Ana María Ibarra
En un ambiente de fiesta y esperanza, la comunidad diocesana atestiguó la ordenación de dos nuevos sacerdotes para la Iglesia particular de Ciudad Juárez. Hiram Roberto Fernández Llanas y Joel Eduardo Chairez Flores recibieron el sacramento del Orden Sacerdotal el pasado 26 de abril en la Catedral de Nuestra Señora de Guadalupe. Agradecidos y entusiasmados por este regalo, los asistentes recibieron con aplausos a los futuros sacerdotes, quienes recorrieron el pasillo central junto con el obispo y sacerdotes de la diócesis.
Hiram y Joel tomaron su lugar junto a sus padres y juntos vivieron la primera parte de la liturgia. Después de la homilía fueron llamados por un diácono.
Antes de subir al presbiterio, Joel e Hiram recibieron la bendición de sus padres. El padre Jesús Manríquez, rector del Seminario, los presentó.
Pidiendo el auxilio de Dios y de Jesucristo, salvador del mundo, el obispo los aceptó para ser ordenados sacerdotes.
Don de Dios
“En verdad, la diestra del Señor ha hecho maravillas. Cristo ha resucitado, Cristo vive. Celebramos la ordenación de estos hermanos nuestros en este marco pascual y toda la Iglesia, nuestra amada Diócesis, el Seminario, especialmente ustedes experimentamos de manera especial las maravillas de Dios”, expresó monseñor Torres en su homilía.
Resaltó que ante la grande bondad del Señor hay que ser siempre agradecidos, por lo que dio Gracias por Hiram y Joel.
“Hoy el Señor los llama al presbiterado. El Señor confía en ustedes y los colma con su gracia y con su amor. El salmista los invita a abrazar al Señor. Ser modelo para los fieles, ser ejemplo de Cristo pastor y sacerdote. En lo ordinario, en lo sencillo y en lo extraordinario que van a ir experimentando cada día en el ministerio”, señaló el obispo.
Asimismo, los llamó a distinguirse en el amor a Dios, a Cristo, a su ministerio y a su comunidad, de manera especial a los enfermos y migrantes.
“Sean compasivos dando la vida por los demás. No vivan un sacerdocio de ritos, de frialdad, de cumplimientos, con la vivencia de su ministerio muestren su fe. Al final del evangelio dice: vayan a todo el mundo y prediquen el evangelio. Distínganse en castidad, en pobreza. No descuiden el don que se les da”.
Rito
Antes de adentrar a los candidatos al orden de los presbíteros, el obispo los interrogó y ellos manifestaron ante el pueblo su decisión de recibir el ministerio.
El obispo los tomó de las manos para pedir su adhesión y respeto como signo de comunión con la Iglesia. Los candidatos se postraron rostro en tierra, momento emotivo para sus familias que no pudieron contener las lágrimas, y junto con el resto de los asistentes entonaron las letanías de pie.
Después de este momento, el obispo les impuso las manos, seguido de los sacerdotes, para enseguida realizar la oración consagratoria y ser revestidos por sus padres y padrinos con las vestiduras de los presbíteros.
El obispo les ungió las manos con el Santo Crisma y las selló como signo de la alianza que Dios ha hecho con su pueblo.
Papás y padrinos les lavaron las manos y las familias de los ordenados entregaron al obispo la patena y el pan, ofrecidas luego a los nuevos presbíteros.
El obispo y los sacerdotes dieron el abrazo de la paz y de bienvenida a los nuevos sacerdotes Hiram y Joel, quienes fueron luego presentados a la comunidad entre vivas y porras.
Para concluir, los nuevos sacerdotes dieron al pueblo la bendición.
En frases…
“Fueron nuevo años yendo constantemente al Seminario, estar al pendiente de él, ser ese vehículo que él necesitó en su momento para poder fortalecerse y hoy él nos fortalece a nosotros”.
José Carlos Cháirez, papá de Joel Eduardo
“Me siento bendecida, emocionada y agradecida con Dios, porque se le hizo bien llamar a mi hijo. Con nada le pago más que con agradecimiento. Todo lo que Dios me permita vivir, le daré gracias por llamar a mi hijo”.
Guadalupe Flores, mamá de Joel
“Me siento bendecido y muy satisfecho de estar aquí. No hallo palabras. Estamos contentos porque llegó el día y porque es lo quiere mi hijo. Al principio fue triste para mí, pero después fui entendiendo que él quiere esto, y aquí estamos para él”.
Roberto Fernández Sáenz, papá de Hiram Roberto
«Estoy muy contenta, muy agradecida con Dios, con la comunidad, con nuestra Iglesia. Pido a la comunidad su oración y acompañamiento para que mi hijo se sienta pleno y pueda servir como debe ser a la Iglesia”.
Margarita Llanas Anaya, mamá de Hiram Roberto
“Me da una sensación de nostalgia y de agradecimiento con Dios porque los he visto pasar todos estos años de formación y crecimiento. Les doy la bienvenida como hermanos en el sacerdocio. Joel especialmente, es un muchacho con muchas cualidades para servir en el sacerdocio. Le pido al Señor que las pueda cultivar todas, porque es alguien muy feliz de este servicio al que el Señor lo ha convocado y me toca acompañarlo de cerca en el camino”.
- Alberto Castillo, padrino de Joel
“Me da mucha alegría y ahora que ya son hermanos en el ministerio, espero poder estar ahí para ser solidario, compartir la fe y el sacerdocio, pero sobre todo en la perseverancia y en el descubrir la voluntad de Dios. Me siento muy contento y agradecido, porque es un signo de que algo estás haciendo bien cuando alguien te invita a ser parte de su diaconado y su presbiterado. Esto es un signo de que el ministerio está ayudando a alguien más a crecer”.
- Julián Badillo, padrino de Hiram
Para saber…
Al final de la misa el obispo anunció que mantiene a los sacerdotes en sus actuales servicios: padre Hiram como vicario en San Martín Obispo, y padre Joel como vicario de María Reina del Universo.