Diana Adriano
En medio de un ambiente de fe y expectativa, miles de jóvenes católicos de todo el mundo se congregan para participar en la Jornada Mundial de la Juventud 2023 en la hermosa ciudad de Lisboa, Portugal.
Entre ellos se encuentra Ángel Adrián Muñoz Díaz, un joven de 24 años, miembro de la capilla de Santa María Goretti, quien compartió con Periódico Presencia su testimonio rumbo a este evento de trascendental importancia para la comunidad católica.
«Es mucha emoción, una emoción grandísima», exclamó Ángel Adrián vía telefónica, al describir sus sentimientos ante la oportunidad de participar en este encuentro internacional de la juventud católica.
Al momento de la entrevista, Ángel se encontraba en tierras españolas, rumbo a Lisboa, haciendo el Camino de Santiago.
El Mundial para los católicos
La Jornada Mundial de la Juventud es considerada para Ángel como el «mundial de los católicos», un evento que reúne a jóvenes de diferentes países para celebrar su fe, compartir experiencias y fortalecer sus lazos espirituales.
Para Ángel Adrián, la posibilidad de asistir a este evento ha sido el resultado de un esfuerzo y sacrificio sostenido en el tiempo.
La preparación para este viaje ha implicado meses de organización y recaudación de fondos, pero la promesa de encontrarse con otros jóvenes de fe y la oportunidad de participar en esta experiencia espiritual única, han hecho que cada desafío valga la pena.
Ángel no viaja solo, lo acompaña una peregrinación de más de cien personas, jóvenes provenientes de distintas regiones de México, como Puebla, Ciudad de México, Guanajuato, Guadalajara y Nuevo León.
Por la Diócesis de Ciudad Juárez también van Karen Ferreira, otra joven de Santa María Goretti, y José Manuel Hernández, coordinador de la Certificación Humanae Vitae para jóvenes, en la diócesis.
«Es una bendición muy grande poder estar acompañado de estas personas que van caminando y ofreciendo esta peregrinación a Dios», señaló en entrevistado.
Como se sabe, la Jornada Mundial de la Juventud, es un evento que se celebra cada tres años y atrae a jóvenes católicos de diversas culturas y nacionalidades.
Esta edición en Lisboa es especialmente significativa, ya que ofrece la oportunidad de conocer la rica historia y tradición religiosa de Portugal y participar en una serie de actividades, catequesis y ceremonias que enriquecerán la fe de cada asistente.
En el ‘Camino de Santiago’
La aventura de Ángel rumbo a la JMJ 2023 ha sido un camino de fe y amistad que comenzó gracias a una invitación especial de un amigo que reside en Europa, quien les hizo una propuesta que cambiaría sus vidas.
«Nos dijo que tenía unos conocidos que estaban organizando un viaje, una peregrinación bastante larga desde Francia, bajando por España, hasta llegar a Lisboa», compartió Ángel Adrián.
Se trataba del famoso Camino de Santiago, recorrido que los ha llevado a través de paisajes y lugares históricos mientras alimentan su espíritu con cada paso.
Al momento de realizar la entrevista, Ángel y otros amigos recorrían la famosa ruta de peregrinación milenaria, que ha sido transitada por innumerables fieles a lo largo de los siglos.
«Llevamos alrededor de 45 kilómetros caminados y nos faltan poco más de 50 kilómetros», explicó Ángel, demostrando la dedicación y determinación con la que han abordado este camino de fe.
Sin duda el Camino de Santiago, conocido por sus paisajes pintorescos y la experiencia espiritual que proporciona, ha sido una preparación valiosa para la Jornada Mundial de la Juventud.
«Ha sido un trayecto lleno de emociones y reflexiones. Caminar junto a otros jóvenes de fe ha sido inspirador», dijo Ángel, para quien la convivencia con personas que comparten su misma devoción ha fortalecido su fe y les ha brindado la oportunidad de conocer diversas historias y perspectivas, enriqueciendo así su propia experiencia espiritual.
Ángel y su grupo tienen como meta final llegar a Lisboa y participar en la Jornada Mundial de la Juventud con el corazón lleno de gratitud y emoción.
Antes y después
El entrevistado agregó que este encuentro de fe, definitivamente, va a marcar un antes y un después en su vida.
“Estas tres semanas de camino por Europa, concluyendo con la semana de la Jornada Mundial, va a ser una forma de madurar en mi fe y hacerla crecer en el sentido de que voy a ver cómo otras personas se relacionan con Dios, y creo que es una oportunidad muy grande para aprender de ellos”, dijo.
Dijo que ha disfrutado grandemente los momentos de oración, las misas diarias y el acceso a estos ritos sagrados son una gran bendición para su fe.
“Agradezco a Dios, a mi amigo que nos invitó y a todos aquellos que hicieron posible esta peregrinación. Con humildad y esperanza, me dispongo a vivir esta Jornada Mundial de la Juventud, sabiendo que será un encuentro trascendental con la fe; un antes y un después que marcará mi vida para siempre”, concluyó.