Claudia Iveth Robles
Con una peregrinación y una misa presidida por el obispo don José Guadalupe Torres Campos, el pasado domingo 23 de abril la comunidad de la parroquia El Señor de la Misericordia celebró la fiesta de la Divina Misericordia.
Los feligreses de la misa de dos de la tarde realizaron una breve procesión, por calles aledañas a la parroquia y caminaron portando cuadros con la imagen de El Señor de la Misericordia desde la calle Simona Barba hasta llegar al templo parroquial. La procesión fue encabezada por un grupo de danzantes que llegaron a venerar a Jesús misericordioso.
Ahí el obispo los esperaba oara comenzar la misa, la cual fue concelebrada por los sacerdotes José Solís y Juan Carlos López, párroco y vicario, respectivamente.
En su mensaje, el obispo recordó que Dios es compasivo y misericordioso.
“Cuánto amo Dios al mundo, tan grande es la misericordia de Dios, que nos da a su Hijo,
se nos manifiesta en su Hijo y nos muestra su misericordia …contemplamos la misericordia de Cristo en las llagas gloriosas que Jesús nos muestra”, dijo.
En la homilía, Don Guadalupe recordó cómo Cristo resucitado se aparece a las mujeres, a los dos discípulos de Emaús y a muchos más.
“Jesús se presenta donde están los apóstoles y les muestra sus manos y su costado, les abre su corazón ¡aquí estoy!, la paz este con ustedes, les dice”.
Ante un templo abarrotado, el obispo recordó que la Fiesta de la Divina Misericordia nos invita, por una parte, a contemplar no sólo con los ojos, sino con el corazón, la misericordia del Señor y nos convoca a acercarnos a Él con toda confianza y esperanza.
“Nos quiere cercanos. Es Jesús, el Señor de la Misericordia, que viene hoy, nos da su paz, el don de la bondad y la serenidad”, dijo.
Finalmente el obispo invito a los fieles a reflejar la misericordia de Dios en la vida cotidiana, “para que se refleje en la persona a Cristo misericordioso” y muchos más se acerquen a él.