Diana Adriano
Dentro del Seminario Conciliar de Ciudad Juárez yace un conjunto de reservas ocultas que transportan a través del tiempo, contando las historias de épocas específicas en la vida del llamado Corazón de la Diócesis.
En el contexto de la celebración del sexagésimo aniversario de esta emblemática institución, el padre Jesús Manríquez, rector del Seminario, revela dos historias valiosas que permanecían desconocidas para muchos o habían sido olvidadas.
Una sabia elección
El padre Manríquez recordó el período en el que el cardenal Don Juan Sandoval Iñiguez asumió la dirección de la diócesis y decidió dar un nuevo rumbo al Seminario.
Como parte de este cambio, se llevaron a cabo modificaciones fundamentales, incluido el reemplazo de todos los formadores. Fue cuando el padre Juan Manuel García asumió el cargo de Rector del Seminario, una posición que ocupó de 1992 a 2001.
Uno de los legados más destacados del padre Juan Manuel García fue la transformación total de la parte dedicada a la Teología en el Seminario.
El actual rector compartió detalles cruciales sobre una encrucijada que marcó un punto de inflexión en la historia de la institución.
tras la partida de don Juan Sandoval y la llegada del obispo don Renato Asencio trajo una serie de desafíos y decisiones significativas para el Seminario.
Uno de los proyectos que se estaban considerando en ese momento era la construcción de una piscina. El padre Juan Manuel, tenía una afinidad particular por la natación, y la idea de una alberca para la comunidad del Seminario tomó forma. Sin embargo, también había una necesidad apremiante de contar con una biblioteca adecuada.
En ese momento, la situación económica se complicó debido a una gran devaluación del dólar, lo que impactó significativamente a la región fronteriza y, por supuesto, al Seminario.
Difícil elección
Ante esta coyuntura, el obispo Asencio presentó al padre Juan Manuel una opción difícil: elegir entre la construcción de una alberca para recreación y salud, o una biblioteca, como centro de conocimiento espiritual e intelectual.
En el dilema, finalmente, el padre Juan Manuel tomó la valiente decisión de optar por la biblioteca, priorizando la educación y la formación intelectual de los seminaristas y mostrando una visión a largo plazo.
“Fue un acto de compromiso con la educación y la formación intelectual de los seminaristas, una decisión que ha perdurado en el tiempo”, expresó el actual rector.
Así se creó la biblioteca Renato Ascencio León, inaugurada en 1995 y convertida, desde entonces, en un tesoro invaluable para la comunidad del Seminario.
En el año 2002, el padre Luis Escudero, entonces formador en el Seminario -hoy párroco de La Virgen de la Luz-, inició un ambicioso proyecto de catalogación que actualmente abarca más de 15 mil recursos, incluyendo libros, revistas, material audiovisual y otros materiales. Este esfuerzo minucioso garantizó que la biblioteca se convirtiera en un recurso de referencia completo y accesible para los estudiantes.
El nombre de la biblioteca, «Renato Ascencio León», rinde homenaje al tercer obispo de la diócesis, quien propuso la idea.
Libros de antigüedad
Por otra parte, el padre Jesús explicó que la biblioteca Renato Ascencio León alberga una colección de actas del Concilio Vaticano II con más de 60 años de antigüedad.
Estos documentos son auténticos tesoros que brindan una visión única de un momento crucial en la historia de la Iglesia como lo fue el Concilio en el que participó el primer obispo y fundador del Seminario, don Manuel Talamás Camandari.
“La decisión de rescatar y preservar estos libros antiguos demuestra un profundo respeto por la herencia histórica que posee el Seminario. Colocarlos bajo llave y detrás de una vitrina es una medida sabia para garantizar su protección y accesibilidad controlada”, dijo.
El padre rector dijo que actualmente existe la iniciativa de renovar la este recinto, pues “a pesar de la creciente disponibilidad de recursos digitales, el libro físico conserva su encanto y valor”.
Cristo Italiano
Otra de las historias peculiares del Seminario es la presencia de un impresionante Cristo crucificado, traído de Italia. La obra de arte, una verdadera joya de la escultura, viajó miles de kilómetros hasta llegar al Seminario Conciliar y “es una muestra excepcional de la devoción religiosa y la maestría artística que se encuentra en el corazón de Italia”, dijo el padre Jesús.
Lo que hace que esta historia sea más especial tiene qué ver con el obispo don Renato. “Desde su llegada a la diócesis, don Renato demostró un entusiasmo inquebrantable por el fortalecimiento de la formación de sus sacerdotes, por lo que uno de sus primeras disposiciones fue la creación del Teologado, una parte esencial del Seminario”, dijo el rector.
Explicó que don Renato no sólo estableció el Teologado, sino que también envió a numerosos sacerdotes y seminaristas a estudiar en Roma, la cuna de la Iglesia Católica. Este esfuerzo por fomentar el conocimiento y la formación espiritual enriqueció a la diócesis y fortaleció la conexión con la Iglesia universal.
Fue en un gesto de profundo agradecimiento con el que este Cristo llegó a Juárez, pues sacerdotes juarenses que estudiaban en Roma decidieron adquirir el crucifijo como ofrenda de gratitud al Seminario.
“Este Cristo italiano se convirtió en un poderoso símbolo de la unión espiritual entre los que estudiaban en Roma y aquellos que se encontraban en el Seminario”, reflexionó el padre Manríquez.
Durante muchos años, este Cristo ocupó un lugar central en la capilla del Seminario Mayor, pero ahora se encuentra en la sacristía de la misma capilla, para recordar a los sacerdotes y seminaristas de esa facultad, la importancia de la fe, la unidad y la dedicación en su servicio a la Iglesia.
La ocasión perfecta para conocer legado del Seminario
Luego de compartir estas historias de gran valor para la comunidad del Seminario y de la diócesis, el padre Jesús Manríquez extendió una cálida invitación a la comunidad local para que asista la Kermés del Seminario 2023, que se llevará a cabo los días 23 y 24 de septiembre.
Y dado que una de las actividades programadas para la kermés es un tour por las instalaciones del Seminario, ahí los visitantes podrán conocer de primera mano estos detalles que el padre rector ha compartido a través de Periódico Presencia.
En frase…
“La kermés es una forma de agradecer a todos aquellos que han apoyado nuestra misión durante seis décadas. Esperamos que sea un encuentro enriquecedor y significativo para todos».
Pbro. Jesús Manríquez, rector