Diana Adriano
En medio de una era de cambios acelerados y transformaciones constantes, la juventud actual se enfrenta a desafíos únicos al definir su proyecto de vida y elegir opciones vocacionales. Tres psicólogos y orientadores compartieron su visión sobre esta compleja realidad que implica una gran presión sobre los jóvenes.
Elección vocacional
La psicóloga Violeta Gutiérrez Cruz, orientadora en la Preparatoria del Instituto México, destacó la diferencia entre la selección de una carrera y la configuración de un proyecto de vida integral.
Dijo que vivimos en una época de «ritmos más acelerados», en el que tanto los estilos de vida como los conocimientos evolucionan rápidamente, creando un ambiente de incertidumbre y cambio constante.
Según la entrevistada, los jóvenes de hoy son capaces de tomar decisiones respecto a su carrera, pero enfrentan dificultades al construir un proyecto de vida más amplio. Esto se atribuye, en parte, a la falta de recursos económicos, apoyo primario y un entorno propicio para su desarrollo integral.
“La presión de las tradiciones familiares, como seguir la profesión de generaciones anteriores, y las premisas arraigadas en la sociedad, como la creencia de que el éxito depende exclusivamente de obtener un título universitario, añaden capas adicionales de desafíos”, dijo.
Igualmente destacó el fenómeno de la comparación, en el que los jóvenes se miden a sí mismos con estándares de éxito establecidos por otros, lo que puede generar una sensación de insuficiencia o falta de logro personal.
En este contexto, la maestra Violeta sugirió que es crucial proporcionar a los jóvenes un espacio para la reflexión y el autocuidado.
“Es importante desafiar las normas preestablecidas y fomentar la autonomía en la toma de decisiones, permitiendo a cada joven explorar sus verdaderos intereses y metas de vida”, dijo.
Subrayó la necesidad de abordar no sólo la elección de la carrera, sino también la formación de un proyecto de vida auténtico.
Desafíos actuales
Guillermo Ibáñez, director de atención pre-Universitaria de la Universidad Anáhuac México, -quien estuvo de visita en la ciudad en campaña de difusión- destacó el impacto significativo que tuvo la pandemia en la orientación vocacional, y dijo que la tecnología ha modificado drásticamente la forma en que los estudiantes abordan la elección de su carrera.
“La tecnología ha ampliado enormemente el panorama de opciones, y hay otra preocupación fundamental: El exceso de información”.
Según Ibáñez, esto puede considerarse una «enfermedad» en el contexto de la elección vocacional, porque “puede abrumar a los estudiantes”.
De esta manera, remarcó la importancia de que los alumnos salgan de esa «burbuja informativa” para tomar decisiones más reflexivas.
En su opinión, para formar profesionales que respondan a las necesidades globales, los estudiantes deben ser activos y participativos desde etapas tempranas de su educación, incluso desde la secundaria.
Destacó la importancia de que los estudiantes tengan un conocimiento profundo de sí mismos, pues “muchos estudiantes no se conocen lo suficiente debido a su contexto o educación, lo que les impide experimentar y descubrir en qué son buenos”.
En este sentido, abogó por la creación de oportunidades en la sociedad, para que los estudiantes exploren sus habilidades y desarrollen una comprensión más profunda de sus fortalezas, contribuyendo así a una elección vocacional más informada y auténtica.
Acompañamiento de la escuela
La psicoterapeuta Dianet Núñez trabaja con adolescentes en el ámbito de la secundaria pública, donde, dijo, se realizan pruebas vocacionales en tercer año.
“Estas pruebas evalúan a los estudiantes en cuatro áreas del conocimiento: físico-matemático, químico-biológico, sociales-humanidades y económico-administrativo. Estas áreas se alinean con una perspectiva global de las disciplinas y conocimientos disponibles”, expuso.
Resaltó que la información que proporcionan estas pruebas ayuda a los estudiantes a perfilar su proyecto de vida y elección vocacional.
“A partir de estos resultados, se alienta a los estudiantes a buscar preparatorias que se adapten a sus intereses y habilidades -dijo-, pues no todas las preparatorias ofrecen las mismas opciones y elegir una que esté alineada con los resultados de las pruebas puede ser beneficioso para los estudiantes”.
“No es lo mismo un Cbtis que va encaminado a una ingeniería, que si me voy a un Bachilleres en el que tienen otras opciones. Al final del día todas las preparatorias te preparan con la formación, pero qué mejor que ir perfilado al momento de dar el paso a la universidad”, remarcó.
Existen otras iniciativas clave para facilitar la toma de decisiones vocacionales de los jóvenes, como los que se implementan en la preparatoria del Instituto México. Habla la maestra Violeta Gutiérrez:
1.Perfil Vocacional Personalizado:
“Este enfoque considera aspectos como intereses, habilidades, materias que disfrutan y rasgos de personalidad. La recopilación de esta información permite identificar las carreras que mejor se alinean con el perfil único de cada alumno”.
2.Clases de Orientación Vocacional y Profesional:
“Estas clases tienen un enfoque sistemático y continuo para guiar a los estudiantes en la exploración y comprensión de sus opciones académicas y profesionales”.
3.Feria de Universidades:
”Organizar una feria de universidades es una estrategia valiosa para exponer a los estudiantes a una amplia gama de instituciones y programas educativos. Pueden obtener información directa sobre ofertas académicas, becas y procesos de admisión de 22 a 25 instituciones locales, nacionales y extranjeras”.
4.Diálogo con Profesionistas:
“Facilitar el diálogo entre estudiantes y profesionales de diversas carreras es esencial para que los jóvenes obtengan perspectivas prácticas y experiencias directas del campo laboral”.
Cambios necesarios
Los expertos concluyeron en la urgencia de realizar cambios significativos en los programas educativos con el objetivo de brindar a los jóvenes las herramientas necesarias para tomar decisiones informadas sobre su futuro.
Igualmente coincidieron en que es imperativo favorecer el desarrollo de «habilidades blandas» desde la educación básica: desde la inteligencia emocional y la toma de decisiones, hasta la sana convivencia.
Según los especialistas, estas habilidades no solo son esenciales para el éxito académico, sino también para la formación integral de individuos capaces de enfrentar los desafíos de la vida cotidiana.
“El nuevo modelo educativo propuesto por la Subsecretaría de Educación Media Superior, de la SEP, ya incluye el desarrollo de habilidades socioemocionales. Pero hay que ir más allá y enfocarse en aspectos específicos que puedan influir directamente en la construcción de un proyecto de vida sólido”, dijo la maestra Violeta.
Por otra parte, señalaron la necesidad de una visión más holística/ integral del proyecto de vida, más allá del simple enfoque económico y laboral.
“Los jóvenes deben ser alentados a considerar diversas áreas de desarrollo personal, tales como el bienestar emocional, la salud mental, la participación comunitaria y la relación con el entorno. Recuperar la esencia humana y valorar la vida por sí misma es crucial para el bienestar individual y colectivo”, puntualizaron.
Según los expertos, esto no solo contribuiría a la formación de individuos más equilibrados, sino que también facilitaría la adaptación a los cambios y desafíos de la vida.