“Cuando el sacerdote administra el sacramento de la Confesión no es un administrador más, sino que es un pastor, un padre, un médico, que tiene que curar” dijo en entrevista sacerdote y profesor de derecho canónico Eduardo Baura, quien presentó varios temas en el Encuentro de sacerdotes de la Provincia Eclesiástica Chihuahua “Administradores de la Misericordia Divina”.
En entrevista con Presencia, el sacerdote dijo que el presbítero, al impartir el sacramento de la Reconciliación, debe intentar curar al fiel, ser pastor, como lo ha exigido el papa Francisco.
También invitó a los fieles a no tener miedo de acercarse al sacramento de la Confesión sino a hacer “un buen lavado” y a no desanimarse por caer en el mismo error o pecado.
1-¿Qué les enseñará a los sacerdotes de esta provincia eclesiástica en el tema del sacramento de la Misericordia?, ¿Qué deben aprender hoy los sacerdotes en este aspecto que tanto promueve el papa Francisco?
Voy a enseñar poco, porque hay poco qué decir o qué añadir que los padres ya no sepan perfectamente. Mi intención es recordar algunas cosas, entre otras la importancia del Sacramento y recordar lo que el papa Francisco ha predicado con su ejemplo de confesarse y confesar.
Él ha anunciado un Año de Jubileo de la Misericordia en el que en el centro estará el sacramento de la Confesión y mi intención es recordar algunos aspectos para poder mejorar la práctica de este sacramento.
El papa Francisco nos exige a los sacerdotes que seamos muy pastores y es una de las ideas que intentaré recordar, que el sacerdote cuando administra el sacramento de la Confesión no es un administrador más, sino que es un pastor, un padre, un médico que tiene que curar, no sólo la administración del sacramento, que es algo sublime, sino también debe intentar curar al fiel, ser pastor.
El papa Francisco nos está exigiendo mucho en este sentido y poder desarrollar este ministerio de la confesión exige por parte del sacerdote mucho espíritu de sacrificio.
2. Y los penitentes, los pecadores ¿qué debemos aprender?
En esta categoría de pecadores nos incluimos todos… también los padres (sacerdotes) que nos tenemos que confesar. ¡Me gusta la imagen del papa Francisco confesándose!
Aquí es una invitación a todos los fieles a acercarse al sacramento de la Confesión. Ojalá este curso ayude no sólo a que los padres mejoren su modo de administrar el sacramento, que sea también una llamada a todos los fieles que se acerquen al sacramento de la Confesión.
Que no tengan miedo a confesarse, a hacer “un buen lavado” en el sacramento de la Confesión, que se acerquen con frecuencia, que no se desanimen por el hecho de que se han confesado y han caído en lo mismo. Para eso está el médico y para eso está la medicina, para seguir curando.
3. Hoy está muy difundida la idea, incluso entre los católicos de que ¿Para qué confesarse? Si el sacerdote es otro pecador… ¿Qué puede decir a quienes se plantean esta idea?
El sacerdote sabe muy bien que cuando confiesa él es también un pecador, pero eso precisamente le capacita para comprender mejor la miseria, el pecado, del fiel que se acerca al sacramento y que Dios ha instituido este sacramento no para hacer difícil el perdón, sino para canalizarlo y garantizarlo para que podamos tener la seguridad de que Dios mediante el sacramento de la Confesión nos perdona.
A esas personas les diría que en realidad se confiesan con Dios, que es quién perdona los pecados, el sacerdote en ese momento es un embajador es el que hace las veces de Jesucristo.
Lo que oye en la confesión lo olvida por completo porque no puede decirlo a nadie, es el sigilo sacramental y lo que lo hace el sacerdote es en nombre de Dios personarle los pecados.
4. ¿Cómo ha cambiado –si es que lo ha hecho- el sacramento de la confesión a lo largo de los años y de la Historia de la Iglesia, tanto desde el aspecto del confesor, como del pecador?
La Iglesia ha ido cambiando los ritos, el modo de hacer la penitencia, en épocas pasadas había pecados, que quien cometía este pecado tenia esta penitencia.
Y actualmente la praxis de la confesión consiste en facilitarlo al máximo, que sea del modo muy sencillo, también el rito litúrgico es sencillísimo para facilitar esta confesión.
Un elemento que no ha cambiado nunca es la naturaleza del hombre que tendemos al pecado, en este sentido los pecados ya están todos inventados.
Por parte la Iglesia tienen todo el poder recibido de Dios para perdonar todos los pecados, no hay un solo pecado que no se pueda perdonar.
5. En el tiempo actual se ha perdido la conciencia del pecado, en general e incluso entre los creyentes-practicantes ¿Por qué cree usted que así es y en ese sentido qué futuro tiene el sacramento de la confesión?
Es muy difícil, decir todas las causas, de esta situación ya Pio XII denunció que el pecado de nuestra época consiste en haber perdido el sentido del pecado.
El pecado no es una acción más, no es un error técnico, sino que es una ofensa a Dios que es nuestro padre y quiere lo mejor para nosotros y el pecado en el fondo una auto ofensa porque es un mal que nos hacemos.
Y cuando se pierden las costumbres sociales buenas, el hombre también tiende a perder el significado del pecado y esto hace que sea más difícil la práctica de la confesión porque no se tiene, la conciencia de la gravedad de la situación del hombre que está en pecado y que necesita confesarse con Dios.
6. ¿Cuáles deben ser las características que un confesor debe tener hoy en día?
Son muchas las características, tiene que tener la humildad de saber que también él es pecador, tener mucha paciencia, comprensión y tiene que ser un maestro que vaya guiando al penitente hacia el bien.
Estas son las características que voy a intentar subrayar, y animar a que los sacerdotes que ya lo hacen, que intenten ser mejores confesores, padres y pastores cada día más.
Muchas gracias por la esplendida acogida por parte de la diócesis de Ciudad Juárez y pediría oraciones a los fieles, porque los sacerdotes necesitamos de sus oraciones.
Y que recen por los frutos espirituales de este curso.