Hoy en día la castidad es una virtud como cosa ‘de bichos raros’…pero aún es factible lograr que los hijos puedan sentirse orgullosos de practicarla…psicólogo nos explica cómo lograrlo…
Ana María Ibarra
Educar en la castidad en el tiempo actual es todo un reto para los padres de familia y todo aquel responsable de hacerlo, pues esta virtud se suele ver como anticuada y ridícula, ya que el entorno atrae a los menores y jóvenes a la sexualidad con canciones de moda, caricaturas, películas y las redes sociales.
Ante esto, el psicólogo Juan Jesús Hernández hizo una reflexión invitando a los padres de familia a educar con el ejemplo y a no tachar la sexualidad como algo negativo.
Al servicio del amor
Citando el Catecismo de la Iglesia Católica, Juan Jesús Hernández señaló que la castidad consiste en el dominio de sí, en la capacidad de orientar el instinto sexual al servicio del amor y de integrarlo en el desarrollo de la persona.
“La castidad cristiana supone superación del propio egoísmo, capacidad de sacrificio por el bien de los demás, nobleza y lealtad en el servicio y en el amor. Es decir que la castidad es hacer un buen uso de la sexualidad, según el estado de vida en el que estemos”, dijo el psicólogo.
El profesionista refirió que los solteros tendrán que vivir la castidad a través de la abstinencia de relaciones sexo genitales; los casados viviendo la sexualidad de una manera plena con su cónyuge, y las personas consagradas en el celibato.
“La castidad no solo abarca la unión genital, como a veces creemos; la castidad, al igual que la sexualidad tiene que ver con todas las áreas de nuestra vida: biológica, psicológica, social, cultural y espiritual, lo cual nos lleva a tener conductas adecuadas, de respeto por nuestro cuerpo y por las demás personas”, señaló.
Lo positivo de la sexualidad
Mencionó que atenta contra la castidad el hablar en doble sentido o contar ‘chistes colorados’, el no tener intimidad con la esposa o el esposo por las vías adecuadas, o tener pensamientos contra la pureza.
La educación sexual en los niños, jóvenes y adolescentes, dijo Juan Jesús, no debe confundirlos ni hacerles ver la castidad como algo malo o antinatural, sino que sepan que practicar la castidad es hacer un buen uso de su sexualidad, ya que el ser humano es un ser sexuado por naturaleza, desde que nace hasta que muere y debe practicar la castidad siempre, dependiendo el estado de vida en el que estén.
“La virtud de la castidad se le debe enseñar a los jóvenes, adolescentes y niños hablándoles siempre en sentido positivo, porque al hablarles desde lo negativo o lo prohibido, su misma naturaleza rebelde los llevará a hacer aquello que no queremos que haga, por lo que siempre habrá que hablarles de lo positivo y bueno que es practicar la castidad”.
Inteligencia emocional
En este sentido, dijo, es necesario educar en la inteligencia emocional, para que los niños y jóvenes aprendan a dominar sus emociones y no que las emociones los dominen a ellos.
Agregó que en la actualidad es difícil educar en la castidad a los niños por que el entorno en el que se desenvuelven esta plagado de antivalores, de mensajes que invitan a vivir la sexualidad de una manera permisiva, promiscua, invitando no a la libertad, sino al libertinaje, ya sea en la escuela, en las fiestas, en la vida en general.
“La ahora llamada “Escuela Mexicana” promueve a través de sus libros de texto a vivir su sexualidad de una forma promiscua desde temprana edad. Las caricaturas, las series, las películas ya normalizan las relaciones sexuales y amorosas entre menores de edad, entre personas del mismo sexo, y ridiculizando las relaciones heterosexuales y la abstinencia en la vida consagrada”, señaló.
Se refirió por otra parte a las letras de las canciones actuales, los bailes sensuales que les hacen bailar en las escuelas, la vestimenta con las que algunos papás visten a sus hijas, el ejemplo que los padres dan a sus hijos en cuanto a la vida sexual. Dijo que todo ello hace difícil hoy en día enseñar la castidad.
“Los niños aprenden a través del modelamiento, es decir, no importa cuantas veces le digamos a nuestros hijos que no digan mentiras, que no fume, que no tome alcohol o no se drogue, si el padre de familia lo hace, el hijo aprenderá a hacerlo”, afirmó.
Añadió que, para educar a los hijos sobre la castidad, los padres de familia deben practicarla.
“Debemos tener en cuenta lo que veo, lo que digo, lo que escucho y lo que hago -que sea congruente-. Sólo el amor profundo por nuestros hijos nos llevará y motivará a hacer cambios significativos en nuestra vida para ser un modelo a seguir y que nuestros hijos aprendan a vivir su sexualidad a plenitud a través de la castidad”.
Consejos para educar en la castidad
- Mantener una actitud de humildad: Es fundamental para reconocer la propia fragilidad y la necesidad de Dios.
- Evitar situaciones que puedan generar tentaciones: Es importante evitar situaciones o personas que puedan despertar deseos carnales, como conversaciones o actividades que despierten sentimientos sexuales.
- Cultivar una vida de oración y reflexión: Esto ayudan a identificar los pensamientos y deseos que nos alejan de Dios y a pedir ayuda para superar las tentaciones.
- Buscar el apoyo de la comunidad y confesión: Buscar el apoyo de amigos, familiares, o el sacerdote, y la confesión frecuente pueden ser herramientas útiles para mantener la castidad.
- Tener cuidado con los pensamientos: Los pensamientos negativos e inmorales pueden ser la puerta de entrada a la falta de castidad. Reemplazarlos con pensamientos positivos y constructivos.
- Tener cuidado con las palabras: Nuestras palabras pueden expresar nuestros pensamientos y sentimientos, por lo que es importante usar un lenguaje que edifique y fortalezca a los demás, en lugar de incitar a la lujuria.
- Actuar con respeto hacia los demás: Tratar con respeto a los demás, incluso en la forma en que nos acercamos a ellos, puede ayudar a mantener la pureza.
- Fortalecer la fe: Una fe sólida es un baluarte contra la tentación, ya que nos permite ver a Dios como el centro de nuestras vidas y buscar su guía en todo momento.
- Tener una buena educación sexual: Esto ayuda a entender la importancia de la castidad y a desarrollar una visión madura y saludable de la sexualidad.
- Mantener una actitud positiva y perseverante: La castidad es un proceso continuo que implica elegir el bien sobre el mal.
Beneficios de vivir la castidad
- Se canaliza la energía libidinal a través del estudio, el deporte y el arte.
- Mayores probabilidades de una vida plena y feliz
- Control de las propias decisiones
- Rumbo de su propia existencia
- Buena autoestima
- Seguridad
- Responsabilidad
- Respeto
- Honestidad
- Espiritualidad
- Éxito
- Amor y libertad.
Afectaciones al no vivir en castidad
- Infelicidad
- Incertidumbre
- Angustias
- Miedos
- Enfermedades de transmisión sexual
- Embarazos no deseados
- Muerte a edad temprana
- Ser visto solo como objeto sexual
- Vida de soledad
- Vacíos existenciales.
- Estudios truncados
- Matrimonios forzados
- Divorcios posteriores
- Depresión, ansiedad
- Estados psicóticos breves
- Baja autoestima
- Posibles abortos