Samuel Pérez/ IBSJ
…Dice el Señor, mis ovejas escuchan mi voz, yo las conozco y ellas me siguen…
Lectio Divina correspondiente al 08 de mayo, IV Domingo de Pascua de El Buen Pastor … Reflexión y acción de la Palabra de Dios, con la guía de integrantes del Instituto Bíblico san Jerónimo…
- Lectura: ¿Qué dice el texto?
Juan 10, 27-30.
En aquel tiempo, Jesús dijo a los judíos: -Mis ovejas escuchan mi voz; yo las conozco y ellas me siguen. Yo les doy vida eterna y no perecerán para siempre; nadie puede arrebatármelas. Mi Padre, que me las ha dado, es superior a todos, y nadie puede arrebatárselas. El Padre y yo somos uno. (Texto tomado de la Biblia de América)
Después de haber leído el evangelio, hagámonos las siguientes preguntas para favorecer la comprensión del texto:
¿Qué dice Jesucristo de sus ovejas?
¿Cuáles se pueden considerar las dos características más importantes de las ovejas?
¿Qué es lo que reciben las ovejas de Jesucristo?
¿Qué dice Jesucristo acerca del Padre?
Según el Evangelio que acabamos de leer ¿cómo podemos considerar qué es la relación entre Jesucristo y sus ovejas?
Breve Estudio Bíblico
El cuarto domingo de Pascua está dedicado a Jesucristo el Buen Pastor. La figura del pastor era conocida en la cultura agrícola del antiguo Medio Oriente. En la Sagrada Escritura, evoca a Dios como pastor del pueblo de Israel en el Antiguo Testamento y es adoptada por los evangelistas para presentar diferentes visiones teológicas. San Juan es quien se inspira más en esta figura dándonos una detallada descripción en el décimo capítulo de su evangelio sobre Jesucristo como el buen pastor. La primera lectura, de los Hechos de los Apóstoles, presenta las situaciones de adversidad que enfrentaban en la actividad misionera Pablo y Bernabé para llevar la palabra y exhortar al pueblo a permanecer fieles a la gracia de Dios. Aunque algunos judíos la rechazaron, muchos paganos la aceptaron y llenos de regocijo glorificaron a Dios abrazando la fe. San Juan en el libro del Apocalipsis revela que Jesucristo es el Cordero pascual que, con su sangre, nos purifica del pecado por el bautismo y es el pastor que nos conducirá a una vida junto a Dios, nuestra salvación.
El evangelio según san Juan presenta el gozo escatológico de toda esperanza para quien cree en Dios: Jesucristo se revela como Pastor, da la vida eterna a sus ovejas y es uno en Dios. Las ovejas son todos aquellos que están abiertos a la fe en Dios, lo siguen y permanecen fieles a su gracia. Puesto que es Dios quien ha dado estas ovejas a Jesucristo, nadie se las puede arrebatar ni frustrar la misión y el don de la vida eterna para los que creen. Se resaltan dos características importantes de las ovejas de Cristo: escuchan su voz y lo siguen. En la teología joánica, la unión del Padre y el Hijo, incluyen a la comunidad de los discípulos. Ser uno en Dios es nuestra fe, esperanza y alegría (cf. 17, 11).
- Meditación: ¿Qué me dice Dios en el texto?
Para profundizar en el Evangelio seamos sinceros al responder a las siguientes preguntas:
¿En qué circunstancias concretas de tu vida has experimentado el amor de Dios como pastor que da la vida por sus ovejas?
¿Eres una oveja de Cristo? Es decir, ¿crees en Él, lo sigues y permaneces en su gracia?
El evangelio nos dice que las ovejas de Jesucristo escuchan su voz, están atentas a lo que Él les dice. No es un simple oír, es escuchar de manera activa. Esto implica acoger la palabra de Dios, dejarse transformar por ella y ponerla en práctica. ¿Dedicas tiempo en tu vida diaria a escuchar la Palabra de Dios? ¿Te dejas transformar por ella? ¿Intentas ponerla en práctica?
¿Entiendo mi vida como una vocación permanente de escuchar y seguir a Jesucristo? ¿Cómo la vivo?
Analicemos, siendo conscientes y sinceros, las formas y conductas en que dirigimos nuestra vida en la familia, entorno social y la Iglesia. ¿Qué actitudes tiene el buen pastor con las ovejas? ¿Esas actitudes las ejerzo como un principio en mi vida y apostolado?
- Oración: ¿Qué le digo a Dios?
Señor Jesús, Buen Pastor,
Tú que conoces a tus ovejas,
Calla esas voces que aturden, distraen y roban la paz.
Esas voces que me impiden escucharte y seguirte.
No permitas que me arrebaten de ti.
Yo sé que estás, siempre estás.
Señor, Tú que me conoces,
sabes que está en mí el deseo de conocerte, amarte y seguirte.
Haz de este deseo una realidad, que mi vocación seas Tú.
Que mis acciones sean en ti, por ti y contigo.
Gracias por ser el Pastor que me ama y protege.
¡Bendito seas, mi Buen Pastor!
Amén.
- Contemplación:
Para intensificar la contemplación repitamos varias veces un versículo de la Sagrada Escritura durante la semana para que alimente nuestra fe:
« El Señor es nuestro Dios y nosotros su pueblo. Aleluya » (Salmo 99).
- Acción: ¿A qué me comprometo con Dios?
En esta Pascua, en el domingo del Buen Pastor, agradezcamos a Dios que en su infinito amor y misericordia nos a dado a personas que entregan su vida por el proyecto del Reino.
Propuesta: Recordemos a nuestros obispos, sacerdotes, religiosas y diáconos en la oración. Pidamos a Jesucristo la fortaleza en su ministerio y la santidad en su vida. No olvidemos pedir por la perseverancia de nuestros seminaristas. En lo posible, al encontrarme con alguno de ellos, les brindaré una expresión agradecimiento porque con su vida nos reflejan a Jesucristo, el Buen Pastor.
Primera Lectura: Hechos 13, 14. 43-52
Salmo 99
Segunda Lectura: Apocalipsis 7, 9. 14-17
Color: Blanco