Diana Adriano
El pasado 7 de enero, la comunidad del Centro de Evangelización “Las Alitas” se reunió en un ambiente de fe y alegría para celebrar al Santo Niño de las Palomitas. La convivencia comenzó a las 5 de la tarde con una solemne misa, en la que se elevaron oraciones por la protección y bendición de las familias y la comunidad en general.
La celebración estuvo presidida por el padre Edgar Arrellano, párroco de San Isidro Labrador, ubicado en el poblado de San Isidro.
A pesar del intenso frío que ese día se sintió, hubo una notable participación de niños que asisten regularmente a este centro de evangelización, junto a sus familias.
Pureza y esperanza
En su homilía, el sacerdote narró la historia del origen de esta devoción, que data de finales del siglo XIX en España.
Destacó cómo una imagen sencilla del Niño Jesús con unas palomas, inicialmente poco valorada, cobró importancia cuando un fraile llamado Vicente la llevó consigo a México como parte de su misión apostólica.
En Zacatecas, el fraile presentó la imagen a una mujer llamada Catalina, quien estaba gravemente enferma. Después de orar con fervor frente a la imagen, Catalina experimentó una milagrosa sanación, lo que marcó el inicio de un santuario dedicado a esta advocación, en esa región.
El padre Edgar resaltó que las palomas en las manos del Niño Jesús simbolizan las almas de quienes, al volverse como niños en su pureza e inocencia, están destinadas a contemplar la gloria de Dios.
“Jesús nos llama a ser como niños para heredar el Reino de los Cielos”, enfatizó, recordando las palabras de Cristo en el Evangelio.
El sacerdote invitó a los fieles a aspirar a esa pureza de vida, confiando en el amor y la misericordia de Dios.
“Que nuestro corazón se llene de esperanza al contemplar esta imagen. Que podamos descansar en el amor de Dios, siendo siempre como niños, para recibir su gracia y purificación”, concluyó.