Fue el obispo don J. Guadalupe Torres quien presidió la misa funeral, en la que estuvieron presentes sacerdotes, amigos y familiares del ‘padre cholo’.
Diana Adriano
La parroquia El Señor de la Misericordia fue escenario para la despedida al padre José Solís Aguilera, quien falleció el pasado lunes 7 de febrero, tras semanas de estar hospitaliozado.
La Misa de exequias se realizó el miércoles 9 de febrero, cuando el ‘padre Cholo’ recibió las grandes muestras del afecto que se ganó en vida, por toda la comunidad diocesana.
El señor obispo don J. Guadalupe Torres Campos presidió la misa de honras fúnebres, en la que estuvo acompañado por un gran número de hermanos sacerdotes, seminaristas, religiosas y fieles que le mantenían un gran aprecio por el padre Solís.
La Santa Misa también fue transmitida por los medios de comunicación católicos de la diócesis, en las que se llegó a tener a más de 950 personas conectadas, para despedir al padre Solís aunque fuera On line.
Emotivo mensaje
Con una emotiva homilía, el obispo recordó que a lo largo de los 50 años como sacerdote, el padre Solís siempre demostró ser un hombre de fe, de alegría y que siempre estuvo atento al encuentro con Dios.
“Jesús se encuentra con todos en la alegría y en la tristeza, en la salud y en la enfermedad, en la vida y en la muerte, y siempre nos muestra el camino de la compasión, de la caridad, por eso es importante contemplar este misterio especialmente en nuestro hermano, el padre Solís”, dijo el obispo.
De la misma forma, resaltó el cariño con el que siempre será recordado debido a las grandes enseñanzas que dejó no sólo en la comunidad, sino en muchos lugares del país y del mundo.
“El padre Tibi camino siempre con alegría al encuentro con Dios, y eso se notó en toda su trayectoria y tenemos la certeza que toda su vida ha trascendido, no solo en nuestra ciudad, sino más allá, gente de Tierra Santa, de Italia, de España que lo recordará con amor”, añadió don Guadalupe.
“El padre Solís, un hombre de fe, apenas celebramos sus 50 años de su ministerio con gran ilusión, con gran alegría, pero sin duda, hoy continuamos agradeciendo a Dios en esta Eucaristía por el don del sacerdocio del padre Solís”, agregó el obispo.
Para finalizar la celebración, el señor obispo dirigió la bendición, esparciendo agua bendita e incensando el ataúd, para luego dar paso a que el diácono Gustavo xxxx retirará las vestiduras sacerdotales.
Los ahí reunidos encomendaron a María Santísima el alma del padre José Solís con el canto Salve Regina.
Da gracias por el don de su vida y su amistad
El Padre Juan Manuel Orona, quien fungía como asistente en la Parroquia El Señor de la Misericordia, durante los últimos meses de vida del padre Solís, expresó la gran gratitud que siente por “por el don de la vida y la amistad del padre Solís”, la cual, dijo, vivió con mucha plenitud, alegría y sencillez.
“Me deja la enseñanza de un amor por el sacerdocio, por la Iglesia y por el pueblo. Buscar ser personas auténticas, es decir, ser uno mismo sin aparentar lo que no somos, padre Solís se esforzó siempre por ser el mismo, como nuestro Señor”, dijo el padre Orona.
Un día antes de la misa de exequias, la parroquia El Señor de la Misericordia fue sede de un programa de misas y reflexiones en torno a la vida y sacerdocio del finado padre Solís, en el cual, el cuerpo del presbítero fue velado.
El programa incluyó la celebración de varias misas, el rezo del Rosario y Coronilla de la Misericordia, y una vigilia restringida a unos cuantos fieles, así como una meditación sobre el sacerdocio de padre Solís, justamente a cargo del padre Juan Manuel Orona y del padre Víctor Pineda.
“Fue un hombre de un amor muy grande por el sacramento de la reconciliación, la gente lo recordará como un sacerdote muy ‘confesón’, que fue una gran enseñanza para mí. Agradezco a Dios el don de su amistad, por su cercanía y el apoyo que tuvo conmigo”
“Me siento contento de tener la gracia de haber compartido con él los últimos meses, semanas, días, horas y momentos de su vida en esta tierra. Me sentí muy aceptado y querido en mi sacerdocio desde que comencé a vivir con él, y Dios me dio el regalo de acompañarlo en los últimos momentos de su vida”, finalizó.