Ejercicios espirituales 2025 de los seminaristas de Filosofía y Teología
Ana María Ibarra
Previo al regreso para seguir con su formación, seminaristas de la diócesis vivieron una semana de ejercicios espirituales para fortalecer su vocación y continuar con sus estudios en el segundo semestre del ciclo escolar 2024-2025.
La reflexión de los seminaristas se realizó del 6 al 10 de enero bajo la guía de distintos sacerdotes, según su facultad.
De la mano de María
Con gran alegría de poder compartir con los seminaristas de primero y segundo de filosofía, el padre Felipe de Jesús Juárez dirigió los ejercicios espirituales llevando a los jóvenes de la mano de María Santísima, con el objetivo de que vivan la plenitud de su vida y su vocación acompañados de la Madre de Jesús.
“Nuestra Madre nos acompaña en la vocación y de una manera muy especial en la vida sacerdotal. Dios nos la ha dado como un don y una gracia muy especial. Ella nos ayuda, nos asiste, nos protege con su amorosa intercesión», compartió el padre Felipe.
Resaltó que los jóvenes estuvieron con disposición, abiertos a la reflexión, sumergidos en la dinámica de oración y en el encuentro con Dios y con la Virgen.
«Los frutos se verán también posteriormente en su relación con nuestra Madre. Este retiro estuvo conformado de algunas charlas como preparación para dar el paso de consagrarse al Corazón Inmaculado de María», añadió.
Mencionó que el material que llevó durante los ejercicios fue el de los padres Misioneros del Corazón Inmaculado de María y basándose también en el ejemplo de la vida espiritual de grandes santos.
«Nos guiamos en la consagración de San Luis María Grignion de Montfort, quien impulsó la consagración de los 33 días y dejó la devoción a la consagración a la Virgen Santísima. También están Maximiliano María Kolbe; tomamos como modelo a San Juan Pablo II y a la madre Santa Teresa de Calcuta», expuso.
Al concluir los ejercicios, los jóvenes vivieron una Hora Santa y realizaron su consagración al Inmaculado Corazón de María.
Por otra parte, los jóvenes de tercero de Filosofía vivieron sus ejercicios espirituales acompañados por el padre Víctor Manuel Vega en el poblado de Samalayuca, donde se retiraron durante cinco días para reflexionar sobre formación humana, castidad, afectividad y sexualidad.
Igualmente el padre Víctor reforzó con los jóvenes algunas pistas de discernimiento vocacional.
“Fue un tiempo de gracia en el que pude encontrarme conmigo mismo pero también con el Señor. Dios hizo grandes cosas en mí durante estos ejercicios espirituales”, dijo Alan Capallera, uno de los seminaristas en el retiro.
Configurados a Cristo
Los jóvenes de Teología se reunieron en la Casa de Jesús, (de las hermanas Siervas del Sagrado Corazón), donde tuvieron como guía al padre Ariel Suárez Jauregui, sacerdote de la Habana, Cuba.
Con sus reflexiones, el padre Ariel adentró a los seminaristas a ponerse delante de Dios en busca de ordenar su vida y renovar su adhesión a Jesucristo y a su proyecto.
«En el caso de los seminaristas eso es de vital importancia, porque estamos hablando de los futuros sacerdotes, de los futuros pastores de esta Iglesia de Ciudad Juárez y, obviamente, cuidar, animar, fortalecer la vida espiritual de los futuros pastores es una tarea primordial para todos nosotros», señaló el padre Ariel.
El sacerdote, quien aceptó con mucho amor y esperanza la invitación de estar en esta diócesis para reflexionar con los jóvenes y ayudarlos a que se identifiquen con Jesucristo, dirigió los ejercicios espirituales en la temática del servicio.
«Vine con mucho amor para ayudar a que los jóvenes de Teología se apasionen por el proyecto de Jesús y quieran seguirlo, deseando configurarse a Cristo como sacerdotes y pastores del pueblo Santo de Dios en esta Iglesia linda de Ciudad Juárez».
Con su charla los motivó a tener un espíritu de servicio a los pobres, pequeños y pecadores y a ser los pastores que esta diócesis necesita llenos misericordia, servicio y amor.