importa bastante. A veces se piensa que una persona triste es aquella callada, introvertida, sin amigos. Pero muchas veces las personas deprimidas son las que más salen, las que tienen amigos, las de mejores calificaciones. Cuando alguien te pide ayuda hay que saber ayudar”, sentenció.
Mentalmente agotado
Como terapeuta, Luis Mendoza sabe la importancia de atender la salud mental, sin embargo, la carga laboral lo llevó a hacer una pausa en su proceso de contención y luego la pandemia y todos sus efectos, recayeron en su salud mental, en sentimientos de frustración y más.
Luis señaló que hubo momentos en que llegó a sentir cierto agotamiento mental, aunque no depresión como tal.
“Sentí un aplanamiento, como no querer hacer las cosas, claro que no permití que eso me llevara a postrarme, pero había momentos en los que no sabía en qué día vivíamos”.
Luis reconoció que su estado de ánimo se vio afectado, pero no podía mostrar lo que sentía.
“Para muchos varones el mostrar sus emociones o sentimientos es signo de debilidad. Llegué a sentir irritabilidad e incomodidad en la familia. Físicamente me vi afectado también, o podía dormir bien, tuve problemas estomacales, padecimientos que normalmente no se les atribuyen a problemas mentales”.
Afortunadamente tuvo la oportunidad de acercarse a un profesional a través de CFIC.
Proceso terapéutico
En su proceso terapéutico Luis trabajó sobre las cosas que le afectan para tomar decisiones o respecto a sus actitudes con ciertas personas, así como sobre situaciones fuera de su control que le afectaron tanto mental como físicamente.
“Me di cuenta que hay situaciones que no puedo cambiar. Poder acercarme a un profesional que me acompañara y que me apoye para darme cuenta de lo que me está afectando, me ayudó mucho para afrontar estas circunstancias”, compartió.
Además de lo inmediato, como fue la pandemia y sus consecuencias, Luis logró enfrentar cosas de su pasado que le dieron el equilibrio para su presente y la labor que como terapeuta realiza.
“Trabajo con jóvenes y conocer sus historias de vida es algo fuerte: drogadicción, depresiones, ansiedad. Muchos de ellos están situaciones de vida muy dura y el trabajo es contener, que esas situaciones no me afecten y no llevarme esos problemas a casa”, relató.
Como logros de su terapia Luis mencionó que mejoró su relación familiar, además de haber dejado de lado las preocupaciones y la ansiedad.
“Toda la vida he vivido con obesidad y este proceso me ha ayudado a bajar de peso y me hace sentir bien a nivel personal, social y familiar”.
El profesional de la salud, con maestría en terapia Gestalt, aconsejó a la comunidad revisar sus síntomas, darle a la salud mental la importancia que merece.
“Cuando una persona duerme mucho, está siempre cansada, no quiere comer mucho y a pesar de que duerme mucho no quiere comer, son alertas. Estemos pendientes de esas alertas y busque la ayuda de un profesional de la salud mental a través de los servicios que hay en la ciudad, CFIC es uno de ellos”, finalizó.