El viernes 11 de junio se celebró la Solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús… ese día fue cumpleaños de Rosalina Pacheco, una fiel devota que comparte su testimonio de amor por Él y las promesas que le ha cumplido en su vida.
Ana María Ibarra
Agradecimiento y amor son los sentimientos que mueven la devoción de Rosalina Pacheco Jiménez al Sagrado Corazón de Jesús por las promesas cumplidas en su vida, especialmente la paz en su familia en medio de tantos escollos por los que han pasado.
Además, Rosalina ve como un regalo que el próximo viernes 11 de junio, día de su cumpleaños se celebrará la solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús.
Devoción en medio del dolor
La devoción que Rosalina profesa al Sagrado Corazón de Jesús la heredó de su madre, quien fue una fiel devota y en su hogar tenía una imagen, además acompañaba a su abuelita a misa en el templo de la Constitución y Mejía.
La entrevistada reconoció que, en algún tiempo, por cuestiones de la vida, se alejó de esta devoción, recobrándola con más fuerza cuando llegó la penúltima de sus seis hijos, Alejandra, quien nació prematura y con problemas en sus piernas. Los médicos no le daban esperanza de vida.
“Pasó por varias cirugías usaba aparatos ortopédicos, nunca pudo caminar. Ahí empecé la devoción al Sagrado Corazón pidiendo su ayuda. Me separé y me quedé con mis seis hijos. Tuve que dejar a mi hija en México en el hospital por tres meses para venirme a cuidar a mis otros hijos y trabajar”, recordó Rosalina.
En una de las cirugías que le realizaron a su hija en la Ciudad de México, Rosalina compró una imagen de bulto del Sagrado Corazón de Jesús, le hizo un altar en la sala de su casa, y le prometió tenerlo siempre en ese lugar. De esto hace más de 35 años.
“Necesitábamos fuerza y amor. Era un proceso largo y doloroso el que mi hija estaba pasando, como lo fue toda su vida. Qué mejor que el Corazón de Cristo que sabe de dolores, pero también de amor y de fuerza, que caracterizó también la vida de Alejandra. Fue un gran impulso para todos”, compartió.
Protegidos por el Sagrado Corazón
Al quedarse sola con sus hijos pequeños, la imagen en la sala de su casa daba a Rosalina la seguridad de tener quien cuidara de ella y su familia, y la ayudó siempre a llevar el peso que tenía a cuestas para sacar a sus hijos adelante.
“Era el mismo Corazón de Dios viendo por nosotros, cuidándonos”, reconoció la entrevistada, quien procura siempre tenerle una veladora encendida …“vamos sostenidos por este inmenso Corazón”, añadió convencida.
Al adentrarse en la devoción, Rosalina sintió el aliento divino del Sacratísimo Corazón y conoció las doce promesas.
“Son un pacto de amor, en especial pido tres: Él bendecirá las casas donde su imagen sea venerada, dará paz a nuestras familias y las consolará de todas sus penas, pero las espero todas…Dios ha sido bueno todo el tiempo, su bondad muchas veces me ha dejado asombrada y muy agradecida”, señaló.
Soporte en la muerte
La hija de Rosalina vivió 43 años y para su familia fue el motor que les inspiró nobleza y a no ser indiferentes ante las necesidades del mundo.
Alejandra era ya adulta cuando se le detectó cáncer de pulmón, lo que fue muy duro para todos. Rosalina le pedía al Sagrado Corazón que no permitiera que su hija la viera triste, sino ser su aliciente.
“Le pedí que mi hija no sufriera y cuando ella partió, le pidió paz y aceptar sin dolor ese momento. Alex fue un gran regalo, ahora está en la capilla pequeña del Sagrado Corazón de Jesús y cada misa es un palpitar de su corazón en el Cielo, el mío en la tierra y el de Dios con nosotros”, dijo Rosalina, servidora desde hace doce años en la parroquia Sagrado Corazón de Jesús.
“Ayudo en lo que puedo, ese es mi agradecimiento a Él, es la única forma que puedo agradecerle por tanta ayuda que me ha dado. En esta pandemia el padre Efrén nos transmitía la misa por Facebook y algunas veces nos permitía venir”, compartió.
Devoción familiar que difunde por Facebook
Rosalina y sus hijos crearon una página en Facebook dedicada a propagar la Devoción al Sagrado Corazón de Jesús.
“Es un gran movimiento y cerca de 4 mil personas siguiéndola. Además, todos tenemos algún apostolado dentro de la Iglesia o ayudando donde más haga falta”.
Con los sentimientos a flor de piel y lágrimas asomando, Rosalina expresó que compartir su testimonio es la voz de Dios quien le recuerda que no está sola, que sigue con ella.
Finalizó con el siguiente mensaje: “Tengan paciencia y mucha fe, Dios no nos concede en el momento lo que pedimos, pero él sabe cuándo, tiene sus tiempos. Y los motivo a que ayuden en sus parroquias y al más necesitado”.
Frase…
“Un día leí una oración: En las horas más tristes de mi vida, cuando todos me dejen Oh Dios mío, si el alma está por penas combatida: ¡Sagrado Corazón de Jesús en Vos confío!, y ahí tengo puesta hasta ahora mi confianza, mi fe, mi esperanza, mi todo”.
Rosalina
Estas son las 12 promesas del Sagrado Corazón de Jesús:
En sus revelaciones a Santa Margarita María de Alacoque, Jesucristo le dio a conocer 12 promesas para los devotos de su Sagrado Corazón.
“Al Corazón de Jesús le agradan mucho los servicios de los pequeños y humildes de corazón, y paga con bendiciones sus trabajos”, decía la santa.
- A las almas consagradas a mi Corazón, les daré las gracias necesarias para su estado.
- Daré la paz a las familias.
- Las consolaré en todas sus aflicciones.
- Seré su amparo y refugio seguro durante la vida, y principalmente en la hora de la muerte.
- Derramaré bendiciones abundantes sobre sus empresas.
- Los pecadores hallarán en mi Corazón la fuente y el océano infinito de la misericordia.
- Las almas tibias se harán fervorosas.
- Las almas fervorosas se elevarán rápidamente a gran perfección.
- Bendeciré las casas en que la imagen de mi Sagrado Corazón esté expuesta y sea honrada.
- Daré a los sacerdotes la gracia de mover los corazones empedernidos.
- Las personas que propaguen esta devoción, tendrán escrito su nombre en mi Corazón y jamás será borrado de él.
- A todos los que comulguen nueve primeros viernes de mes continuos, el amor omnipotente de mi Corazón les concederá la gracia de la perseverancia final.