P.J. Ginés/Periodista
Una vez más, como cada mes de enero, decenas de miles de manifestantes provida marcharon hacia el Capitolio de EEUU en Washington, pero este año celebrando la revocación de la doctrina Roe vs. Wade (que retorna a cada estado el derecho de legislar sobre el aborto) y pidiendo crecer en conciencia provida y leyes que defiendan la vida del no nacido y apoyen a las embarazadas.
Este año la marcha transcurrió bajo unas temperaturas gélidas y constante nieve, pero los manifestantes (jóvenes y mayores, y también niños) no se amedrentaron y salieron por miles.
Cada año suele acudir uno o dos grupos con algunas docenas de contramanifestantes pro-aborto, y este año había una cita convocada en ese sentido, pero los organizadores (el grupo abortista Reproaction) se echaron atrás.
Según informa LifeSiteNews «de los 14.000 seguidores del grupo en Facebook, la publicación de Facebook solo recibió 7 reacciones emoji positivas y ningún comentario. En X, donde el grupo tiene 10.700 mil seguidores, solo obtuvo tres me gusta».
Queda claro que no había entusiasmo entre los abortistas por salir al frío y la nieve, y el viernes por la mañana anunciaron que se cancelaba la concentración proaborto «para poner la seguridad primero», y acusando a los provida de poner en peligro a los niños por llevarlos de manifestación con frío (aunque, evidentemente, bien abrigados).
Marcha pro vida
Cada año, en la víspera de la Marcha se organizan en Washington eventos de distintas asociaciones y también de distintas comunidades religiosas ligadas a la defensa de la vida. Los católicos suelen organizar una misa y una adoración en la víspera en la Basílica del Santuario Nacional de la Inmaculada Concepción (la Inmaculada, por herencia hispánica, es la patrona de EEUU). Más de 6.000 personas llenaron la basílica a rebosar.
El obispo de Arlington, Michael Burbidge, pidió a los fieles que «lleven la luz a los rincones más oscuros».
«Como Jesús, no basta con reservar nuestro mensaje para quienes lo recibirán fácilmente y perseguir victorias sólo en aquellos lugares donde es probable que ganemos. Debemos persistir en aquellos lugares donde nuestro mensaje es rechazado. Debemos llevar la luz a los rincones más oscuros», afirmó.
«Si el último año y medio nos ha enseñado algo, es esto: Dobbs no es el final. Es una victoria -una victoria tremenda-, pero no decisiva», dijo, sobre el cambio legal que devuelve a cada estado la capacidad de legislar el aborto (o prohibirlo).
El aborto sigue amenazando a niños y madres, y las familias siguen necesitando «recursos, apoyo y amor», dijo.
Contra la adversidad
En la Marcha en sí, el viernes por la mañana, miles de personas desafiaron la intensa nevada, con el lema “Con cada mujer, por cada niño”.
Jeanne Mancini, presidenta de la March for Life de Estados Unidos, recordó que «según dicen los estudios, el 60% de las mujeres que eligieron abortar declaran que habrían optado por la vida si hubiesen tenido un mayor apoyo». Así, el apoyo a las familias y embarazadas salva vidas.
«¿Qué es lo que más necesita una mujer cuando enfrenta un embarazo no planificado? No necesita alarmismo, no necesita que la avergüencen. Necesita escuchar: ‘¡Tú puedes con esto y yo te ayudaré!'», proclamó Mancini ante la multitud. Sobre todo, dijo, «necesita saber que no estará sola».
«¡Seguiremos marchando hasta que el aborto sea algo impensable!», anunció.
Mayoría anti aborto
Con Roe vs. Wade, el aborto prácticamente no tenía límite alguno y se practicaba hasta el momento del parto en muchos lugares. Esto sigue siendo así en muchos sitios, pero no en los mismos que antes: cada estado debate las leyes, el tema se habla a nivel regional y local y cada político ha de decidir su postura sin poder esconderse mucho del asunto.
La Encuesta 2024 Caballeros de Colón-Maristas indicaría que el 66% de los estadounidenses apoyan poner límites legales al aborto, y que casi 6 de cada 10 apoyan limitar los abortos para que solo se permitan en los tres primeros meses de embarazo. Aunque muy lejos de lo que querrían los provida, eso implicaría una fuerte limitación de este macabro negocio.
El mismo sondeo detecta que el 83% de los estadounidenses apoya los centros de recursos para embarazadas, que ofrecen apoyo a las madres tanto durante el embarazo como después del nacimiento del bebé. Dos tercios de encuestados apoyan la objeción religiosa del personal sanitario contra el aborto y el 86% de los encuestados cree que las leyes pueden proteger tanto a la madre como al feto.