Comisión Diocesana de Catequesis para la Visita del Papa Francisco Diciembre del 2015
De aquí a unas décadas seguramente el pontificado del Papa Francisco será reconocido como un papado donde uno de sus puntos centrales fue la defensa de la Doctrina del Trabajo. Este es uno de los temas que más ha tratado el Papa argentino. Además, por defender una adecuada doctrina del trabajo muchas veces ha criticado el sistema capitalista actual, que simplemente ve al trabajador como una mercancía más, en función al rendimiento económico. Veamos pues algunos de los puntos principales que ha destacado el Papa Francisco:
El trabajo dignifica al ser humano.
El Papa Francisco tiene una visión integral con respecto al trabajo del ser humano. El objetivo principal de dicho trabajo no es tanto cubrir las necesidades materiales de la persona, sino el hecho de que el hombre se esfuerce creativamente en su labor y, al mismo tiempo, con ese trabajo consiga los recursos materiales para cubrir las necesidades propias y las de los suyos. A continuación algunas intervenciones del Santo Padre:
«El trabajo no sólo es necesario para la economía, sino para la persona humana, para su dignidad, para su ciudadanía, y también para su inclusión social”. (Discurso al mundo del trabajo, en Turín, Italia)
“No tener trabajo no significa sólo no tener lo necesario para vivir, no, porque nosotros podemos comer todos los días, porque vamos a la Cáritas, a aquella asociación, vamos al club, allá, y nos dan de comer. Ese no es el problema, porque el problema es no llevar el pan a casa, porque eso quita la dignidad. Y el problema más grave no es el hambre sino la dignidad. Sobre esto tenemos que trabajar y defender nuestra dignidad que la da el trabajo” discurso al mundo del trabajo, en Campobasso, Italia).
No a la economía del descarte: el sistema económico actual no fomenta la dignidad del trabajador.
La “cultura del descarte” o “economía del descarte” es uno de los conceptos que más ha señalado en su pontificado el Papa Francisco. Se refiere a la cultura actual que no toma en cuenta a los que no son productivos económicamente, como a los ancianos, los enfermos, los jóvenes, las personas que no han recibido una educación formal, entre otros. El Papa ha condenado esta situación constantemente. Estas son algunas de sus palabras:
“En esta situación estamos llamados a reafirmar el “no” a una economía del descarte, que pide resignarse a la exclusión a quienes viven en la pobreza absoluta, en Turín casi una décima parte de la población. Se excluyen a los niños (¡natalidad cero!), se excluyen a los ancianos, y ahora se excluyen a los jóvenes (¡más del 40 por ciento de los jóvenes desempleados!). Lo que no produce se excluye a la manera de “usar y tirar” ( Discurso al mundo del trabajo, en Turín, Italia)
“Estamos llamados a reafirmar el ́”no” a la idolatría del dinero, que nos impulsa a entrar a cualquier precio en el número de los pocos que, a pesar de la crisis, se enriquecen, sin tener en cuenta a muchos que se empobrecen, a veces hasta el hambre”. (Ibid)
“Estamos llamados a decir “no” a la corrupción, tan difundida que parece una actitud, un comportamiento normal. Pero no con palabras, sino con hechos… ( )… Esto requiere de un modelo económico que no esté organizado en función del capital y de la producción, sino más bien en función del bien común”. (Ibid)
“El trabajo, de hecho, no puede ser un mero engranaje en el mecanismo perverso que muele recursos para obtener ganancias siempre mayores;; por lo tanto no puede ser ampliado o reducido en función de la ganancia de unos pocos y de formas productivas que sacrifican valores, relaciones y principios. Esto vale para la economía en general , que no “no puede recurrir a remedios que son un nuevo veneno, como cuando se pretende aumentar la rentabilidad reduciendo el mercado laboral y creando así nuevos excluidos”, (Evangelii Gaudium 204)” (Discurso al Instituto Nacional para la Seguridad Social e Italia).
La doctrina del trabajo respeta la dignidad de cada etapa de los seres humanos: los niños, los ancianos y la vida familiar.
Un trabajo digno debe permitir a las personas un descanso saludable, y poder pasar tiempo los padres con sus hijos, y respetar la fragilidad de los ancianos y la importancia que tiene la estructura familiar en la vida de los seres humanos. Estos conceptos del Papa Francisco nos hacen recordar los del primer obispo de Ciudad Juárez, Don Manuel Talamás Camandari, que advertía constantemente de los peligros de la industria maquiladora en nuestra ciudad que, con sus largas jornadas de trabajo, iba a crear niños huérfanos con padres vivos (pero huérfanos en el sentido de que casi nunca los ven, como ha ocurrido en muchas familias fronterizas). A continuación las palabras del Santo Padre:
* En Turín, después de que tres personas se dirigieron al Papa Francisco, él dijo: «Me gustó mucho que los tres hayan hablado de la familia, de los niños y de los abuelos. ¡No se olviden de esta riqueza! Los hijos son la promesa para llevar adelante este trabajo que señalaron, que recibieron de sus antepasados. Y los ancianos son la riqueza de la memoria. Una crisis no puede superarse, no podemos salir de la crisis sin los jóvenes, los chicos, los hijos y abuelos. Fuerza para el futuro, y memoria del pasado que nos muestra dónde se debe ir. No se olviden de esto, por favor. Los hijos y los abuelos son la riqueza y la promesa de un pueblo” (Discurso al mundo del trabajo, en Turín, Italia).
* “Otro desafío emergió de la voz de esta buena mamá obrera, que ha hablado también en nombre de su familia: el marido, el niño pequeño y el niño que lleva en su vientre. El suyo ha sido una llamada en favor del trabajo y al mismo tiempo por la familia. ¡Gracias por este testimonio! De hecho hay que tratar de encontrar conciliar los tiempos del trabajo con los tiempos de la familia. Y les diré una cosa, cuando voy y confieso gente, ahora no tanto como lo hacía en la otra diócesis. Cuando viene un papá o una mamá joven le pregunto cuántos niños tiene, y le pregunto: ¿Tú juegas con tus niños? La mayoría dice: ¡Cómo padre! Sí, ¿tú juegas, pierdes el tiempo con tus niños? Sí, estamos perdiendo esta sabiduría de jugar con nuestros niños. La situación económica los lleva a esto. ¡Por favor pierdan el tiempo con sus niños! El domingo, este domingo de familia al que la señora hizo referencia, este domingo de familia no es perder el tiempo. Esto es un punto crítico, un punto que nos permite discernir, evaluar la calidad humana del sistema económico en el cual nos encontramos. Y en el interior de este ámbito se coloca también el tema del domingo laborable, que no afecta solamente a los creyentes, pero a todos como una decisión ética. Y este es un espacio de la gratuidad que estamos perdiendo. La pregunta es: ¿a qué cosa queremos dar la prioridad? El domingo libre del trabajo –exceptuados los servicios necesarios- afirma que la prioridad no es la economía, pero lo humano, lo gratuito, las relaciones no comerciales pero familiares, de amigos, para los creyentes es la relación con Dios y con la comunidad. Quizás haya llegado el momento de plantearnos si trabajar el domingo sea una verdadera libertad. Porque el Dios de las sorpresas rompe los esquemas, da sorpresas y rompe los esquemas para que nosotros nos volvamos más libres, es el Dios de la libertad” (Discurso al mundo del trabajo en Campobasso, Italia).
* “No debemos ser nunca esclavos del trabajo, sino señores. Sin embargo, vemos que hay millones de hombres, de mujeres y también de niños, que son esclavos del trabajo. Son explotados, esclavos del trabajo. Esto va en contra de Dios y en contra de la dignidad humana”. (Audiencia general 12 de agosto del 2015).
Hoy se requiere una creatividad para resolver los problemas del mundo del trabajo.
Como en muchos de los problemas actuales, el Papa Francisco hace un llamado a las autoridades, a los profesionistas, a los cristianos y a todas las personas de buena voluntad a usar todos sus recursos creativamente, en este caso para encontrar soluciones a las problemáticas actuales del mundo laboral. Veamos lo que ha mencionado en algunos discursos al mundo del trabajo:
En la Pascua del 2014 el Papa Francisco habló de Dios como el “Dios de las sorpresas”. En Campobasso, capital de la zona italiana de Molise, le recordaron esta frase y el Papa la aplicó al mundo del trabajo: “El señor rector tomó la expresión que dije, que nuestro Dios es el Dios de las sorpresas. Es verdad, cada día nos da una, así es Nuestro Padre. Y digo otra cosa sobre Dios, que la indico ahora: es el Dios que rompe los esquemas, y si nosotros no tenemos el coraje de romper los esquemas nunca iremos hacia adelante, porque nuestro Dios nos empuja a esto, a ser creativos para el futuro” (Discurso al mundo del trabajo Campobasso, Italia).
“Añado una palabra que no quisiera que fuese retórica, por favor: ¡ánimo! No significa paciencia, resígnense. No, no, no significa esto. Sino al contrario, significa: osen, sean valientes, ¡vayan adelante! ¡Sean creativos! ¡Sean artesanos todos los días, artesanos del futuro! Con la fuerza de aquella esperanza que nos da el Señor que jamás defrauda, pero que también necesita de nuestro trabajo” (Discurso al mundo del trabajo en Turín, Italia).
Las universidades deben preparar a los jóvenes para que puedan adquirir un trabajo digno.
Curiosamente, en las reuniones del Papa Francisco con el mundo del trabajo, algunas veces se han llevado a cabo en recintos educativos, como en Molise, por ejemplo. Y en Juárez se reunirá en el Gimnasio del Colegio de Bachilleres, que es una institución de educación media superior. Y el motivo es que el Papa quiere dejar en claro la obligación de las universidades y demás entidades educativas de preparar adecuadamente a los jóvenes para que puedan conseguir trabajos dignos, además del papel que la investigación juega en buscar siempre nuevas formas de enriquecer el mundo de los trabajadores. Escuchemos la voz del Santo Padre:
«Mi visita en Molise inicia a partir de este encuentro con el mundo del trabajo, aunque el lugar en que nos encontramos es la universidad. Y esto es significativo: expresa la importancia de la investigación y de la formación también para responder a las nuevas y complejas necesidades que la actual crisis económica pone en el plano local, nacional e internacional” (Discurso al mundo del trabajo en Campobasso, Italia)
Este aspecto de la educación para un trabajo digno, se extiende incluso en las zonas rurales, donde a un trabajador bien formado su labor se convierte en un diálogo fecundo con la naturaleza que lo rodea y de donde extrae sus frutos:
“El quedarse del campesino en la tierra no es quedarse quieto, sino hacer un diálogo fecundo, creativo, el diálogo del hombre con su tierra, que la hace florecer, que la hace volverse fecunda para todos nosotros. Esto es importante. Un buen recorrido formativo no ofrece soluciones fáciles, sino que ayuda a tener una mirada más creativa, para valorizar mejor los recurso del territorio” (Ibid).
Las diferentes actividades laborales deben conservar nuestra Casa Común.
Es también en el contexto del mundo del trabajo donde podemos colocar el énfasis ecológico, en sentido amplio, que el Papa Francisco ha mostrado en su pontificado, expresado sobre todo en su última encíclica “Laudado si ́i”. Es decir, la acción del hombre al explotar los recursos naturales no puede ir en contra del mismo hombre, y esto sucede cuando se van agotando las reservas naturales y cuando no se mira al bien común de toda la humanidad. Entre muchas citas que podríamos elegir del Papa Francisco, veamos ésta:
“Comparto plenamente lo que ha sido dicho sobre ́custodiar ́ la tierra, para que dé fruto sin ser explotada. Este es uno de los mayores desafíos de nuestra época: convertirnos a un desarrollo que sepa respetar lo creado. Cuando veo en América y en mi mismo país, tantos bosques arrasados que se vuelven tierra que no se puede cultivar ni dar vida, este es el pecado nuestro de explotar la tierra y no dejar que nos dé lo que tiene adentro, con nuestra ayuda de la cultivación” (Ibid).
El derecho a las tres “T”
Otro de los conceptos que poco a poco se va volviendo característico del Papa Francisco, en cuanto a la doctrina del trabajo, pero que él lo expresa con esa pedagogía popular que tanto le agrada al pueblo común, es el de “las tres T”, como ya lo ha mencionado el Papa sudamericano varias veces. Esas tres “T” son un derecho para todo trabajador: trabajo, techo y tierra. Le dijo a una revista holandesa:
“La Iglesia quiere abrazar a todos y decir que tener un techo sobre uno mismo es un derecho. Los movimientos populares trabajan con tres “t” (en español): trabajo, techo y tierra. La Iglesia predica que toda persona tiene derecho a estas tres “t””. (Entrevista al periódico holandés Straatniews).
Se debe respetar la condición especial de la mujer, de los enfermos y de los ancianos
El Papa Francisco habla con mucha claridad con respecto a estos derechos laborales, y constantemente le pide a los gobiernos que defiendan estos derechos con leyes, y lo mismo a las organizaciones laborales, como los sindicatos. Dice el Papa:
“No falte entre sus prioridades una atención privilegiada para el trabajo femenino, ni mucho menos la asistencia a la maternidad que debe siempre tutelar la vida que nace y quien la sirve cotidianamente. Que no falte jamás la aseguración para la ancianidad, la enfermedad, los accidentes de trabajo. Que no falte el derecho a la jubilación y subrayo: el derecho, porque se trata de esto. Sean conscientes de la alta dignidad de cada uno de los trabajadores, al cual prestan servicio con obra” (Discurso al Instituto Nacional para la Seguridad Social de Italia).
Como resumen a esta doctrina del trabajo pregonada por el Santo Padre, podemos decir que está totalmente basada en una sana antropología, en un concepto del ser humano lleno de dignidad y de respeto, que nadie puede pisotear:
“¡Nunca olvidar al hombre: éste es el imperativo! Amar y servir al hombre con conciencia, responsabilidad y disponibilidad. Trabajar para el que trabaja y no olvidar al que quisiera trabajar y no puede hacerlo. Y ello, no como solidaridad, sino como deber de justicia y de subsidiaridad. Sostener a los más débiles, para que a nadie le falte la dignidad y la libertad de vivir una vida auténticamente humana”(Ibid).
Preguntas para la reflexión
¿Cómo doy testimonio en mi trabajo de mi ser cristiano?
¿Cuáles considero que son los problemas más grandes en Ciudad Juárez con respecto al mundo del trabajo?
¿Rezo frecuentemente por las personas con las que me toca trabajar o soy indiferente hacia ellos?
Si una persona en el trabajo me pide ayuda,, ¿cómo reacciono generalmente?
¿Conozco cómo funciona la pastoral obrera en Ciudad Juárez?
Y en mi parroquia, ¿tenemos alguna pastoral para los obreros? ¿Cómo podemos mejorarla?