Ana María Ibarra
En este mes de febrero la intención de oración del Papa Francisco se dirigió a las parroquias del mundo. La intención dice:
“Oremos para que las parroquias, poniendo la comunión en el centro, sean cada vez más comunidades de fe, fraternidad y acogida a los más necesitados”.
Al respecto entrevistamos a dirigentes del movimiento Laicos en Misión Permanente que trabajan en la diócesis local desde hace 40 años, como instrumento de Dios para una misión y una evangelización constante.
Fruto del amor
Para ellos, una parroquia de acogida “es una casa donde todos son familia”, pero esto solamente se puede dar como fruto de un encuentro con Dios, de una planeación estratégica y del trabajo en conjunto entre sacerdote y sus laicos.
Durante su trabajo de 40 años, el equipo de Laicos en Misión Permanente (LAMP) ha sido testigo de la renovación de parroquias que se vuelven – como pide el papa- comunidades de acogida, lo que sucede “cuando cumple con la misión de evangelizar”.
“Es muy bonito cuando llegas a ella y te sientes acogido, bien recibido, te sientes parte e involucrado. Eso es fruto del amor después de haber encontrado a Jesús”, expresó el doctor José Ruiz, uno de los fundadores de LAMP.
Tomando como referencia el pasaje de los Hechos de los Apóstoles sobre las primeras comunidades cristianas donde “todo lo ponían en común”, dijo:
“Es en la comunidad donde uno encuentra lo que necesita. Dice la Palabra de Dios que todo lo ponían en común y no le hacía falta nada a nadie, y eso se vive en las comunidades. En una parroquia de acogida nadie pasa necesidad”, expresó.
El doctor Ruiz se dijo convencido de que cuando se unen el párroco y sus laicos para buscar la extensión del Reino de Dios, no hay nada que los detenga.
“Nunca falta nada y todo llega, porque cuando buscamos el Reino de Dios todo viene por añadidura”, agregó.
Ser Iglesia en salida
Por su parte el predicador Pepe Medrano, quien ha caminado con LAMP estas cuatro décadas, expuso que al tener su encuentro personal y vivo con Jesucristo sintió la necesidad de unirse a una parroquia e iniciar un camino en el sentido de Iglesia.
“Encontré una parroquia y tuve muy buena acogida, pero la acogida fue de parte de aquellas personas que antes habían tenido la dicha y la gracia de haberse encontrado con Jesús”, resaltó Pepe.
Para Medrano es necesaria la unción y la fuerza del Espíritu Santo para cumplir con el mandato de Jesús: “Vayan”.
“En la Iglesia hemos estado acostumbrados por muchos años a decirle a la gente que venga y desde ahí equivocamos todo el proceso. El mandato inicial de Jesús fue ‘vayan por todo el mundo’, y ahora tenemos a un Santo Padre que nos visitó y que nos invita a ser una Iglesia en salida, ir a los enfermos, a los pobres, a los migrantes, a los que no conocen a Jesús”, señaló.
Agregó que la acogida es buscar a los que están perdidos, ya que existen muchos católicos bautizados que necesitan ser evangelizados.
“Como laicos somos instrumento para que ese mandato del Señor se cumpla. Somos una Iglesia y eso hacemos, acoger como dice Jesús”.
Conversión necesaria
El predicador citó el documento del papa Francisco, “La alegría del evangelio” que indica que las parroquias necesitan convertirse.
“Es decir, cambiar lo que ya no da resultados. La Iglesia debe tener una misión y una visión. La misión es llevar a los fieles al cielo y la Eucaristía es el cielo. Muchos se privan porque no hemos ido a buscarlos”, sentenció.
También hizo referencia al Plan Diocesano de Pastoral, el cual, dijo, debe ser implementado.
“La diócesis es la encargada de llevar el evangelio a través de todos los ministerios, pero dirigidos por todos los párrocos. El pastor debe ir adelante, no solo estar empujando. Cuando el párroco sale a misionar la gente se entusiasma. En LAMP estamos convencidos, pero también comprometidos a esta Iglesia en salida”, dijo entusiasta.
Y finalizó: “Si llegas a preguntarnos te diremos que Dios te llama, te forma, te equipa no para calentar la banca en el templo, sino para salir a llevar la buena noticia liberadora”.
Son parroquias de acogida y fraternidad
San Martín Obispo
La parroquia San Martín Obispo es un ejemplo de parroquia renovada, de acogida. Con cien mil habitantes en su sector y muchas misas a la intemperie buscó el apoyo de LAMP hace doce años para iniciar su proceso de misión y evangelización. El primer retiro atendió 100 personas, y junto con LAMP misionó para un segundo retiro, después sus mismos servidores continuaron evangelizando y misionando.
“Con la evangelización lograron construir un templo parroquial hermoso y sus capillas, con el trabajo de fieles que lucharon por tener su parroquia”, compartió el doctor Ruiz.
Otro fruto son las 700 personas que se inscribieron a la adoración perpetua, signo de una necesidad de estar con el Señor.
“Es una historia de amor. Niños que tuvimos en guardería ahora están predicando a jóvenes. Esa es una parroquia de acogida, fruto de un encuentro con Dios, de una planeación estratégica, de un trabajo del sacerdote con sus laicos”.
Dios Padre
La parroquia Dios Padre es otro ejemplo. En diciembre pasado esa comunidad elaboró una tamalada para salir a las calles y repartir, para que así varias familias tuvieran algo que comer el 24 de diciembre.
“A cada pequeña comunidad el padre le encargó una familia o una persona en condición vulnerable y ellos están al pendiente en todos los aspectos, no solo en el alimento, si hay necesidad de llevarlos al médico, lo llevan y dan seguimiento, es el encargo que tienen”, compartió Cecy Medrano, de LAMP.
Historias similares se dan en la parroquia Virgen de la Luz, que lleva a cabo su misión bajo el mismo esquema.
“Estas parroquias apoyan con misioneros a parroquias que desean iniciar este proceso. Juntas viven como parroquias de acogida. El retiro más grande que hemos dado ha sido para mil personas y 600 niños en guardería”, finalizó.
Pasos para renovar a la parroquia y que evangelice
- Partiendo de lo que hay (servidores, fieles, papás de catecismo) se realiza el primer retiro y se arman las primeras pequeñas comunidades que por algunos meses reciben formación.
- Se les prepara para misionar y se divide la parroquia en sectores para dar inicio a la misión con un primer objetivo, que es ir a todos.
- El segundo objetivo es darles todo para que tengan a ese encuentro de ojos abiertos y corazón palpitante con Jesús a través de un retiro kerygmático.
- Después del retiro se forman otras pequeñas comunidades que son un lugar de oración donde se hacen hermanos, con una catequesis de por vida.
- El tercer objetivo es involucrarlos a todos. Ser hermanos que se involucren para mejorar la parroquia. Involucrarlos en ministerios.
- Con el censo que se llevó a cabo en la misión, se detectan personas que no tienen sacramentos, enfermos, ancianos. Con estos datos se realiza el trabajo pastoral.
- Con el testimonio de quienes ya están sirviendo en la parroquia se atrae a los fieles, y son acogidos.