Mons. J. Guadalupe Torres Campos/Obispo de Ciudad Juárez
Les saludo con mucho cariño de padre y pastor siempre es grato para mi saludarles y compartir una reflexión. Por una parte estamos en el Domingo 26 del Tiempo ordinario, pero por otra parte hoy celebramos la Jornada Mundial del Migrante y refugiado 2021, con el lema “Hacia un nosotros cada vez más grande”.
En el Evangelio de san Marcos de hoy, en unión con la primera lectura de Números, hay coincidencias. San Juan, el apóstol, se acerca a Jesús y le dice: ‘Hemos visto a uno que expulsaba demonios en tu nombre’. Muy propio, Juan le sugiere ‘¿Se lo prohibimos?’
A veces tenemos la tentación de adueñarnos de la Palabra de Dios, pero ¿Podemos prohibirle a alguien que hable de Dios, del Evangelio? ¡No! Por eso Jesús responde con claridad: “No se lo prohíban’. Todos somos bautizados, todos tenemos el Espíritu Santo, fuimos confirmados y hemos recibido al Espíritu Santo y somos enviados. Así nos lo recuerda Jesús : ‘Vayan por todo el mundo y prediquen el Evangelio’. Todos los bautizados somos profetas y debemos predicar el evangelio en nombre de Jesús.
Por eso en la primera lectura de Números sucede lo mismo, el Espíritu de Dios, que poseía nada más Moisés, desciende sobre el grupo de los 70 ancianos… sucede que dos de ellos no estaban, pero comienzan a profetizar y entonces quieren prohibírselo, como Juan le sugiere a Jesús. Y Moisés y el mismo Señor dice ¡No!
Ojalá que todo el pueblo de Dios fuera profeta y descendiera sobre ellos el Espíritu del Señor. Ese ojalá para nosotros es una realidad, porque el Espíritu del Señor ha descendido sobre nosotros desde el Bautismo. Fuimos ungidos y recibimos el Espíritu Santo. Somos profetas para profetizar, anunciar el evangelio, dar testimonio en la Iglesia y el mundo de Cristo, así que hoy la Palabra de Dios nos invita a tomar conciencia de que ‘El espíritu de Dios está sobre ti, y te ha enviado’. Predica el evangelio ahí en tu hogar, con tus hijos, en el trabajo, en la maquila, con tus compañeros, con tus pacientes, con tus trabajadores, el servidor público. Anuncia con valentía la Palabra de Dios con la vida, con los hechos, porque luego viene otro llamado: La fidelidad, la conversión, el tema del perdón.
Dice Jesús en el evangelio ‘Si tu mano, si tu ojo o tu pie son ocasión de pecado, córtatelos’. Más vale entrar en el Reino de Dios sin una mano o sin un pie, que no entrar en el Reino de los Cielos. Es una manera muy fuerte de decir que el predicar tiene que ir acompañado de una sinceridad, testimonio de vida, coherencia, conversión. No quiere decir que literalmente debo cortarme la mano, sino cortar de tajo mis pecados, convertirme, cambiar para que mi predicación y anuncio sean plenos.
Por eso desde la Oración Colecta decimos, Señor, que manifiestas tu poder de una manera admirable, multiplica en nosotros tu gracia. Cuando predique, cuando vaya a anunciar, a ser discípulo y misionero, partimos del encuentro con Dios y de una conversión, experimentando su amor y Él derrama su gracia y Espíritu.
Y una manera muy concreta, a propósito de la Jornada Mundial del Migrante y refugiado, es salir al encuentro de los migrantes, de los desplazados, de todos aquellos que sufren persecución.
En esta Jornada el Papa Francisco nos invita con el lema ‘Caminar juntos hacia un nosotros cada vez mas grande’. La inclusión, la diversidad de culturas de los países, hatianos, venezolanos, de Centroamérica, de tantos países, también a nivel interno de Michoacán, Oaxaca, Veracruz, todos con sus talentos, sus culturas nos enriquecemos. Caminar juntos hacia un nosotros. Esa misericordia de la que hablaba: ‘si yo experimento su misericordia, anunciarla ¿Cómo? Hoy el papa nos dice una manera entre tantas: Acoger, proteger, promover e integrar a nuestros hermanos migrantes.
Aquí en nuestra diócesis está el fenómeno migratorio, tantas personas que llegan del sur y tantas personas que están todos los días deportando. Muchos. Tan sólo nuestra casa tiene 350 migrantes, pero hay miles en otros albergues, o en la calle o en el puente, ahí tirados.
Hoy el Señor me anima a salir de mí mismo, y caminar juntos hacia un ‘Nosotros’, por que fuimos creados a imagen y semejanza de Dios y así lo dijo Jesús: que todos sean uno.
Dejemos pues nuestro egoísmo, vamos a ser profetas, a anunciar con valentía nuestra fe en nombre de Cristo, en la caridad, en la misericordia y salir al encuentro del otro, y ahí tendrá sentido nuestra Iglesia católica, universal; la catolicidad es en la comunión, en la fraternidad y en amarnos unos a otros.
El papa nos pide salir como Iglesia, como diócesis a las calles y periferias: encarcelados, pobres, enfermos, tristes, jóvenes, adultos, ancianos, pero hoy en esta Jornada del migrante, con nuestros hermanos migrantes, desplazados y refugiados, como dice la antífona: ‘Todo lo que hiciste con nosotros, Señor, es justo. Derrama Señor con nosotros tu gracia y tu amor.
Reflexionemos sobre las lecturas de hoy en el marco de la Jornada Mundial del Migrante y Refugiado, construir todos un nosotros cada vez más grande.
La bendición de Dios Todo poderoso esté con ustedes. Un abrazo, cuídense mucho.