Mons. J. Guadalupe Torres Campos/ Obispo de Ciudad Juárez
Deseo se encuentren bien. Estamos en el Domingo 18 del Tiempo Ordinario. Seguimos reflexionando la Palabra de Dios, el Evangelio de san Juan, cómo Jesús va de un lugar a otro y siempre se encuentra con la multitud y se compadece. La gente lo sigue, lo busca, las curaciones, cómo habla como autoridad, porque hace signos, en este caso llamó la atención la multiplicación de los panes. Pero el hecho es que la gente sigue a Jesús y Jesús les hace una afirmación que suena fuerte, pero es interesante reflexionarla.
‘Yo les aseguro que ustedes no me andan buscando por los signos que hago, sino por haber comido’. Se refiere a la multiplicación de los panes y es como un reclamo y cuestionamiento que hoy lo aplico a mí: ¿Por qué buscamos a Jesús? ¿Por qué lo sigo? ¿Por amor, por fe, por necesidad? ¿Porque me simpatiza, porque hace milagros? o como dice el texto, por cosas externas, pasajeras, sin compromiso, porque me dan comida.
Es una pregunta muy importante que nos hace Jesús, que sepas por qué lo sigues, no por inercia o tradición, sino por amor, porque lo amo, creo en Él, porque es mi Señor y me alimenta, pero no del pan ordinario; que de veras tengamos certeza de por qué busco a Jesús.
Y entonces viene afirmación muy fuerte y aplicada a nuestra vida. ‘No trabajen por ese alimento que se acaba, sino por el alimento que dura para la Vida Eterna. No por lo material, por cosas pasajeras, a veces pido cosas secundarias y no profundizo en mi fe, porque no me quiero comprometer, me quedo en lo superficial muy cómodo, por apatía.
‘No trabajen por ese alimento que se acaba, sino por el alimento que da la vida eterna’. El alimento es Dios, es Cristo, es el Cuerpo y la Sangre de Cristo y en consecuencia todo lo que se deriva de mi unión, de mi alimento de Cristo: el amor, la justicia, la unidad, la paz, la fraternidad, pero el alimento es Dios, Cristo, ese alimento de la Vida Eterna. Lo demás ¿Qué me da? Una felicidad pasajera, una mera satisfacción, mi casa, ¡Qué bueno!, pero como cristianos el verdadero alimento que da la Vida Eterna y que me va a salvar, es Cristo.
La gente le preguntó y nosotros debemos preguntarle Dios ¿Qué debemos hacer?, y responde Cristo: Crean en Aquel -con mayúscula-, y se refiere a Dios Padre, y en aquél a quien Él ha enviado, es decir, en Jesús. Creer. Lo que significa creer.
El Papa Benedicto XVI, de feliz memoria, dice que la fe no es una idea, no es un concepto, es un encuentro personal, vivo con Cristo, con una persona, con Jesús el Salvador, el Señor. El que crea y se bautice, se salvará, pero de veras, creer ¿Cómo anda mi fe?, si mi fe es superficial, apariencia en lo material, en alimento que se acaba, no es fe, sino el amor a Jesús, seguir a Jesús, escuchar su Palabra y vivirla, creer en el Padre.
¿Qué signos vas a realizar? -pregunta la gente-, porque dice: ‘Moisés nos dio el pan del Cielo, el Maná’ y Jesús les dice ‘No fue Moisés, sino él fue el instrumento. Fue mi Padre, por eso, crean en Él, porque Él fue quien les dio el verdadero pan del cielo’.
Y viene una frase maravillosa para meditar: ‘Yo soy el pan de la vida’ ¡Qué revelación!, yo soy el Buen Pastor, la Puerta, la Luz, y ahora nos dice: ‘Yo soy el Pan de Vida, el que viene a mí, no tendrá hambre’
Una afirmación muy bella, en dos partes, que debemos profundizar, acoger. No el pan material que se acaba, sino buscar a Jesús que es el Pan de Vida, de Vida Eterna. Este es mi Cuerpo, esta es mi Sangre, el que cree en mí, viene a mí y me acepta, cumple mis mandamientos, no tendrá hambre.
Hermoso texto de san Juan que tiene que aplicarse a nuestra vida. Te invito a que lo retomes, lo veas, reflexiones y lo apliques a tu vida para revestirnos del hombre nuevo.
Hermosos textos del domingo del Tiempo Ordinario que nos animan a una conversión, a dejar el viejo yo y revestirnos del nuevo yo; y del Antiguo Testamento, el nuevo Maná, el nuevo Alimento: ‘no busquen el alimento que perece, el del mundo, sino el que Jesús nos da, que nos da a comer su propio Cuerpo: ‘Yo soy el Pan de la Vida’.
El Señor los bendiga, los fortalezca y la bendición de Dios Todopoderoso permanezca siempre con todos ustedes.