Ana María Ibarra
Después de su preparación prematrimonial, doce parejas de los centros Las Alitas y Banco de Comida vivieron un retiro espiritual los días 14 y 15 de agosto, mediante el cual reflexionaron el kerigma desde la vida matrimonial teniendo como ejemplo a parejas de las Sagradas Escrituras.
Van por sacramento
El retiro, que inició el sábado con la Eucaristía presidida por el padre Istibal Valenzuela, fue dirigido para parejas en unión libre o casados por el civil, y que tomaron sus platicas prematrimoniales en los centros antes mencionados.
En el caso de las parejas de Las Alitas, su preparación se realizó antes de la pandemia, es decir, hace más de un año; mientras que en mayo pasado se realizó la preparación para parejas de la comunidad del Banco de Comida.
“Faltaba que ambos grupos vivieran su retiro y decidimos unirlos. También se hicieron presentes matrimonios que ya tienen el sacramento que quisieron vivir este retiro”, compartió Ramona Solano, coordinadora de la Comunidad de servidores “Richard Thomas”.
Matrimonios renovados
A cargo de la predicación y la alabanza estuvo la comunidad de Misioneros y Discípulos de Jesús y de María. Saúl Morales predicó sobre el kerigma con un enfoque al matrimonio.
En el tema del pecado, Saúl compartió que, al ser vencido el pecado por Jesús, la humanidad tiene una la oportunidad de una vida nueva.
“Jesús toma el pecado de toda la humanidad y muere, pero resucitando lo vence y le da la oportunidad de una vida nueva. Matrimonios, saldrán renovados de este retiro”, expresó.
Y agregó: “Mañana enterrarán al matrimonio que traen, con el que llegaron a este retiro y mañana serán un matrimonio renovado”.
Las parejas estuvieron atentas y con un corazón dispuesto escuchando y guardando en su interior todas las reflexiones de los predicadores, quienes, con alegría y dinamismo los adentraron a descubrir el amor de Dios en su matrimonio.
Además de las reflexiones, los asistentes participaron de momentos de oración, una celebración de las Bodas de Caná que se realizó el sábado por la noche, y concluyeron el domingo con la Eucaristía presidida nuevamente por el padre Istibal Valenzuela, párroco de la comunidad San Isidro Labrador y capellán del centro Las Alitas.