Mons. J. Guadalupe Torres Campos, Obispo de Ciudad Juárez
Queridos hermanos en el Señor, les saludo con amor de padre y pastor, deseando se encuentren bien. Hemos vivido días muy intensos en la diócesis, mucho trabajo pastoral. Hemos celebrado este jueves pasado nuestro Congreso Eucarístico diocesano, y hoy la kermés del Seminario. Bendito sea Dios que manifiesta su amor a través de todos los acontecimientos de la vida.
Este domingo, por una parte es el domingo 25 del Tiempo ordinario, pero por otra parte es la 109 Jornada Mundial del Migrante y Refugiado 2023: los migrantes, los refugiados, un tema muy actual para el papa, un tema global.
Recién participé en un encuentro de Red Clamor con el tema de los migrantes. Participamos 85 personas entre obispos, sacerdotes, religiosas y laicos de 22 países, un encuentro muy interesante.
En el evangelio de san Mateo, Jesús nos comparte una parábola donde nos invita a trabajar en su vina. ¡A todos!; y la invitación la hace todo el día, mañana, tarde, a todas horas el Señor llama, a cada quien con sus carismas y talentos, nos invita a trabajar en su Viña impulsados por el Espíritu Santo.
El Evangelio dice de un hombre que sale temprano, ve a unos que estaban en la plaza y los invita a trabajar, y les dice “les pagaré un denario por el jornal”, la paga de un día de trabajo.
Eso implica estar atento para trabajar, servir, y dar frutos abundantes en su viña. Y la recompensa es un denario, es decir, el mismo Señor, su gracia, su amor, su Palabra, el mismo Cristo, su Hijo, eso es el denario. El denario es la salud, la Iglesia, el poder servir, ésa es la recompensa.
Y el texto dice que al final de la jornada el administrador, empezando por los últimos, llama a todos y les paga un denario. La paga es igual para todos, no debe haber envidias, rivalidades, ni otro interés de un pago de privilegio. A veces esperamos eso, tristemente: un puesto, honores, aplausos, ¡pero no!, a todos nos paga un denario. El Padre nos regala a su Hijo y qué importante es la disponibilidad que tengamos.
Aquellos querían más, pero el dueño de la finca los pone en su lugar: ‘Puedo hacer de lo mío lo que yo quiera, te prometí un denario y aquí esta’. Y también en el texto viene esa frase clásica de Jesús: ‘los últimos serán los primeros, y los primeros, los últimos’. Entonces ser sencillos humildes y plenamente disponibles.
Jornada del Migrante
Dios nos invita a trabajar en todos los temas urgentes, en la evangelización, en la misión, en los temas sociales de pobreza, injusticia, en la construcción por la paz…y con los migrantes.
Hoy la Jornada tiene el lema “Libres de elegir si migrar o quedarse” y el papa en su mensaje – que los invito a leer y meditar para ver qué me dice Dios a través del papa- me invita a trabajar particularmente en el tema de los migrantes.
En su mensaje dice que claro que los gobiernos tienen su tarea prioritaria para facilitar el libre acceso o tránsito de los migrantes, una migración sana, regularizada, que favorezca a todos los migrantes e insiste el papa: ‘libres de migrar’, no por obligación, no porque me extorsionen, me persigan o por la pobreza en mi país, por el cambio climático, sino que migro porque deseo buscar un mejor estado de vida para mi familia.
O también -dice el papa- quedarme, pero para quedarme que los países de origen, en solidaridad con otros países más poderosos establezcan más posibilidades de trabajo, bienestar, para que los ciudadanos de cada país decidan libremente quedarse o migrar.
Y dice el papa que es un trabajo de todos, invita a todos, sociedad, gobierno, empresarios y como Iglesia me invita a trabajar en la pastoral, evangelización, misión, caminar juntos con la promesa de su amor.
Isaías nos dice en la primera lectura ‘busquen al Señor, invóquenlo mientras está cerca’. Y nos invita a un cambio, volver al Señor. Y san Pablo nos dice en la segunda lectura ‘Para mí la vida es Cristo y la muerte una ganancia’, que lo apliquemos y nos quedemos con estas frases. Que de veras el centro de nuestra vida sea Cristo y en la medida en que lo acojamos, encontraremos a Cristo en el hermano, en el enfermo, el triste, el pobre…en el migrante.
La Sagrada Familia tuvo que huir, fueron migrantes y todos somos migrantes, pero lo importante es que sintamos la presencia de Dios y que aceptemos la invitación de Cristo a trabajar en su viña con los talentos que el Espíritu Santo nos da a cada uno.
Que el Señor les bendiga y fortalezca. Buena semana.