Diana Adriano
La pandemia ha venido a cambiar la forma de organizar la cotidianidad y los planes que ya se tenían han demandado esfuerzos para adaptarse.
Este es el caso de los ejercicios espirituales que año con año la diócesis ofrece al presbiterio, en los cuales se dedican a alimentar su espíritu y retomar fuerzas desde la oración y la contemplación.
Generalmente estos ejercicios se desarrollan en la primera semana del mes de octubre en la Casa de Retiro “La Santa Cruz”, en Mesilla, Nuevo México.
“Nosotros teníamos contemplado vivir estos ejercicios en La Cruces, Nuevo México. Sin embargo, paso todo esto de la pandemia y el cierre de los puentes y tuvimos que adaptarnos para vivirlos desde nuestra diócesis”, explicó el padre Héctor Villa, actual presidente del presbiterio local.
Del mismo modo, explicó que este año, los ejercicios fueron dirigidos por Fray Francisco Javier Rodríguez Román, sacerdote franciscano, quien cuenta con una especialización en filosofía de la educación.
“El padre Javier nos iba a acompañar en los ejercicios presencialmente, pero al presentarse esta situación, le preguntamos si nos podría mandar el material de los temas y accedió inmediatamente”, dijo.
Fue de este modo que los sacerdotes se organizaron por decanatos para vivir estos ejercicios espirituales, que son de gran ayuda en su vida de fe y también en su acción pastoral.
Temática franciscana
Sobre el tema que reflexionó con los sacerdotes de Ciudad Juárez, el padre Javier explicó que se dio a la tarea de volver a los escritos de San Francisco para entresacar de ellos su visión del presbítero. Así, basó sus meditaciones sobre todo en las admoniciones del santo de Asís, su testamento y la Carta a San Antonio.
“Estos ejercicios han sido, sobre todo para mí, una oportunidad para profundizar en mi ministerio sacerdotal, y lo he querido hacer a partir de la espiritualidad de mi padre fundador, es decir, desde la espiritualidad de San Francisco de Asís”, comentó el fraile franciscano.
Fueron siete puntos los que el fraile entregó al presbiterio para su meditación y observación.
Uno de ellos sobre la vida y el servicio como medios para hacer presente a Cristo en medio de su pueblo. Otras meditaciones sobre la fe, el amor y la oración, estuvieron presentes.
“De ninguna manera estas reflexiones pretenden ser un tratado sobre el sacramento del Orden, quieren solamente llamar nuestra atención acerca de nuestro ser y quehacer y responder a estas preguntas desde la sabiduría de un pobre: San Francisco de Asís”, puntualizó.
Los sacerdotes reflexionaron en cada uno de los diez decanatos existentes en la diócesis y que agrupan a las 76 parroquias: Decanato de Nuestra Señora de Guadalupe, Cristo Rey, Cristo Sumo y Eterno Sacerdote, Dios Padre, El Valle, El Espíritu Santo, Nuestra Señora del Carmen, NS del Pilar, La Sagrada Familia y Jesucristo Sol de Justicia.
Algunos sacerdotes se reunieron en la parroquia que es cabecera de decanato y hubo otros que incluso optaron por realizar su retiro en sesiones al aire libre.