Diana Adriano
El espíritu de San Francisco de Sales y San Juan Bosco, dos santos que la Iglesia celebra en el mes de enero, está sin duda presente de una manera muy especial en la Diócesis de Ciudad Juárez, gracias al trabajo que aquí han realizado desde hace 30 años los salesianos.
A unos días de distancia de ambas festividades, y a cinco meses de la inauguración del cuarto oratorio salesiano en la ciudad, Periódico Presencia quiso testimoniar el valioso aporte de la espiritualidad de estos venerables a la juventud local.
Dar propósito
El padre Javier Prieto Medina, sacerdote salesiano a cargo del oratorio María Auxiliadora en Ciudad Juárez, destacó el mensaje de amor, paciencia y compasión de san Francisco de Sales, pero igualmente resaltó la influencia de Don Bosco, cuyo amor por los jóvenes lo llevó a fundar la Pía Sociedad de san Francisco de Sales -Salesianos de Don Bosco- para, a través de ella, dejar una huella imborrable en el mundo -Ciudad Juárez incluída-.
Para el padre Javier, los valores de estos santos han guiado y siguen guiando a cientos de jóvenes fronterizos en la búsqueda de un propósito significativo en sus vidas.
Un compromiso trifásico
El padre Javier recordó que la presencia salesiana en Ciudad Juárez tuvo sus inicios en 1991 con la llegada de los primeros sacerdotes de Don Bosco, quienes con un grupo de jóvenes voluntarios asumieron el desafío de llevar educación a ámbitos no formales, con el carisma salesiano.
Recordó que “tres invitaciones trascendentales convergieron para forjar nuestro compromiso con la juventud y la educación”.
La primera, por parte del obispo Don Manuel Talamás (qepd), quien los llamó a “sembrar las semillas de nuestra misión”.
La segunda invitación surgió de la sociedad civil:
“Familias inquietas por buscar alternativas para la intervención a favor de la juventud en esta línea fronteriza nos instaron a unir fuerzas y contribuir al bienestar común”, dijo.
Finalmente «la tercera invitación provino del propio Gobierno, que no solo nos dio viabilidades, sino que nos alentó a sumarnos al esfuerzo colectivo por fortalecer el tejido social y brindar oportunidades a las juventudes más necesitadas».
Esta colaboración trifásica, según el padre Javier, es la base de un compromiso integral que ha dejado una huella duradera en la formación y guía de la juventud local.
«Desde aquel inicio en 1991, hemos sido testigos del crecimiento significativo de nuestra presencia en Ciudad Juárez. Actualmente, contamos con cuatro oratorios, siendo el más reciente y extenso en terreno el dedicado a María Auxiliadora, el cual fue inaugurado hace tan solo cinco meses», recordó el sacerdote.
Reflejo de los santos
Al hablar sobre el impacto de la obra en los jóvenes de Ciudad Juárez, el padre Javier habló del trabajo que se realiza en los oratorios salesianos.
El primero en operar fue el Oratorio Don Bosco, ubicado en la Colonia 16 de Septiembre, al poniente de la ciudad. Luego se construyó el Oratorio Lupita, en la parte Oriente, y después el Domingo Savio, también en el Poniente.
Ahí se atiende a cientos de jóvenes, muchos de quienes ya incluso hicieron sus propias carreras y formaron sus familias bajo la guía de la espiritualidad salesiana. (ver pag 5)
Pero para el padre Javier, como parte de esta atención, ha sido clave dar un trato a los jóvenes con bondad y amabilidad.
“Tratamos de acercarnos a los muchachos y la bondad es la llave que abre la confianza”, dijo. Y «la confianza abre el corazón de los muchachos”, añadió.
El sacerdote enfatizó que la espiritualidad de San Francisco de Sales y Don Bosco cobra vida a través de la práctica diaria de estos principios, guiando a los salesianos en su misión de acompañar y empoderar a la juventud de Ciudad Juárez.
Un nuevo oratorio
Con el crecimiento de la ciudad y la explosión demográfica hacia el sur oriente de Juárez, los salesianos vieron la necesidad de abrir un nuevo espacio dirigido a los jóvenes y adolescentes. Por ello gestionaron la construcción del nuevo oratorio.
Hace cinco meses, la comunidad celebró un hito significativo con la inauguración de las instalaciones del nuevo Oratorio María Auxiliadora, ubicado en la calle Río del Norte 906, en la Colonia Manuel J. Clouthier.
«Hemos sido recibidos de manera muy positiva por la comunidad. Al principio éramos desconocidos, pero este lugar ha resultado ser muy querido por la gente», comentó el sacerdote.
Dijo que los vecinos han demostrado una gran disponibilidad para integrarse a la comunidad salesiana, la cual recibe a niños, algunos adolescentes y padres de familia.
“Queremos que más jóvenes descubran este espacio y sepan que el oratorio está abierto para todos. Estamos buscando formas y medios para atraer a más personas de la localidad”, afirmó.
Futuro prometedor
El sacerdote reconoció que la afluencia ha disminuido debido al clima frío, pero subrayó la importancia de avanzar paso a paso, incluso con temas que tienen que ver con los servicios básicos como agua y luz.
Señaló que a pesar de los obstáculos, la comunidad salesiana está comprometida con el trabajo para lograr que el oratorio no solo brinde un espacio espiritual, educativo y de apoyo a los jóvenes del sector, sino también cuente con instalaciones mejoradas.
“La esperanza es que, con el apoyo y la colaboración, el Oratorio María Auxiliadora se convierta en un lugar de oportunidades y encuentros espirituales para los jóvenes de Ciudad Juárez”, dijo.
“Visualizamos un futuro donde más jóvenes encuentren a Cristo por medio de nuestro oratorio», puntualizó entusiasmado el padre Javier.
Actividades en el Oratorio María Auxiliadora
Catequesis para Primera Comunión
Catequesis Adolescentes
Misas y Confesiones
Sacramentos para adultos
Escuela de Enfermería
Baile Moderno
Apoyo Escolar
Atención Psicológica
Zumba
Preparatoria Abierta
Entrenamiento Deportivo
Juegos de Mesa y Lectura
Prestación de Servicio Social
Trabajadora Social
Consejos para seguir a Don Bosco y San Francisco de Sales
El padre Javier compartió valiosos consejos para aquellos que desean seguir la espiritualidad de Don Bosco y San Francisco de Sales.
Primeramente, cultivar la bondad y la amabilidad en las interacciones diarias.
“Siguiendo el ejemplo de estos grandes santos, priorizar la bondad puede abrir puertas y generar confianza en nuestras relaciones”, afirmó.
La escucha activa, según el sacerdote, es otro pilar fundamental.
“Practíquenla mostrando un interés genuino por los demás. Don Bosco abogaba por entender las necesidades individuales de los jóvenes, y la empatía es clave para conectarnos espiritualmente con quienes nos rodean», añadió.
El sacerdote igualmente alentó a la participación activa en la comunidad.
“Involucrarse en grupos o instituciones que promuevan valores compartidos y brinden apoyo espiritual es esencial para seguir la senda trazada por estos santos”, expresó.
Convocó a aquellos muchachos que tienen la oportunidad, a involucrarse en la orientación y educación de los jóvenes.
«Compartan sus conocimientos y experiencias para guiar a los jóvenes en su camino espiritual y personal», sugirió.
Igualmente insistió en la construcción de relaciones basadas en la confianza ya que “esto abre el corazón de aquellos a quienes buscamos influir positivamente».
Finalmente, el sacerdote alentó a vivir la alegría y la esperanza, cultivando un espíritu optimista incluso ante los desafíos.
“Sé un testigo de la fe en acción, demostrando con tus acciones cómo la espiritualidad se traduce en impactos concretos en la comunidad”, dijo el sacerdote.